Anticipándose al Salón del Automóvil de Ginebra, Ford presenta internacionalmente el nuevo monovolumen pequeño Ford B-Max en el Mobile World Congress de Barcelona (MWC). El año pasado pudísteis ver las primeras imágenes de este modelo en Motorpasión. El B-Max tiene el honor de ser el primer Ford para el mercado europeo con el sistema multimedia y de conectividad SYNC (por fin).
El Ford B-Max se construye sobre la plataforma del Fiesta. Mide 4,06 m de largo, 11 centímetros más que un Fiesta, pero 32 cm más corto que un C-Max. Mide 1,59 m de alto. Viene a competir con modelos como el Opel Meriva, el Renault Grand Modus, o el Citroën C3 Picasso. Va un paso más allá que el Meriva, y se atreve a abrir completamente el lateral, sin dejar pilar central alguno.
Los marcos de las puertas son más anchos y robustos que los de una puerta convencional. La puerta delantera tiene en la esquina superior y en la inferior un anclaje para que se quede sujeta contra sendas fijaciones sobre el arco del techo y en el larguero, también algo más robustos.
Ford B-Max: apertura y accesibilidad totales
Para poder seguir manteniendo un habitáculo rígido y lo más indeformable posible se opta por utilizar en determinadas zonas aceros al boro, de ultra alta resistencia. La apertura de todo el lateral deja un hueco de acceso muy amplio. La puerta trasera es deslizante y se abre hacia atrás a través de una pequeña hendidura en la carrocería.
El acceso a las plazas traseras es bueno, y los pies no chocan contra nada, salvo acaso el propio asiento delantero. Las plazas traseras, para las dimensiones del coche, son muy espaciosas, con una distancia para las rodillas muy razonable, suficiente espacio para los pies, aunque algo encajados entre la estructura de soporte de los asientos. La altura libre hasta el techo permite acomodar a personas bastante altas.
Los asientos son cómodos, firmes y con buen apoyo lumbar. La calidad de acabado es muy buena, con la parte alta del salpicadero acolchada, con muy buena prestancia. Aunque los paneles interiores de las puertas son de plástico duro tienen buen aspecto también.
El salpicadero es muy similar al del Fiesta, con ligeros matices, como el climatizador, el cuadro de instrumentos, o las salidas de aire. El tapizado de cuero y el diseño y costuras de los asientos de la unidad de la presentación me encantó.
El maletero me ha parecido bastante grande, aunque no he podido confirmar qué dato de volumen homologa. Tiene bastante altura y dispone de un doble suelo para organizar mejor el espacio. La tabla separadora de ese doble suelo puede retirarse si se desea.
La unidad de la presentación estaba equipada con un techo solar de vidrio sobretintado con cortinilla parasol interior. Me imagino que será un equipamiento opcional. No era practicable, así que solo daba más luz y vistas al habitáculo.
Motores eficientes y consumos bajos
Sin duda el motor estrella del nuevo Ford B-Max es el 1.0 EcoBoost, un gasolina de tres cilindros que Josep Camós os explicó técnicamente a las mil maravillas hace poco. La diferencia es que en el B-Max son 120 CV (y no 125 CV como en el Focus). El consumo medio según homologación es de solo 4,9 l/100 km, con unas emisiones de CO₂ de 114 g/km (con lo que no paga impuesto de matriculación).
También estará disponible con motor diésel 1.6 TDCi de 95 CV, que tiene un consumo de 4,0 l/100 km y unas emisiones de CO₂ de 104 g/km. Visto lo visto en la prueba del Focus con el motor EcoBoost, y la poca diferencia de consumo entre diésel y gasolina, creo que el pequeño motor de explosión debería recuperar cuota de mercado frente a los TDCi.
Además del sistema SYNC, el Ford B-Max también podrá montar un sistema de sonido premium de Sony o el sistema de seguridad Active City Stop de frenado automático del coche para evitar una colisión, entre otros.
Los gastos del viaje para esta presentación han sido asumidos por la marca. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.
En Motorpasión | El Ford B-Max es desvelado antes de tiempo