Estas son las siete claves para comprender la derrota del Chiron frente al Koenigsegg Agera RS
Se ha desatado una improvisada guerra por batir récords de velocidad. Bugatti desveló hace unas semanas que su espectacular Chiron se iba a embarcar en un programa de gestas épicas con las que postularse como el coche más rápido del mundo a base de pasear sus 1.500 CV de potencia.
Casi como si estuvieran esperando su oportunidad, en Koenigsegg no han tardado más que unos días en detrozar el primer registro marcado por el Chiron. Si el Bugatti lograba el 0-400-0 km/h en 41,97 segundos, el no menos impresionante Agera RS ha rebatido su argumento en nada menos que 5,5 segundos, ¡36,44 segundos! Pero, ¿cómo lo ha conseguido?
1. Potencia
La potencia es la fuerza física determinante para que un coche pueda romper récords de este tipo. Desde que el motor es capaz de transformar en este caso un derivado del petróleo en energía hasta las ruedas y estas se mueven para desplazar el coche, la cantidad de caballos que son capaces de empujar especialmente a velocidades MUY elevadas determinan cómo de rápido puede moverse el vehículo.
A medida que aumenta la velocidad la resistencia a seguir sumando dígitos al velocímetro requiere una demanda de potencia que se incrementa exponencialmente, y el Koenigsegg Agera RS es significativamente menos potente que el Bugatti Chiron.
El motor que mueve a la bestia sueca es un ocho cilindros en uve de aluminio con 5.0 litros de cilindrada y aspiración forzada por doble turbo de geometría variable que con gasolina convencional dispara la potencia hasta 1.176 CV y 1.280 Nm de par motor. Cifras que contrastan notablemente contra los 1.500 CV y 1.600 Nm del Chiron.
Con Entonces, ¿cómo puede ser posible? Fácil, no todo es cuestión de potencia.
2. Peso
Si hay un dato determinante en esta lucha de titanes contra la velocidad es sin duda el peso. Mientras que el Chiron deja la báscula parada en 1.995 kg, el Agera RS se queda en unos relativamente escuetos 1.295 kg en seco. La ventaja del sueco es de nada menos que 700 kg menos, o lo que es lo mismo, un 35% menos de peso que le hacen ser mucho más rápido en cualquier tipo de cronometraje, ya sea en aceleración o en frenada.
Con una diferencia de peso tan notable, el Agera RS ha conseguido lanzarse hasta a 400 km/h en 26,88 segundos y ha decelerado de 400 km/h a 0 km/h en sólo 9,56 segundos. La distancia empleada ha sido de 1.958 metros para la aceleración y 483 para la deceleración. ¡Impresionante!
3. Transmisión
El golpe sobre la mesa que ha dado Christian Von Koenigsegg con Niklas Lilja a los mandos del Agera RS se ha llevado a cabo sobre una pista construida en la Segunda Guerra Mundial. Un firme que mezcla asfalto y hormigón cuya adherencia posiblemente distase mucho de ser la óptima para este tipo de aventuras.
Si la capacidad para transferir la energía al suelo es clave, más aún sobre una superficie no muy adherente, pero si a la ecuación le sumamos aún la variable de las diferencias de transmisión entre el Agera RS y el Chiron es para echarse las manos a la cabeza.
Una de las razones de la diferencia de peso entre uno y otro está, en parte, en el tipo de transmisión que utilizan. Mientras el Bugatti emplea un sistema de tracción integral a las cuatro ruedas, el Koenigsegg es pura furia destinada directamente a las ruedas traseras. Dos ruedas motrices menos y aun así es más rápido.
4. Neumáticos
Si la mecánica es importante para generar, digerir y dirigir cifras astronómicas de potencia, los neumáticos son el otro extremo. Sin unos zapatos apropiados cualquier coche que quisiera optar a conseguir cualquier récord empezaría a bailar sin control.
En teoría, el Agera RS sale de fábrica con unos Michelin Supersport homologados para el día a día. Un calzado específico diseñado por Michelin para un coche de estas características dinámicas con medidas 265/35 R19 delante y 345/30 R20 detrás con la particularidad de que cuentan con código de velocidad Y, homologados hasta 400 km/h.
De la misma manera, el Bugatti Chiron se calza unos buenos Michelin con los que la marca francesa intenta aplacar las iras mecánicas del motor de 16 cilindros. Tanto por compuestos como por estructura, los dos coches deben llevar unas ruedas fabricadas ex profeso, capaces de soportar las fuerzas inhumanas a las que serán sometidos sin desintegrarse en mil pedazos.
5. Aerodinámica
Con una potencia por encima de los 1.000 CV transmitida exclusivamente a las ruedas posteriores, el Koenigsegg Agera RS necesita pegarse muy bien al asfalto para que el piloto no pierda el control. La mayor novedad del RS con respecto al Agera normal y al Agera R es que su paquete aerodinámico cambia notablemente y recibe una carrocería destinada a generar carga.
La nueva carrocería con un splitter delantero enorme, apéndices aerodinámicos y alerón fijo posterior del Koenigsegg puede generar una fuerza contra el suelo de unos descomunales 485 kg a 200 km/h, o traducido de otra manera, 185 kg más que el Agera R para apretar los Michelin contra el asfalto.
6. Adiós lujos
Vale, sí, es cierto que ya quisiéramos cualquiera de nosotros convertirnos en celebrities para poder pagarnos un Koenigsegg. Además de ser deportivos también hacen ciertas concesiones al lujo, pero no dejan de lado su objetivo primordial: ser extremadamente rápidos. En recta o en curva.
Mientras tanto, el Chiron es la panacea opulenta de aquellos con unas cuentas corrientes obscenas, así que su interior es una oda al refinamiento extremo, dotado de todas las comodidades habidas y por haber y llevadas a su máxima expresión para que aquél que pueda conducir uno de estos coches se sienta colmado de lujos.
En Koenigsegg no. Allí las cosas funcionan de otra manera y las voces de los ingenieros han primado por encima de las de los diseñadores e interioristas.
7. Precio
Quien se plantea la compra de este tipo de coches no tiene muchos problemas a la hora de hacer frente a la factura, pero las diferencias vuelven a ser notables entre Koenigsegg y Bugatti.
Si la bestia francesa del Grupo Volkswagen cuesta la friolera de 2,4 millones de euros como los que ha pagado recientemente Cristiano Ronaldo por el suyo, el Agera RS podríamos catalogarlo incluso de asequible siendo un superdeportivo que no alcanza los 2 millones. Aún te quedarían 400.000 euros para gastarte en gasolina y neumáticos.
Desconocemos el coste de desarrollo de ambos modelos, pero podemos hacernos una idea de lo que supone Bugatti y toda su magnitud dentro de VAG contra una empresa digamos modesta como Koenigsegg, así que el mérito es doble. O triple.