Probamos la Isuzu D-Max: una pick-up que puede ser la mejor compañera de trabajo o un todoterreno muy capaz
Llevábamos mucho tiempo sin noticias de la Isuzu D-Max, pero la pick-up japonesa está más viva que nunca. O al menos se ha vuelto más interesante que nunca porque acaba de recibir una actualización que pone al día el modelo presentado en el año 2019.
La mayoría de pick-up son muy capaces fuera del asfalto y eso es un plus, ahora que los todoterreno están tan de moda y los pocos que se venden son tan caros, por lo que muchos encuentran en las pick-up la alternativa perfecta para disfrutar del campo.
Han pasado más de 20 años desde que se lanzó la primera Isuzu D-Max
En España, las pick-up no son especialmente populares, pero cada vez hay más personas que optan por este formato, tanto para un uso profesional, como para un uso recreacional. Incluso como único coche de la casa, al fin y al cabo, los modelos actuales son más polivalentes que nunca y, al contrario que hace años, se parecen más a un turismo que a un vehículo comercial.
Es el caso de la Isuzu D-Max, que estrena cambios por fuera y por dentro para ganar versatilidad y ser más confortable, sin perder las capacidades que tenía hasta ahora. Eso significa que sigue siendo extremadamente robusta, mantiene una buena capacidad de carga y continúa desenvolviéndose muy bien en el campo, pero es más cómoda y utilizable.
Por fuera, cuesta encontrar las diferencias con el modelo anterior, pero las hay, sobre todo, en el frontal. Sigue midiendo 5,28 metros de largo, pero estrena paragolpes, parrilla delantera, faros, capó, faldones laterales portón trasero y pilotos traseros para tener un aspecto más moderno y agresivo.
También cuenta con más opciones de personalización porque Isuzu ha ampliado el catálogo de llantas y la paleta de colores exteriores. Además, se puede elegir entre dos tipos de carrocería: Space y Crew.
La primera tiene cuatro plazas y cuatro puertas, pero las dos puertas traseras se abren en sentido opuesto a la marcha, mientras que la versión Crew es la similar a un turismo, con cinco plazas (las traseras más amplias que las de la variante Space) y cuatro puertas convencionales.
A cambio, la Space tiene una caja más amplia que la Crew: 1,81 metros frente a 1,53 metros; ambas, eso sí, se pueden cerrar e Isuzu ofrece todo tipo de preparaciones a sus clientes, como versiones frigoríficas o grúas. Como la Isuzu D-Max se asienta sobre un chasis de largueros y travesaños, es fácil transformarla.
Isuzu D-Max: así es por dentro
Por dentro también ha cambiado. Son nuevos el volante, el salpicadero y la pantalla táctil central, que es de 8” en todos acabados, excepto en el tope de gama Nitro Sport, que crece hasta las 9”.
El cuadro es analógico, salvo en los acabados F+ y Nitro Sport, que es parcialmente digital porque tiene una pantalla a color de 7,2” en el centro del tablero para complementar a los indicadores analógicos y mostrar la información del ordenador de a bordo, del vehículo y de los sistemas de asistencia a la conducción.
El diseño del interior no es el más moderno que hemos visto últimamente, ni utiliza materiales premium, pero es funcional, ofrece una buena ergonomía, muchos huecos portaobjetos, espacio y da la impresión de que está hecho para aguantar lo que sea: transmite mucha robustez.
En el acabado Nitro Sport de la unidad probada en la toma de contacto, es más vistoso, tanto por la tapicería de “ecopiel” (piel sintética), como por las molduras en negro piano (más delicadas, eso sí) y la pantalla táctil central de 9”.
Independientemente del tamaño de la pantalla, el multimedia es idéntico en todas las versiones. Es otra de las novedades de esta actualización: es más moderno que el anterior, tiene una mayor conectividad (Apple CarPlay y Android Auto incluidos, aunque con cable) y funciona bien, si ser el sistema de infoentretenimiento más rápido ni tener el diseño más atractivo, pero con un manejo intuitivo y una buena respuesta.
Una de las cosas buenas del multimedia y, en general, del interior de la D-Max, es que la pantalla táctil se complementa con botones físicos, como los del climatizador (o aire acondicionado, según versión).
No hay nada más práctico. Parece que Isuzu lo tiene claro, por eso hay bastantes mandos físicos repartidos por el habitáculo, como el que cambia los modos de tracción (tracción trasera, tracción total y tracción total con reductora), una ruleta situada en la consola central, justo debajo del climatizador.
Aprovechando la puesta al día de su pick-up, Isuzu ha incrementado el equipamiento de seguridad. La D-Max cuenta con nuevos ADAS y los que ya tenía se han optimizado, como la frenada de emergencia con detección de peatones, ciclistas, motos y coches, gracias a una nueva cámara frontal.
Estrena control de crucero adaptativo inteligente con asistente en atascos, advertencia de obstáculos marcha atrás, frenado automático de emergencia marcha atrás, frenada de emergencia autónoma con asistente de giro o un sistema de monitorización de la atención del conductor.
Otra de las novedades es el Rough Terrain Mode System. Se trata de un sistema diseñado para mejorar el rendimiento en el campo que utiliza el control de tracción para reducir el par motor en las ruedas que pierden adherencia.
Se puede utilizar con la tracción trasera y con la tracción total, también en combinación con la reductora y con el bloqueo del diferencial trasero, por eso es útil en el campo, pero también en carretera, por ejemplo, cuando el asfalto está mojado.
En la práctica, cuando se activa este sistema, es más seguro conducir en condiciones deslizantes y, sobre todo, en el campo. La electrónica trabaja para que no haya pérdidas de motricidad y podamos avanzar, incluso en situaciones muy adversas.
Así va la Isuzu D-Max
Parte de la toma de contacto ha tenido lugar en pleno monte y la D-Max realmente sorprende por sus capacidades todoterreno, a pesar de ser enorme y de tener un motor relativamente modesto, máxime para un vehículo que pesa algo más de 2,1 toneladas.
Y es que la mecánica no ha cambiado, por lo que sigue utilizando un motor turbodiésel 1.9 de cuatro cilindros que desarrolla 163 CV y 360 Nm, siempre asociado a un cambio automático de convertidor de par con seis marchas. Es el mismo motor que utiliza el camión Isuzu M21 de 3,5 toneladas, por lo que te puedes hacer una idea de lo duro que es.
Lo bueno de este motor es que tiene mucho par y lo entrega desde las 2.000 rpm, por lo que, en conjunto con el cambio automático, permite a la pick-up moverse bien fuera de la carretera. Si a eso le sumamos unas cotas todoterreno bastante decentes para ser una pick-up, el sistema de tracción total, los neumáticos todoterreno y el Rough Mode, el resultado es una bestia tremendamente eficaz en el campo.
El ángulo de entrada es de 30,5 grados, el de salida de 24,2 grados y el ventral de 22,9 grados, mientras que la altura libre al suelo es de 240 mm y tiene una capacidad de vadeo de 800 mm.
Como no tiene diferencial central, por defecto funciona en modo 2H, es decir, con la tracción trasera, pero la ruleta de la consola central permite cambiar al modo 4H (tracción total) y, en caso de que sea necesario, se puede pasar a 4L (tracción total con reductora).
De esta forma, hay pocas zonas que se le resistan, pero todavía existe la posibilidad de bloquear el diferencial trasero para avanzar cuando la cosa se complica demasiado.
En la ruta realizada durante la prueba no ha sido necesario, simplemente he utilizado el Rough Mode y la reductora en un par de pendientes muy pronunciadas y con algo de barro, aunque también es justo decir que conducía con la caja completamente vacía de carga.
Lo malo de circular así es que la suspensión, que tiene ballestas en el eje trasero, es demasiado firme en carretera. Hay que tener en cuenta que es un vehículo muy enfocado al uso profesional, por eso está hecho para soportar grandes cargas.
Con todo, la D-Max no es incómoda en carretera. Se puede viajar con un buen nivel de confort, aunque en zonas de muchas curvas es un poco torpe por culpa de una dirección muy desmultiplicada que, a cambio, viene de perlas en el campo. En cuanto al consumo, en carretera se mueve en el entorno de los 9,5 l/100 km, pero el depósito de combustible tiene 76 litros de capacidad, por lo que la autonomía es buena.
Precio de la Isuzu D-Max
La Isuzu D-Max ya está a la venta. En España, el grupo italiano Midi Europe se encarga de distribuirla y nos ha asegurado que la disponibilidad es inmediata. Hay cuatro acabados disponibles, con la carrocería Space y con la carrocería Crew: N60 B, N60 BB+, N60 F+ y N60 NITRO SPORT. Siempre lleva el motor 1.9 turbodiésel de 163 CV, tracción total y cambio automático.
versión |
pvp sin iva |
---|---|
ISUZU D-MAX SPACE N60 B |
34.200 € |
ISUZU D-MAX SPACE N60 BB+ |
36.000 € |
ISUZU D-MAX SPACE N60 F+ |
40.200 € |
ISUZU D-MAX SPACE N60 NITRO SPORT |
42.300 € |
ISUZU D-MAX CREW N60 B |
35.700 € |
ISUZU D-MAX CREW N60 BB+ |
37.200 € |
ISUZU D-MAX CREW N60 F+ |
41.400 € |
ISUZU D-MAX CREW N60 NITRO SPORT |
43.800 € |
Los precios que nos ha proporcionado Midi Europe son sin descuentos, pero no incluyen el IVA porque el vehículo está enfocado a clientes profesionales. Con la cabina Space y el acabado N60 B, parte desde los 34.200 euros sin IVA. El mismo acabado con la cabina Crew arranca en 35.700 euros.
El tope de gama N60 Nitro Sport con cabina Crew parte desde los 43.800 euros. De manera opcional, se puede elegir la pintura metalizada (570 euros) y el color Dolomite White Pearl para los dos acabados más altos, que tiene un coste de 680 euros.
A lo largo del año que viene, la gama Isuzu D-Max crecerá con una versión completamente eléctrica con tracción total y con chasis de largueros y travesaños. Tendrá 177 CV, pero todavía no se ha presentado, por lo que habrá que esperar unos meses para conocerla. En teoría, debería venderse en Europa.