Un elemento común y a la vez más simple de todos los automóviles es la bocina. Aunque es un accesorio básico, lamentablemente no se le presta mucha atención. Todo el mundo sabe utilizar la bocina, pero ¿sabemos cuándo debemos utilizarla?, ¿qué tono e intensidad debe tener?, ¿por qué surgió este elemento de seguridad? Estas son solo algunas cuestiones que quizás no sabes responder sobre el claxon de tu coche.
La bocina, también llamada claxon, es un elemento que contribuye a mejorar la seguridad, siempre y cuando su utilización sea la correcta, ¿crees que podías cambiar la misma?
La bocina nació en el siglo XIX ante la necesidad de advertir la presencia de vehículos motorizados. Antes de su aparición en el mercado, los vehículos debían ir precedidos de una persona portando una bandera o de una linterna, al caer la noche.
La primera bocina eléctrica para el automóvil vio la luz en 1921
Al principio se estudiaron diversas opciones para incluir señales acústicas en los vehículos. Una de ellas consistía en una campana que sonaba cada vez que las ruedas daban un giro completo.
No sería hasta abril de 1914 cuando la bocina de accionamiento manual se convertiría en electrónica, cuando Robert Bosch presentó en Alemania la primera patente de bocina eléctrica para el automóvil, la cual no vería la luz hasta 1921.
Las bocinas no pueden superar los 20 db y deben estar reguladas a una distancia de 7 metros
¿Sabías que no todas las bocinas son iguales?
Efectivamente, no todas las bocinas tienen el mismo sonido, pues deben estar adaptadas en intensidad al tamaño y potencia del vehículo. Esto quiere decir que no se puede llevar instalada una bocina de tren o camión en un automóvil y viceversa. Además, las bocinas pueden llegar a alcanzar intensidades de 120 db, aunque deben estar reguladas a 105 db a una distancia de 7 metros.
No todas las bocinas producen el mismo sonido, las hay que tienen tonos más graves y otras más agudas y estridentes. Al principio la nota que tocaban la mayoría de las bocinas era un “Mi bemol”, sin embargo a partir de los 60 comenzaron a implantarse bocinas en “Fa sostenido”, ya que se distinguían mejor entre el creciente incremento del tráfico.
El término bocina no es el único que se refiere a este instrumento sonoro del vehículo, puesto que en España también se denomina claxon, ya que adapta la denominación de la marca comercial de bocinas Klaxon.
¿Cuándo podemos usar el claxon?
Todos los vehículos deben llevar, por normativa, una bocina o un claxon. Precisamente estas bocinas deben estar homologadas por el fabricante antes de instalarlas en el vehículo por lo que deben cumplir ciertos requisitos: producir un sonido equilibrado entre graves y agudos, que no sea estridente y que sean audibles a una distancia de cien metros, entre otros.
Por norma general, la mayoría de las bocinas producen un sonido por medio de vibración, de esta manera, al accionar el pulsador del claxon enviamos una corriente eléctrica a un electroimán en el interior de la bocina que atrae una membrana de acero haciéndola vibrar, provocando el mencionado sonido. Aunque también las hay que funcionan con aire comprimido y son capaces de producir melodías.
Son muchos los conductores que desconocen cuándo se puede utilizar la bocina del coche e incluso la emplean de forma incorrecta: para saludar a otro coche o a un peatón, para recriminar a otros conductores o bien para meter prisa en los semáforos, entre otras cosas. También se considera un comportamiento negligente el uso indiscriminado de la bocina, por ello el vigente Reglamento de Circulación en su artículo 110 solo autoriza el uso del claxon en las siguientes situaciones:
- Para evitar un accidente o en vías estrechas con muchas curvas.
- Para avisar de la posición a otro vehículo que intente incorporarse sobre todo si lo hace marcha atrás.
- Para avisar que nos disponemos a realizar una maniobra de adelantamiento.
- Cuando se trata de señalizar la circulación como vehículo prioritario en caso de llevar a un enfermo al hospital de urgencias, siempre acompañado de las correspondientes señales de emergencia visuales.
El incumplimiento de tales normas lleva aparejada una sanción económica que puede oscilar entre los 80 y los 6.000 euros, en función de la ordenanza municipal de contaminación acústica.
La peculiaridad de los híbridos en Toyota
La llegada de los híbridos y su auge comercial en países como Japón ha hecho que se pongan medidas para estos vehículos dada la ausencia de ruido al circular con el motor eléctrico. De hecho, Toyota lanzó a principios de 2010 un instrumento que emite el sonido sintetizado de un motor eléctrico de 55 db y que funciona siempre y cuando se circula a una velocidad inferior de 25 km/h, que es cuando el vehículo híbrido se desplaza en modo eléctrico. Dicho sonido es emitido a través de un altavoz, que aumenta su intensidad según la velocidad a la que se circula.
