Los colores como el blanco, el negro, el gris o el plateado son los predilectos a la hora de escoger un coche. Pero también los que los visten suelen ser los automóviles que más se deprecian. Ocurre todo lo contrario con los de tonos llamativos, y los coches amarillos se llevan la palma en lo de conservar su precio pasados unos años.
Así lo vuelve a sostener el estudio anual que realiza el portal de compra venta iSeeCars. Y es que en no pocas ediciones los coches amarillos han salido ganadores en menor depreciación. El año pasado no fue una excepción.
Casi 4.000 euros menos que un coche negro o marrón
La media de depreciación de un coche con tres años de antigüedad, al menos según este análisis, se sitúan en un 22,5 % del valor respecto a cuando era nuevo. En dinero contante y sonante, unos 9.000 euros. Mientras, los coches amarillos sólo se deprecian un 13,5 %, lo que supone unos 6.000 euros. Es decir, que se traduce en perder 3.000 euros menos a la hora de venderlo como usado.
Esta es la principal conclusión de este estudio que ha analizado una muestra de más de 1,3 millones de coches usados con dicha antigüedad. Y de nuevo el amarillo se ha alzado vencedor en 2023. También lo hizo en 2022, junto a otros colores llamativos y poco habituales, como el naranja o el verde. Suele ser recurrente que esté en lo más alto en menor depreciación.
Y con bastante margen, además. Si nos vamos a los resultados de este último estudio, el beige queda en segundo lugar con un 17,8 % de depreciación y el naranja, tercero, con un 18,4 %: unos 8.000 y 7.000 euros respectivamente. Más allá del podio, encontramos el verde, el rojo o el azul, todos rondando los 9.000 euros menos respecto a cuando se vendieron nuevos.
La cara amarga de la depreciación la protagonizan automóviles de colores dorado, marrón o negro, todos rodando los 10.000 y los 11.000 euros de menor valor en comparación a su precio de venta.
¿Por qué los coches amarillos son los que menos pierden su valor? Es cierto que los coches amarillos suelen vestir coches pasionales o exclusivos, que suelen conservar más su precio pasados los años. De hecho analizando por segmentos, los deportivos y descapotables que menos se devalúan son precisamente en esta tonalidad. Pero, también ocurre por ejemplo con los SUV amarillos: de media sólo pierden un 9 % de su valor, unos 4.000 euros.
El estudio de iSeeCars concluye que esto también se debe a que son menos habituales, y por tanto más diferenciales. Es más, año tras año ganan no sólo en no devaluarse, también en ser más demandados respecto a la oferta existente. Lo que tiene su lógica.
Y es que se venden muy pocos coches nuevos en color amarillos. Esto se repite en todos los mercados del mundo: en regiones como Europa, Norteamérica, América del Sur Corea del Sur aglutinan el 1 % o incluso menos. Y en el resto no pasan del 2 %. Tampoco tonalidades como el naranja o el verde, precisamente dos de los colores que suelen estar a la cabeza en menor depreciación.
Es evidente que el color del coche no es el único factor que determina que un coche pierda su valor con el paso del tiempo, y quizá hay otros más importantes: la mecánica, el tipo de coche en sí (su exclusividad, segmentos populares...) o su estado obviamente están entre ellas. Pero este tipo de análisis demuestra que es otro más a tener en cuenta.
