Tras el anuncio de Tesla de que va a permitir que los coches de la competencia -en este caso Ford- utilicen su red de Supercargadores, Elon Musk ha asegurado está "feliz de compartir la licencia del Autopilot/FSD u otra tecnología de Tesla" con otros fabricantes.
No es la primera vez que Elon Musk se lía la manta a la cabeza y asegura estar dispuesto a compartir licencias de software con la competencia, a la que ha acabado demandando por hacerlo.
A través de un tweet, el multimillonario ha asegurado que "Tesla aspira a ser lo más útil posible para otras compañías automotrices". Considera así que el siguiente paso lógico es vender su tecnología a otros.
Pero, ¿qué otros? Los grandes ya han invertido enormes sumas de dinero en la conducción semiautónoma y cuentan con sus propios sistemas.
Tenemos por ejemplo a Mercedes-Benz comiéndole la tostada en cuanto a conducción autónoma a Tesla en Europa con su Drive Pilot -con un nivel SAE 3-, a General Motors con el Super Cruise expandiéndose en EEUU a Ford con el BlueCruise.
Lo cierto es que ya en 2014 Tesla anunció a través de un comunicado que abrían sus patentes para abrir la propiedad intelectual de Tesla a otros:
"Creemos que Tesla, el resto de compañías que fabrican vehículos eléctricos y el mundo entero pueden beneficiarse de una plataforma tecnológica común y de rápida evolución".
Problema: Tesla solo "prometió" no demandar a ninguna empresa que utilice su tecnología patentada "de buena fe". Algo que, en opinión de la compañía, Xiaopeng Motors no cumplió y acabó demandando a la marca china en 2019 por el supuesto robo de código.