Stellantis está dispuesta a recortar la producción de coches con motor de combustión interna el año que viene para cumplir sus objetivos de emisiones de la UE para 2025, en lugar de pagar multas, según ha declarado el jefe del grupo en Europa.
Los recortes de producción podrían comenzar ya el 1 de noviembre, dijo Jean-Philippe Imparato, que el 10 de octubre fue nombrado Director Ejecutivo para Europa, Eurasia y Turquía del fabricante de automóviles. Así, si no se venden más eléctricos, se venderán menos coches gasolina e híbridos para alcanzar la proporción de eléctricos con respecto a los gasolina que permita evitar pagar multas a Europa.
Para evitar multas habría que duplicar la cuota de coches eléctricos en 2025
Es un verdadero quebradero de cabeza para los fabricantes de automóviles del Viejo Continente. La normativa europea sobre CO₂, también conocida como norma CAFE, por Corporate Average Fuel Economy, entra en vigor a partir de 2025.
Esta norma CAFE de la Unión Europea fija como objetivo para 2025 que la media de emisiones de las ventas de un fabricante no pueda superar los 93,6 g/km de CO₂, aunque, ponderada con el peso medio de los coches vendidos, la media efectiva sería de unos 95 g/km.
Los fabricantes con una cuota de PHEV (con más de 40 km de autonomía eléctrica) y/o eléctricos en sus ventas no deberían tener dificultades en lograr esa media de 93,6 o 95 g/km. Para los demás, les espera una multa de 95 euros por gramo de más y por coche vendido. Luca de Meo, como presidente de la ACEA, la patronal de los fabricantes, cifra las posibles multas en 15.000 millones de euros para algunos fabricantes. Una cantidad que puede torpedear y hundir los resultados de más de una marca.
Para rebajar la media de emisiones o poder pretender a una media más elevada (hasta 5 g/km más de margen) y evitar las multas, calculan que deben vender un coche eléctrico o PHEV por cada cuatro coches gasolina.
Pero mientras Renault o el Grupo Volkswagen piden que se modifiquen o aplacen estas normas, Stellantis no está a favor de cambiar las normas y está adoptando un enfoque completamente distinto, según ha confirmado Jean-Philippe Imparato, ex director general de Alfa Romeo y Peugeot, y recién nombrado jefe europeo de Stellantis. No se han solicitado aplazamientos ni reducciones; la variable de ajuste se aplicará directamente en las fábricas del grupo. Aunque eso signifique dejar de vender coches gasolina o híbridos.
Para el Director General saliente (en 2026), Carlos Tavares, pretender a toda costa retirar o debilitar las normas CAFE equivale a seguir quedando por detrás de los fabricantes de automóviles chinos, que ya están muy avanzados en el campo de los vehículos eléctricos. Jean-Philippe Imparato, por su parte, afirmó que para alcanzar el 24% de vehículos eléctricos vendidos en 2025, habría que duplicar la cuota de coches eléctricos el año que viene.
Para llegar a una proporción de casi un cuarto de coches eléctricos no hay muchas maneras de lograrlo. O se venden más eléctricos o se venden menos coches de gasolina. Stellantis ha decidido optar por la segunda solución. Y eso es también reconocer que no hay mercado suficiente para los eléctricos, o al menos para los modelos de Stellantis.
Según recoge Automotive News, dijo: “Dado que sólo producimos vehículos pedidos por los clientes, ensamblaremos tantos vehículos con motor de combustión interna como sea necesario para mantener la cuota de vehículos eléctricos en el nivel requerido”.
Por otra parte, también mencionó la posibilidad de aumentar el precio de los vehículos con motor de combustión caso por caso, en función del modelo, de la marca y del mercado, en caso de que la demanda sea superior a la prevista para cumplir los objetivos de emisiones de CO₂. De este modo, se pretende reducir la demanda de los coches gasolina y, de paso, hacer que su versión eléctrica sea más asequible o interesante con respecto al gasolina.
Los recortes en la producción de coches con motor de combustión interna por los objetivos de emisiones podrían agravar los problemas de Stellantis en Europa, al menos a corto plazo. El fabricante ha declarado esta semana que las entregas en Europa descendieron un 17% en el tercer trimestre debido a los retrasos de modelos clave como el Citroën ëC3.
Además, ha suspendido la producción en la fábrica de Mirafiori (Turín), donde se fabrican el Fiat 500e eléctrico y dos modelos de Maserati, hasta el 1 de noviembre, debido a la escasa demanda. El 16 de octubre comunicó que suspendería durante varios días del próximo mes las actividades en las plantas de motores y en la fábrica que construye el Fiat Panda en Italia. Por si fuera poco, Stellantis también se enfrenta a un exceso de stock en Norteamérica, donde las entregas han descendido un 36%.
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