Viajamos 75 años atrás para conocer la historia de uno de aquellos primeros monoplazas que han pasado a la historia. Recordamos el Mercedes-Benz W125, una de las primeras fechas plateadas de la marca de Stuttgart y una de las más exitosas. A pesar de competir durante únicamente una temporada, el W125 dominó con mano de hierro la temporada de Grand Prix de 1937 haciendo olvidar el dominio en años anteriores de sus “enemigos” de Auto Union.
1937 iba a ser la última temporada en la que los Grand Prix iban a utilizar la reglamentación de los 750 kilogramos. Todo valía siempre y cuando el monoplaza en vacío (sin piloto, ruedas o ningún líquido)no superara los 750 kilos. Mercedes-Benz, en su regreso a la competición había dominado en 1934 y 1935, sobre todo este último año en el que no dejó premios para sus rivales, 1936 sirvió para que Auto Union les pusiera las cosas difíciles. Por ello, para 1937, Mercedes-Benz desarrolló un monoplaza completamente nuevo, el W125.
Nace la normativa de los 750 kilogramos
Al mando del proyecto, Mercedes-Benz situó a un joven ingeniero de tan sólo 30 años, Rudolf Uhlenhaut. El alemán, que había llegado a la marca de Stuttgart tan sólo un año antes, era de esos ingenieros a los que les gustaba probar en primera persona sus creaciones. Como no podía ser de otra manera, Nürburgring fue su pista de pruebas.
El diseño de Uhlenhaut para el W125 contaba con un buen puñado de evoluciones técnicas con respecto a su predecesor, el W25. Contaba con un chasis tubular realizado en acero a cromo-níquel-molibdeno. Una aleación que dotaba al acero de mayor rigidez. Las suspensiones eran otros de sus puntos importantes ya que se huía de configuraciones habituales y buscando que las ruedas estuvieran en contacto siempre con el asfalto.
W125, evolución técnica
Por ello, se optó por montar muelles más blandos y contar con mayor recorrido en las suspensiones. Una solución completamente opuesta a lo habitual. En el eje delantero, la suspensión independiente era de doble trapecio ya utilizada en los modelos de producción 500k y 540k mientras que para el eje trasero la solución adoptada era un eje rígido tipo De Dion (con el diferencial unido al chasis) con barras de torsión. Aunque quizás lo más característico fuese sus tres tomas de aire en el frontal.
El motor, el M125, se trataba de ocho cilindros en línea de 5,660 c.c. con cuatro válvulas por cilindro y dos carburadores de succión. A pesar del peso máximo de 750 kilogramos, tan sólo el motor pesaba casi un tercio del mismo, 220 kg. Una de las principales características del propulsor era que tras realizarse la mezcla de aire y combustible, esta era comprimida por un compresor Roots. La primera vez que un coche de competición utilizaba este tipo de sistema. Todo ello hacía que la potencia del vehículo llegase a 600 CV. Todo ello hacía que el motor fuese el más avanzado desde 1934.
1937, una temporada llena de éxitos
El 9 de mayo de 1937, el Mercedes-Benz W135 debutaba en el Grand Prix de Tripoli disputado en el Cicuito del Lago Mellaha. Y el resultado no podía ser mejor. Hermann Lang obtenía la victoria aunque no sería la única de esa temporada. Llegarían muchas más. De las cinco carreras en las que se componía el Campeonato de Europa del AIACR (Association Internationale des Automobile Clubs Reconnus, precursora de la FIA), Rudolf Caracciola consiguió la victoria en tres de ellas, el Gran Premio de Alemania disputado en Nürburgring, el Gran Premio de Suiza en Bremgarten y el Gran Premio de Italia en Livorno que le permitieron hacerse con el título. Además, Caracciola también venció en el Masoryk GP de Brno mientras que Manfred von Brautchitsch se hizo con la victoria en el Gran Premio de Mónaco.
Otros éxitos serían la segunda posición de Richard Seaman en la Vanderbilt Cup de Nueva York (en la segunda carrera que Mercedes-Benz disputaba en los Estados Unidos), la segunda y tercera posición de Caracciola y Von Brauchitsch en la Eifelrennen. Por último, un Mercedes-Benz W25 completamente carenado con motor M125 fue el ganador en AVUS con Hermann Lang al volante. Más allá del título de Caracciola, el dominio ejercido por Mercedes-Benz quedó claramente patente al ver a tres de sus compañeros secundándole en la general. Von Brauchitsch segundo; Lang, tercero y el suizo Christian Kautz, cuarto.
W125 y su sucesor el W154
Pero el éxito del Mercedes-Benz W125 sería corto. En 1938, la normativa cambió pasando a utilizar motores de 3.000 cc con turbo y 4.500 cc atmosféricos. Para el nuevo año, Mercedes-Benz desarrolló el W154, un modelo basado en el W125. Aun así, el W125, en versión aligerada, siguió compitiendo en carreras de montaña durante los siguientes dos años aunque fue su versión carenada la que consiguió mayores éxitos.
Un W125 Rekordwagen pilotado por Rudolf Caracciola, utilizando un propulsor V12 de 736 CV alcanzó una velocidad máxima de 432,7 km/h (medición en un kilómetro, 432,2 km/h en una milla) en la nueva Autobahn que unía Frankfurt con Heidelberg y que sirvió para batir el récord anterior logrado por Hans Stuck al volante de un Auto Union.
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