Viene de la primera parte. Actualmente se comercializan dos versiones con el motor 1.6 Multijet de 105 CV. Tenemos Multijet y Multijet Eco; la segunda versión está pensada para un consumo menor, y homologa 4,5 l/100 Km de gasóleo. Aunque técnicamente no paga impuesto de matriculación, el precio de tarifa es exactamente el mismo que el que paga 4,75% de impuesto.
La versión que probé no es la Eco, tiene la ventaja respecto a aquel de unas prestaciones levemente mejores. Si ese aspecto no tiene una importancia vital, recomiendo más el Eco ya que empieza a ahorrar combustible desde el primer kilómetro. Dentro de unos meses acabarán retirándolo del mercado, dejando sólo el Eco.
Ahora, si me lo permitís, nos metemos en harina:
Conducción y dinámica
Los motores diesel del grupo Fiat de los últimos años arrastraban como defectos congénitos una elevada rumorosidad, un rendimiento que no era el mejor o mucha pereza en la parte baja del tacómetro. El 1.6 Multijet es un motor de nueva hornada, lo último de la casa italiana, y me llena de orgullo y satisfacción el cambio respecto al motor equivalente del Stilo.
Este motor entrega 105 CV a 4.000 RPM, régimen que no merece la pena alcanzar ya que pasadas las 3.500 RPM el empuje empieza a decaer antes que en motores de la competencia y cifras similares. El par máximo de 290 Nm se tiene de 1.500 a 2.000 RPM, más Newtons/metro que el eterno 1.9 TDI de Volkswagen, más tiempo y a un régimen menor. Su consumo homologado en versión no-Eco es 4,9 l/100 Km.
Ahora bien, ¿esto es cierto? Realizando una conducción eficiente la mayoría del tiempo ha mamado ciudad con desplamientos cortos, 800 Km de autovía y otro tanto de ronda de circunvalación a 100 Km/h. Suponiéndolo lleno, la reserva se encendió a los 832 Km, teniendo autonomía para hacer más de 150 Km adicionales.
Cuando la aguja estaba tumbada en el “Empty” y el ordenador no me daba ya lectura de autonomía, no me arriesgué a conducir más. El cuentakilómetros parcial midió 950 Km, pero si quito acelerones puntuales y recorridos cortos con el motor frío, estoy seguro de que llega a 1.000 Km. Con un depósito de 58 litros me sale que el consumo es más alto de lo que indica la ficha. El ordenador concluyó 5,2 l/100 Km.
En un recorrido de 50 Km sin pasar de 100 Km/h, circulando de la forma más económica de la que soy capaz, el ordenador marcó un consumo de 4,8 l/100 Km. Siendo obvio el error de medición del ordenador me parece que los italianos son muy optimistas con el consumo, aun así, no deja de ser una cifra contenida, pues baja de 6 l/100 Km.
El 1.6 Multijet, al igual que todos los Bravo diesel, va asociado a una caja manual de 6 velocidades. Los desarrollos son larguitos, en 6ª a 120 Km/h gira a poco más de 2.000 RPM, y si vamos a 100 Km/h son prácticamente 1.750 RPM. Así, si se le compara con un Golf V 1.9 TDI el alemán será más prestacional ya que sus desarrollos son más cortos a pesar de que el motor anuncia menos par. Sin embargo, el 1.6 Multijet es mucho más suave y silencioso, a la par que progresivo.
Tiene cierta pereza a bajas RPM, pero ha evolucionado respecto a los 1.9 Multijet y JTD anteriores de potencia parecida, no es imprescindible tenerlo por encima de 1.500 RPM para que salga, ni habrá momentos en que digamos “¡Co%$, que estoy pisando a fondo y no se mueve!”. De todos modos, la rampa de mi garaje no la subía desde parado si no era resbalando algo de embrague, aun ayudado por el Hill Assist.
¿Tiene suficiente con 105 CV? Para seros sincero, sí. El motor diesel más modesto en cuanto a prestaciones tiene alegría más que suficiente para la conducción diaria, personalmente me satisface. La recuperación 80-120 Km/h en 4ª está muy próxima a los 10 segundos, y la aceleración 0-100 Km/h no es brillante, necesita 11,3 segundos. Con esto quiere decir que no le sobra demasiado.
Este coche es mucho más que un transporte privado que lleva de punto A a punto B. Puede darnos el agrado de conducción de una berlina más cara, pero con la comodidad de estar llevando un compacto. Si en carretera secundaria no circularemos apenas o no somos demasiado adelantadores, es un motor que cubre más que las necesidades básicas en un coche.
Por encima tiene el 1.9 Multijet de 120 CV, que será reemplazado a lo largo de 2009 por el 1.6 Multijet de 120 CV, actualmente sólo disponible con cambio automático. El actual tope de gama es el 1.9 Multijet de 150 CV, y a principios de año llega el 2.0 Multijet de 165 CV, que coexistirá con el de 150 CV un tiempo. Lo lógico y previsible es que los 1.9 Multijet acaben desapareciendo al haber sido superados en rendimiento y ecología.
El comportamiento dinámico del Bravo es mucho mejor que el del Fiat Stilo, sobre todo en cuanto a una mayor precisión de conducción y a que ya no balancea tanto, el tarado de suspensión es más adecuado. Peca de ser un poquito blando aunque en determinados firmes puede transmitir al habitáculo imperfecciones un pelín molestas.
En relación a sus eternos rivales, el Renault Megane de la generación saliente no le alcanza en agrado de conducción, pero tampoco rivaliza del todo con el Golf V (generación saliente). Lo veo más como un Peugeot 308 u Opel Astra, el C4 se queda atrás en confort o precisión. Las versiones Sport del Bravo tienen un ajuste más orientado a la conducción de gourmet que al confort.
Me parece un coche muy estable y que da confianza, no hace cosas raras. La dirección es un poco aislante, pero más cerca de un Golf/Astra que de un Megane/C4. Como en modelos Fiat previos, la dirección asistida tiene el modo “City” para que el volante tenga una resistencia mínima a poca velocidad, comodísimo para aparcar o movernos por aparcamientos.
El cambio de velocidades, aunque no es demasiado exacto, mejora respecto antes, no le pongo pegas. Es bastante mejor que el cambio de los Peugeot 308 o Citroën C4, y no peca de tacto mecánico como el Megane. Respecto a los pedales, tampoco tengo nada que objetar, es un coche muy fácil de llevar.
Mi unidad montaba neumáticos Continental SportContact2 de dimensiones 205/55 R16. Con ellos he conducido en seco, mojado e incluso a -4ºC por autovía. Estas gomas me gustan, pero tienen un uso más orientado a las prestaciones. Con un Golf V TSI de 122 CV en lluvia el coche va más suelto con estas ruedas, aunque más nervioso. Creo que unas ruedas de gama ecológica casan mejor en su planteamiento.
No he forzado el coche en puertos de montaña al ser una versión de poca potencia. En la conducción habitual y alguna situación de riesgo simulada donde no revestía peligro el Bravo me ha convencido y creo que hay que reconocer a Fiat un trabajo muy bien hecho. No hay errores de bulto que subsanar, más bien matices con poca importancia.
Por último tengo que reseñar el tema de la conducción nocturna. Circulando por autopista el alcance de las luces de cruce me pareció pobre y pensé “Estas halógenas iluminan poco”. Cuando me di cuenta que eran faros de plasma, se me quedó cara de poker. Le critiqué lo mismo al Opel Antara, iluminan poco.
En los faros de plasma hay que regular la altura del haz, no así en las opcionales de xenón, que me parece una inversión interesante ya que la iluminación es mejor así.
Por otra parte, las luces antiniebla de serie tienen la función de iluminación lateral cuando circulamos a poca velocidad. Hasta lo que yo sé, este sistema no es ilegal ni debería darnos problemas con la Guardia Civil, los Mossos o la Ertzaintza.
Esto es todo por hoy, próximamente más…