La próxima generación de Mercedes-Benz SL utilizará la plataforma del Mercedes-AMG GT. El objetivo es claro, devolver algo de brío a las ventas del roadster de Mercedes-Benz. Y es que al modelo actual, presentado en 2013, sigue siendo demasiado cercano, a nivel estético y técnico del SL (R230) de 2001.
Mercedes-AMG comenzó el desarrollo del nuevo SL en paralelo a la versión roadster de su modelo GT. De este modo, AMG realiza sustanciales ahorros en el desarrollo de su modelo estrella, en producción y en operaciones de ingeniería en general.
De esta forma, AMG ha podido liberar fondos para desarrollar versiones más radicales y especiales del GT. Ya conocemos la GT R, pero pronto habrá una variante GT C y la esperada Black Series, que promete ser lo más radical de Mercedes-AMG hasta la fecha.
El próximo Mercedes-Benz SL debería llegar al mercado en 2019. De tracción trasera, adoptaría la misma plataforma que el Mercedes-AMG GT. Eso implica un motor longitudinal situado en posición central delantera y caja de cambios transaxle (en el eje posterior) para un reparto óptimo del peso. Supone un salto cualitativo hacia delante en términos de deportividad, pues hasta ahora el SL se inspiraba en la tecnología y arquitectura del Clase E.
El SL era y es un coche pesado, pero esta nueva generación utilizará aluminio para la carrocería, un árbol de transmisión en fibra de carbono (como en el GT) y, sorpresa, el techo metálico retráctil que hacía del SL un roadster y cupé dos en uno dejará sitio para una capota de lona tradicional. Las fuentes de Autocar sugieren que esto dejaría vía libre para una versión cupé del SL. Dicho de otro modo, volveríamos a ver en la gama Mercedes-Benz un SLC al destilo del C107 fabricado de 1973 a 1981.
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