Tom Kristensen ya había entrado en la historia de Le Mans hace tres años. En 2005 certificaba su séptima victoria en las 24 horas de Le Mans, rompiendo el empate que hasta ese momento mantenía con otro ilustre, Jackie Ickx. El belga era hasta ese momento Mr. Le Mans, por meritos propios. Hablar de Le Mans era hablar de él. Pero en ese año todo cambió. Y a pesar de que la presencia del danés en Le Mans comenzó gracias al destino.
El accidente de uno de los pilotos del Porsche WSC95 de Joest, Davy Jones, le permitió entrar en la formación que posteriormente se hiciera con la victoria. El WSC95 era un sport prototipo, desarrollado por TWR y derivado de los Jaguar XJR, camuflado gracias a unas normas algo más permisivas que las actuales.
A partir de ahí la sombra del Kristensen en el circuito francés es alargada. Participó dos años con los BMW LM y BMW LMR que finalmente ganarían con Dalmas, Winkelhock y Martini en 1999, para en 2000 comenzar una relación fructifera con Audi que dura hasta la actualidad. Relación que ha dado algo más que frutos. Además de su presencia casi obligatoria en Le Mans, Kristensen es piloto oficial Audi en el DTM desde 2004.
Volviendo al año 2000. Ese año comenzaría el éxitoso palmarés de la firma de Ingolstadt en el circuito de La Sarthe. El R8 de 1999 no tenía nada que ver con el del 2000 y la ausencia de la ganadora del año anterior, BMW, dejó la senda más libre a esa primera victoria. Frank Biela, Enmanuelle Pirro y el propio Kristensen tendrían el honor de ganar por primera vez. Segundo entorchado para el danés.
Tras eso cinco victorias más consecutivas. Todas ellas con Audi, incluida una, en 2003, a los mandos del Bentley EXP Speed 8. Un Audi disfrazado de Bentley, cosas del marketing. Esas seis victorias incluida la del 97 le colocaban en el olimpo de los pilotos de Le Mans. Casi sin darse cuenta y casi sin despeinarse había igualado y superado el record de Ickx.
En los años 2006 y 2007 el cambio de pilotos en las distintas formaciones de Audi impedirían a Kristensen engrosar su palmarés. Sus compañeros en victorias pasadas con Audi, Franck Biela y Enmanuelle Pirro conseguirían dos victorias más con el nuevo R10, mientras que Marco Werner era el encargado de sustituir al danés.
En 2008, las 24 horas de Le Mans, o más bien "sus 24 horas de Le Mans" le volvían a sonreir. La dura lucha con Peugeot hace que esta sea una de sus victorias más bonitas. Una victoria luchada y trabajada y que pone de manifiesto que conducir en Le Mans no es lo mismo que hacerlo en cualquier otra parte. Ocho victorias acumula ya y seguro que el año que viene le volvemos a ver luchando por la novena.
