Para compensar el mal cuerpo que se nos ha quedado el otro día con el accidente del Ferrari, vamos a compensar con una historia de alguien con algo más de suerte, ya que el conductor salió sólo con heridas leves.
Ocurrió hace unos días en Helsinki (Finlandia), el conductor de un Volkswagen Golf III versión familiar fue aplastado por un camión de 18 ruedas ruso, de estos tan pequeñajos que llevan contenedores de barco.
Claro, que lo de “mucha suerte”, es relativo. Mientras escribía esto un amigo me ha dicho que tener suerte no es que te caiga un camión encima y no sufras heridas graves, tener suerte es pasar por el otro lado y decir “anda, acaba de volcar ese camión”. En defensa de mi teoría argumento que el conductor va a mejorar su coche y a partir de ahora seguro que vive con mucha más ilusión.
Vía | Carscoop > VWVortex
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