El preparador G-Power, al que le gustan los Benitos, sufrió al ver cómo un X5 de serie (X5 M) podía pasarse por la piedra a su última creación, el Typhoon X5. Había que hacer algo al respecto, y por eso han apretado más las tuercas al ex-todocamino convertido en obús.
Estéticamente es muy bruto, incluye un sistema de escapes de alto rendimiento en acero, catalizadores de competición, un sistema de admisión en aluminio… y por la parte interior un velocímetro adaptado a las circunstancias, volante más deportivo y elementos en aluminio.
Este tanque no necesita cañón, él es la munición. Con 625 CV de potencia marca distancias respecto al X5 M, que sólo entrega 555 CV a las cuatro ruedas. El motor 4.8 V8 proveniente del X5 xDrive48i sube a 700 Nm de par máximo gracias a un gran compresor volumétrico, entre otros cambios.
Para alimentar sus sedientos ocho cilindros, el compresor G-Power SK III RS aporta 1 bar de presión de aire de admisión para que pueda quemar la gasolina a razón de barriles por segundo. Este compresor se usa en los Alpina B5S, B6S, B6 GT3 y B7.
Este trasto es capaz de alcanzar 100 km/h en 4,5 segundos, los 200 km/h en 16 segundos y una aplastante (literal) velocidad punta de 285 km/h, y recordemos que pesa como unas dos toneladas. Seis velocidades de caja automática aguantan los embistes de su hipermusculado propulsor.
El Typhoon RS X5 puede encargarse directamente o a partir de un X5 (serie E70) existente. Sobre sus consumos, habilidades todocamino y factor de peligrosidad en las carreteras mejor que no hablemos, por el bien de nuestra salud mental.
El día que le metan mano al X5 M me echaré a temblar directamente, sobre todo por la longitud del nombre que le pondrán, algo del estilo Typhoon RS M XL5 Alpina Conan el bávaro. En cuanto a la potencia, tendrá tranquilamente 800 CV bajo el capot.
Fuente | G-Power