El método de la lata para robar coches es una variante del robo del coche por descuido. Y es que por más sistemas de arranque electrónico, alarmas y otras tecnologías antirrobo que llevemos a bordo, un cordel y una lata pueden bastar para que se nos lleven el coche ante nuestros atónitos ojos.
La metodología es simple, y recuerda bastante a la del robo por descuido cuando alguien nos avisa para decirnos que llevamos una rueda pinchada: bajamos la guardia, nos apeamos del coche de forma apresurada para comprobar qué ocurre, y mientras estamos distraídos llega el ladrón, se sube al vehículo y se marcha con él a toda velocidad.
En la variante del método de la lata, los ladrones cuelgan de nuestro coche una o varias latas de refrescos, utilizando un cordel. Cuando arrancamos, empezamos a escuchar un ruido inesperado, lo que motiva que bajemos del coche para ver qué sucede. Y es entonces cuando los ladrones se hacen con el vehículo.
Evitar el robo del coche exige serenidad
El método de la lata es muy antiguo, lo que no quita que no pueda volver a las carreteras de vez en cuando. Por eso, adoptar unas mínimas medidas preventivas nunca está de más. Y la primera recomendación es mantener la serenidad.
Antes de bajar del coche, conviene apagar el motor. De hecho, la ley exige que al hacer una parada o estacionamiento, paremos el motor y desconectemos el sistema de arranque, y esta exigencia se complementa con la necesidad de "adoptar las precauciones necesarias para impedir su uso sin autorización". Esto es, cerrar las puertas cuando nos alejamos del coche. Si no hacemos todo esto, la acción del ladrón no se consideraría robo sino hurto, y el seguro podría desentenderse de nuestro caso, según las coberturas que tengamos contratadas.
Pero estamos en una situación en la que en principio no nos alejamos del coche, así que con parar el motor y retirar la llave podría ser suficiente. Las llaves de proximidad no suelen permitir que arranque el motor si nos encontramos fuera del habitáculo, de manera que llevar la llave encima es la tercera recomendación.
A partir de ahí, si al bajar del coche vemos unas latas atadas en la zona posterior del vehículo, sospechemos —sobre todo, si no nos acabamos de casar en una película de Hollywood—. Si hemos cerrado las puertas, lo más recomendable es alejarse del lugar y llamar a la policía para poner una denuncia para que, al menos, conste oficialmente que hay por la zona ladrones intentando estas acciones.
Y si hemos dejado el coche sin cerrar, podemos alejarnos mínimamente para evitar intimidaciones cuando los ladrones vean que no se pueden llevar el coche. En principio, su objetivo es un hurto limpio, y si no lo pueden conseguir de forma sencilla, es muy probable que huyan del lugar.
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