Como ya he comentado con anterioridad, las unidades analizadas usan el mismo motor, 1.6 turbodiesel de 110 CV. Actualmente Peugeot no comercializa este motor con cambio de 5 velocidades, sólo lo ofrece en 6 velocidades en manual y automático. En cuanto a Ford, según el configurador no se ofrece el 1.6 TDCi de 110 CV (debe ser un error).
Habiendo probado el 1.6 TDCi de 110 CV en el modelo previo al restyling es normal que no me gustase el 1.8 TDCi de 115 CV que pusieron después, un motor menos refinado y menos satisfactorio en todos los sentidos. Ya lo comenté en la prueba del año pasado.
Conducción y dinámica
Los datos que doy a continuación son de serie y con el cambio manual de 5 velocidades para el Peugeot. Dinámicamente son tremendamente similares, el Peugeot pesa un poco más (va más equipado) y tiene mejor aerodinámica. En este caso, ambos montaban las mismas dimensiones de neumático y las relaciones de transmisión son un poco más cortas para el 308.
Según ficha, el Focus acelera a 100 Km/h en sólo 10,9 segundos, por 11,3 del Peugeot (insisto, de serie). La velocidad punta declarada es 2 Km/h superior en el francés, que alcanza 190 Km/h. Las recuperaciones y aceleraciones son muy similares, apenas hay diferencias entre ellos como para inclinar la balanza.
En cuanto a consumos, la cuestión es un poco peliaguda. Ambos coches se entregaron con poco combustible, y no estaba por la labor de llenarlos para corregir el cálculo del ordenador en décimas. Al final de la prueba, ambos acabaron declarando 5,0 l/100 Km de gasóleo.
Según ficha, el Peugeot gasta +0,2 l/100 Km, aunque tengo la impresión de que el 308 realmente gastaba un poco menos que el Focus. De todos modos, la diferencia es muy pequeña. Del 308 me quedo con que la reserva dura mucho (más de 150 Km), mientras que en el Ford cuando salta queda combustible para 70-90 Km o menos. El 308 tiene más depósito, luego tiene más autonomía.
En ambos casos, no proporcionan prestaciones elevadas ni dan grandes emociones, pero para la conducción diaria tienen de sobra y son muy agradecidos con los conductores tranquilos al ser muy austeros. Hay modelos más ahorradores, como el Volkswagen Golf Bluemotion (1.9 TDI 105 CV) o el Renault Megane 1.5 dCi eco2 (105 CV).
Como actualmente no se puede comprar el 308 1.6 HDi 110 con cambio de 5 velocidades, hagamos algunos cálculos. El cambio de 6 velocidades manual hace que gaste más (según ficha), pero va más desahogado en autopista al ir menos revolucionado. A 2.600 RPM circularía en 6ª a casi 135 Km/h, no a 120 Km/h.
Eso sí, con el cambio pilotado CMP de 6 velocidades, el 308 1.6 HDi es más interesante, pues se libra del impuesto de matriculación (como el Focus) y consume menos que con los cambios manuales. Los desarrollos son más largos que en el modelo de manual de 6 velocidades, aún va menos revolucionado. Además, las prestaciones mejoran también. En precio, también es más económico; vamos, que yo no me lo pensaría mucho: CMP.
El tacto de conducción del Ford Focus me gustó un poco más, me pareció un poco más deportivo y preciso. Es criticable el tacto del cambio (un poco duro) y con recorridos muy marcados, pero lo prefiero al típico 5 velocidades de PSA. El comportamiento al límite es más vivo en el Focus, pues es más travieso. Ahí dejo el detalle de que los asientos de serie del Peugeot sujetan un poco mejor.
El 308 apuesta por unos modales más neutros y predecibles, sin tendencias claras al subviraje o sobreviraje. El compromiso entre estabilidad y comodidad está un poco más conseguido, pues cuesta descolocarle y a su vez es muy confortable incluso para viajes muy largos. Por ejemplo, tomando curvas en fuerte apoyo, el Focus puede insinuar un leve sobreviraje donde el 308 simplemente va sobre raíles.
Me quedo con el Ford Focus por comportamiento, las situaciones en las que se muestra más jugueton no son precisamente normales. Además, el puesto de conducción es más ergonómico y eso se agradece en todo tipo de conducción, sobre todo si es deportiva (la dirección tiene 3 programas de dureza, al gusto de cualquiera). Eso sí, para viajar de forma tranquila, el 308 casi me gustó un poco más.
En cuanto a capacidad de frenada, en ambos modelos me pareció satisfactoria subjetivamente. Cuando se frena muy fuerte, las luces de emergencia se encienden en los dos modelos, avisando a otros conductores de un posible peligro.
Los dos disponen de diversas ayudas para la conducción como reconocimiento vocal (más funcional en el Ford), luces automáticas, regulador de velocidad, limitador de velocidad (sólo Peugeot), luces direccionables en curva, etc. Son muchas opciones para comentar y el espacio es limitado.
En resumidas cuentas, son modelos austeros, aunque los hay más austeros. Sí que son de los más agradables que hay en cuanto a rumorosidad o vibraciones, las prestaciones son correctas, el comportamiento es muy seguro, agradables para viajar, etc.
Por ejemplo, si los enfrentamos al Kia Cee’d/Hyundai i30, vibran más a bajo régimen y tienen mayor sonoridad (más que nada por los neumáticos). Sea cual sea el que elijamos, Ford Focus o Peugeot 308, es una buena compra.
Mañana veremos equipamiento y seguridad.