Dicen que no hay nada como probar las cosas por uno mismo y Elon Musk debe estar convencido de ello porque, después de hablar todo tipo de maravillas de la conducción totalmente autónoma de Tesla, animó a sus inversores a probarla para que entendieran la marca, ahora que la está enfocando a ser una firma de robotaxis.
El analista bursátil William Stein, encargado de valorar a Tesla, hizo caso al máximo responsable de la compañía de coches eléctricos, pero la experiencia no pudo ser más negativa: lejos de entender las bondades de las que habla Elon Musk, casi tiene un accidente.
La conducción autónoma de Tesla todavía está muy verde
Elon Musk lleva muchos años alabando la conducción totalmente autónoma de sus coches, es decir, el software FSD (Full Self Driving) y el Autopilot, pero la realidad es es que estos sistemas no funcionan todo lo bien que deberían. Y con el paso del tiempo, la conducción autónoma de Tesla sigue sin ser una referencia, es más, otros fabricantes tienen sistemas mucho más eficaces.
En cualquier caso, Elon Musk sigue convencido de lo buena que es la conducción totalmente autónoma de sus coches, o eso quiere transmitir al resto del mundo, hasta el punto de que piensa que es perfecta para los futuros robotaxis de la compañía, ahora que pretende transformar la empresa para fabricar este tipo de coches autónomos.
Tan orgulloso está de esta tecnología que ha animado a los inversores de Tesla a probarla y les ha dicho que no entenderán a la marca a menos que utilicen su conducción totalmente autónoma.
Es algo similar a lo que sucedió cuando el propio Elon Musk presentó la Tesla Cybertruck y animó al público a tirar una bola de acero a sus cristales para poner a prueba su blindaje. Ese experimento salió el mal y el probar la conducción autónoma también.
William Stein, analista bursátil de la empresa Truist Securities y encargado de calificar el valor de las acciones de Tesla, hizo caso a Elon Musk y decidió probar la conducción autónoma de la compañía en un Tesla Model Y. Lejos de quedar contento, tuvo una mala experiencia porque casi “se come” al coche que iba delante por culpa de esta tecnología.
“El Model Y aceleró en una intersección cuando el automóvil que estaba frente a nosotros solo había completado parcialmente un giro a la derecha”, escribió Stein en un informe que presentó a sus clientes el lunes y al que ha tenido acceso Automotive News. “Mi rápida intervención fue absolutamente necesaria para evitar un accidente que, de otro modo, sería seguro”.
Stein probó el FSD de Tesla en dos ocasiones, la primera vez dijo que esta tecnología es “increíblemente buena, pero no es útil a día de hoy” y en el informe que hizo tras la segunda prueba señaló que “no es mejor que antes, podría decirse que es peor”. En esa segunda prueba es cuando estuvo a punto de tener un accidente.
Este analista critica la excesiva permisividad del sistema, comentando que, en un momento dado, quitó las manos del volante y apartó la visa de la carretera para ver qué pasaba mientras su hijo supervisaba todo desde el asiento del al lado y que el sistema funcionó en estas condiciones un tiempo antes de mandar un aviso. “Giré la cabeza por completo de la carretera y el sistema continuó activado entre 20 y 40 segundos antes de emitir una advertencia”, dijo Stein.
Además de tener que intervenir para evitar el accidente con el coche que iba delante, Stein tuvo que tomar el control del coche en otro momento, cuando un policía hizo gestos con la mano para indicar que tenía que apartarse a un lado de la carretera para que pasara una procesión fúnebre.
“Finalmente, en una sección de nuestra ruta, la carretera era estrecha y con curvas, y tenía una línea blanca continua que separaba los carriles, lo que indicaba la prohibición de cambiar de carril. Aun así, el Model Y cambió de carril dos veces en esa condición”, aseguró Sein, que concluyó su informe señalando que la tecnología FSD es “realmente asombrosa”, pero ni siquiera se acerca a lo que promete Elon Musk.