Jose Mª Aznar dixit:
“No puede ir a más de tanta velocidad, no puede comer hamburguesas de tanto y además se le prohíbe beber vino; déjeme que decida por mí, en eso consiste la libertad [...] es como esos letreros por las autopistas que dicen ‘No podemos conducir por ti’; ¿y quién te ha dicho a ti que quiero que conduzcas por mí? Déjeme que beba tranquilo, mientras no ponga en riesgo a nadie ni haga daño a los demás”.
Estas palabras no tendrían mayor gravedad si no hubiesen sido pronunciadas por un ex-presidente del gobierno. Además resulta muy chocante que alguien que nos ha dicho lo que teníamos que hacer durante 8 años ahora se queje. Y es que, señor Aznar, a todos nos gusta tener derechos, pero sin deberes no tenemos libertad, tenemos libertinaje, ese del que tanto le gusta.
Que una persona de su estatus banalice de esa forma el trabajo de Tráfico o Sanidad es absolutamente demencial e intolerable, ¿sabe el efecto que causan sus palabras? Mucha gente demuestra a diario que no sabe hacer uso de la libertad que tiene, corriendo, comiendo o bebiendo. Puedo interpretar sus palabras como “mientras beba con moderación, corra con moderación o coma hamburguesas con moderación y no ponga en peligro a nadie…”, y ahí esta el quid de la cuestión. La moderación es algo muy subjetivo.
Respeto el derecho a beber tranquilo en casita, faltaría más. Lo de Tráfico sobraba, pues sus palabras pueden interpretarse de otra forma. Después de todo, la función de la DGT no es amargar la existencia de los sufridos conductores. En nuestro país muere mucha gente en la carretera como para encima minusvalorar el trabajo destinado a evitarlo.
Las hemerotecas nos cuentan que su hijo perdió el carnet de conducir en Italia por circular con su Porsche a 160 Km/h con un límite de 90 Km/h. Si no ponía en peligro a nadie… ¡qué cosas!
Vía | 20minutos