Hace ya casi dos meses, nuestros compañeros de el Blog Salmón nos acercaban la noticia de que Europa y Japón se habían comprometido a hacer un Tratado de Libre Comercio y también nos explicaban las posibles consecuencias que tendría para la economía. Pues bien, ahora Japón y Europa van a empezar a negociar el mismo para ponerlo en marcha.
Un Tratado de Libre Comercio (o TLC) reduciría los costes que tienen las empresas para importar o exportar vehículos entre la Unión Europea y Japón. Los fabricantes europeos de automóviles por medio de ACEA ya han expresado su escepticismo a uno de los puntos previos del mismo llamado “Hoja de ruta automotriz”.
La poca concreción de los detalles relativos al automóvil hacen temer a los fabricantes que los japoneses sean capaces de reventar el mercado europeo. Quitando parte de los gastos de aduanas e impuestos, por un valor medio de 1.500 euros por coche, los precios de los coches japoneses podrían ser tan ajustados que pegaran un revolcón a los coches fabricados en el viejo continente.
Esto según ACEA producirá una disminución en la producción de automóviles en Europa de 160.000 unidades mensuales, con las posibles pérdidas de empleo que ello implicaría. También dicen que igual que Europa va a quitar sus barreras arancelarias para los coches japoneses, Japón debería quitar las suyas y otras medidas proteccionistas.
Entre estas medidas proteccionistas están las ayudas a los Kei Cars, de mucho éxito en Japón, de las que los coches similares europeos no se benefician. También deberían quitar la obligación de realizar algunos cambios en los coches antes de que entren a Japón y por la que algunos modelos europeos no se pueden vender en aquel país. En Japón solo un 4% de los coches vendidos son europeos, no tenemos mucho que ganar si no se quitan esas restricciones y para colmo la economía japonesa lleva ya muchos años en punto muerto.
El típico “o petroleamos todos o el motor al río” explicado de otra manera. Así que por lo visto este tratado podría traer bastantes beneficios para el consumidor final, ya que europeos y japoneses tendrían que competir (al menos en Europa) en igualdad de condiciones y se supone que esto llevaría a una bajada de precios, pero hay que jugar en igualdad de condiciones. Otra cosa que podría pasar, y que no encuentro en ninguna de las fuentes, es que los fabricantes japoneses recentralicen parte de la producción que ahora realizan en Europa.
La industria europea y concretamente la española no está como para perder capacidad de producción, así que esperemos que estos flecos se recorten apropiadamente.
Fotografías | Flickr (I y II)
Fuente | El País y ACEA
En El Blog Salmón | ¿Cómo afectaría a la Unión Europea un tratado de libre comercio con Japón?