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Bloodhound SSC. Cuando la velocidad del sonido no es suficiente

Bloodhound SSC. Cuando la velocidad del sonido no es suficiente
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El 15 de Octubre de 1997, el desierto de la Black Rock en Nevada (USA) fue testigo de uno de los mayores hitos del hombre. El Trust SSC (Super Sonic Car) alcanzó una velocidad media en sus dos pasadas de 1.228 km/h, estableciendo un nuevo récord y cumpliendo el objetivo de romper la barrera del sonido. El proyecto dirigido por Richard Noble contaba con el piloto de la Royal Air Force, Andy Green.

Una década después, el propio Noble comenzó a desarrollar el coche con el que pretende batir quiere su propio récord. El proyecto Bloodhound SSC se ha marcado como objetivo superar las 1.000 millas por hora, concretamente quieren llegar a los 1,690 km/h (o lo que es lo mismo, 469 m/s). El proyecto, que intentará batir el récord en 2014, está llenos de grandes números aunque quizás una de las cifras que más llame la atención sea que pretende alcanzar su velocidad máxima en tan sólo 42 segundos.

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Lo mejor de ambos mundos

El coche, que así podemos llamarlo ya que posee cuatro ruedas, cuenta con tecnología tanto automovilística como aeronáutica. La parte frontal está desarrollada como un coche de carreras ya que cuenta con un chasis monocasco fabricado en fibra de carbono en la parte anterior. La parte posterior, la encargada de alojar los propulsores, deriva de la aeronáutica ya que está construida con una estructura tubular metálica y paneles de aluminio.

El Bloodhound SSC mide 13,5 metros de longitud, tiene más de tres metros de altura y pesa casi de 8 toneladas (cargado de combustible) y como curiosidad, el diámetro de giro es de 120 metros. Las ruedas, macizas y realizadas en aluminio, miden casi un metro de altura y cada una de ellas pesa aproximadamente 100 kilogramos.

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Tres propulsores para batir un récord

La potencia estimada es de 135.000 CV, como ellos mismos dicen, seis veces la potencia de una parrilla completa de Fórmula 1. Para ello, el Bloodhound SSC cuenta con un motor jet Rolls Royce EJ200 (10 toneladas de empuje), el mismo que utiliza el caza militar Eurofighter, además de un cohete Falcon (12,5 toneladas de empuje). Pero no acaban ahí sus propulsores ya que como generador de energía auxiliar, el Bloodhound SSC utiliza un motor Cosworth CA2010. El mismo V8 que se utiliza en la Fórmula 1. Sólo el jet EJ200 mide cuatro metros de largo y tiene un diámetro de 85 cm. Por su parte, el cohete Falcon mide algo menos, 3,8 metros aunque su diámetro es algo menor, 45 centímetros.

Para frenar después de alcanzar semejante velocidad, el Bloodhound SSC cuenta con tres métodos de frenado que actúan en función de la velocidad. A partir de 1300 km/h se activan los aerofrenos mientras que los paracaídas se despliegan una vez que la velocidad ha bajado de los 1000 km/h. Por último, a 320 km/h, entran en acción los frenos de fricción

El lugar del récord aún está por definir ya que la opción de volver al desierto de Black Rock ha sido desechada. La falta de lluvia en la última década sumada al aumento de su uso, ha empobrecido las condiciones de la “pista” imposibilitando encontrar una zona de 220 kilómetros cuadrados y una recta de 19 kilómetros para establecer el récord. El equipo ha comenzado la búsqueda de un sitio ideal y para ello se están analizando emplazamientos en los cinco continentes.

En Boxes Dunlop | Thrust SSC, rompiendo la barrera del sonido a ras del suelo

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