Como os podéis imaginar, el auge de los impulsos para convertir al hidrógeno en un combustible para automoción no ha hecho más que comenzar. Como os hemos comentado, no ha sido casualidad que en California y en Japón hayan sentido a la vez que este era el momento de dedicar los fondos y esfuerzos públicos que el coche de pila de combustible de hidrógeno necesitaría para dejar de ser una quimera, entre estos, una oferta de lanzamiento gratuita casi imposible de rechazar.
Por eso, es inevitable comenzar a dar al asunto una perspectiva más global. A esto nos ha ayudado un estudio reciente del Instituto de de Estudios para el Transporte de la Universidad Davis de California. Aquí parece que también han deparado en el fenómeno, cuantificándolo e identificando una serie de medidas necesarias para lograr como clave que el precio del hidrógeno sea competitivo con respecto a la gasolina en Estados Unidos.
Vaya por delante que este estudio dirigido por la profesora Joan Ogden es consciente de las limitaciones medioambientales y de eficiencia de la tecnología, pero muestra una visión más que amistosa hacia la misma.
150 millones -100 hidrogeneras -50.000 coches
Para el equipo de Ogden, estas cifras son el germen que abrirá la puerta al hidrógeno. No se atreven a aventurar su éxito, pero indican que es el camino para que en 5 años el kilogramos de hidrógeno se haya situado en torno a los 7,5 dólares (5,61 euros) en Estados Unidos con proyección de seguir descendiendo. Esto, como aproximación imprecisa y aplicando la lógica del Toyota Mirai (antiguo FVC) a modo de ejemplo, apuntaría a que su autonomía de 500 kilómetros (y a 700 bares) costaría en torno a 37,5 dólares (28 euros). Eso sí, la cuestión no es tan sencilla:
Para los Estados Unidos, estimamos que serán necesarios 1.000 millones de dólares de inversión en una serie de puntos urbanos estretéficos para que el precio descienda a 7 dólares el kilogramo, un coste del combustible más competitivo con la gasolina en cuestión de la distancia que se puede recorrer.
En cualquier caso, las dudas no vienen tanto de la tecnología. Sabemos que está ahí, llegando, se han reducido costes de producción en tiempos relativamente breves y se está trabajando por parte de los fabricantes interesados para que esté lista antes de lo que se pensaba, quizá porque viendo como ven estos fabricantes (y alguna que otra compañía energética) al coche eléctrico como un rival, han pensado que no era muy recomendable dormirse en los laureles.
El estudio así lo refleja. Ogden habla de tres partes del mundo que servirán como escenarios introductorios: California, Japón y Alemania. A estos países es a los que asigna la relación de 150-100-50.000 , es decir, una inversión de 150 millones para 100 estaciones de hidrógeno que den abastecimiento a un mercado primigenio de 50.000 vehículos. A través de esto el estudio indica que hay muchas probabilidades de su expansión se produzca.
Del mismo modo, y en comparación con el coste de desarrollo de otras tecnologías, los expertos vienen a concluir que es una inversión "barata". Claro que, existen otros puntos de su informe que hablan de la famosa cuestión (de la que ya os hemos hablado dentro de los retos del hidrógeno) de dónde y cómo va a salir el hidrógeno de estas estaciones, y sobre todo, cuánto va a costar a costar su producción.
Estos no lo han cuantificado de forma tan exacta, al menos no nos lo cuentan así. Lo que sí han analizado son diferentes estrategias. En lo que a producción se refiere, señalan que existe un margen para reducir las emisiones de gases contaminantes procedentes de la producción del gas que se mueve del 75% al 90%. Esto sería posible a través de tecnologías de captura y almacenamiento del CO2. Eso sí, estas no podríamos verlas actuar de forma eficiente hasta pasado 2020.
Del mismo modo, se comenta también la posibilidad de reducir el impacto medioambiental que se desprende de su transporte, hasta casi anularlo. Es curioso, porque con respecto a esto, os contamos hace unos días que First Element Fuel, una de las compañías implicadas en estos procesos en California, hablaba de rentabilizar el proceso en también 5 años. Decían que la red de abastecimiento que prevén tendría alguno puntos más costosos, que serían los más alejados porque dentro de su plan el transporte de hidrógeno se realizará con camiones por carretera.
Como conclusión al estudio, a pesar de la auto-conciencia que ofrece de su situación, nos vuelve a dejar la misma impresión de que muchos están empeñados en que la tecnología del coche a hidrógeno tenga su propia gesta épica en un periodo de tiempo muy reducido, mientras otros modos de movilidad alternativa han llegado a etapas más avanzadas de madurez y parecen estar más a nuestro alcance.
Vía | Universidad Davis
En Motorpasión Futuro | ¿Qué pasa con el coche de hidrógeno para que haya que subvencionarlo al 100%?, En Japón se aceleran los planes para la puesta en marcha de más de 100 hidrogeneras