Para sacar a Tesla del bache en el que ha caído en el último año, el pasado mes de abril, su CEO Elon Musk anunció a bombo y platillo a sus accionistas que la marca de coches eléctricos iba a cambiar por completo de rumbo para convertirse en una empresa de robotaxis: “una mezcla de AirBnb y Uber”, dijo. Para ello, hizo una inversión multimillonaria en tecnología de Nvidia.
Sin embargo, acaban de salir a la luz unos e-mails entre el CEO de la marca de coches eléctricos y el de la compañía líder en procesadores de Inteligencia Artificial (IA), que revelarían que Elon Musk habría vuelto a engañar a sus inversores: Musk estaría desviando esa supuesta tecnología crucial para impulsar a Tesla, e invirtiéndola en su red social ‘X’, antes Twitter.
Las cifras de Tesla no mienten. De Elon Musk no se puede decir lo mismo.
Las cifras no mienten: Tesla no está pasando por su mejor momento. Uno de los principales motivos podría ser que el CEO de la marca de coches eléctricos, Elon Musk, está más preocupado por su red social ‘X’ (antes Twitter) y sus otras empresas que por actualizar sus coches, impulsar sus ventas y mantener contentos a clientes y accionistas.
Cada vez son más los inversores que se sienten traicionados por las promesas incumplidas y polémicas decisiones del multimillonario CEO de Tesla, que cada vez tiene más frentes legales abiertos.
Entre otras cosas, este deberá enfrentarse el próximo 13 de junio a la votación en la que los accionistas deciden si la sede de Tesla se traslada finalmente a Texas, y si ratificar o no el sueldo de Elon Musk, estimado en 56 mil millones de dólares (aproximadamente 52,08 mil millones de euros). Además, Musk ha sido acusado de usar información privilegiada para seguir amasando su fortuna mientras Tesla cae en Bolsa. Y su último movimiento no tiene pinta de irlo a mejorar.
Musk ha proclamado a los cuatro vientos que Tesla se convertirá en un líder en IA y robótica, lo cual, según él, “requiere una gran inversión en procesadores Nvidia”. En abril, durante la presentación de resultados del primer trimestre de Tesla, fue la primera vez que no mencionó su objetivo de vender 20 millones de coches al año, pero sí dijo que la empresa aumentaría su número de chips H100 de Nvidia de 35.000 a 85.000 unidades antes de que termine 2024.
Musk afirmó entonces en una publicación en X que Tesla gastaría este mismo año 10 mil millones de dólares (aproximadamente 9,2 mil millones de euros) “en entrenamiento combinado e inferencia de IA, esta última principalmente en automóviles”. “Cualquier empresa que no gaste a este nivel y lo haga de manera eficiente no puede competir”, añadía.
Sin embargo, correos electrónicos internos de Nvidia a los que ha tenido acceso CNBC revelaron que Musk exageró sus afirmaciones a los accionistas de Tesla. Según esta correspondencia, Musk “desvió un envío significativo de procesadores de IA (12.000 GPUs H100) originalmente destinados a Tesla, a su empresa de redes sociales X”, dice la publicación.
En consecuencia, este desvío retrasó la recepción por parte de Tesla de más de 500 millones de dólares en procesadores durante meses, afectando potencialmente al desarrollo y mejoras necesarias para los vehículos autónomos prometidos y los robots humanoides, 'Optimus', que Tesla planea construir. Al conocerse la noticia, las acciones de tesla volvieron a caer.
Esto apoyaría la teoría de que las malas decisiones del CEO parecen estar alineadas con las cifras de Tesla. Hemos de recordar que, tras años de bonanza, en 2023 la marca estuvo por debajo del objetivo: aunque entregó un 38 % más de coches que el año anterior, el plan fijado era doblarlas. Y eso que el Model Y se convirtió en el coche más vendido del planeta el año pasado (fue la primera vez que un eléctrico lo consigue).
Prioridades y conflictos de intereses que podrían dejar sólo a Elon Musk
Los retrasos en las entregas de estos procesadores podrían significar un nuevo revés para Tesla y sus planes de desarrollar vehículos autónomos y robots humanoides, supuestamente cruciales para su estrategia futura. Y es que este desvío de recursos no sería un incidente aislado.
Los correos electrónicos de Nvidia también destacaron “que las afirmaciones de Musk sobre los gastos de Tesla en IA no coincidían con las reservas y previsiones fiscales de la empresa para 2025”, generando aún más dudas sobre la veracidad de sus declaraciones. Musk, quien dirige múltiples empresas, ha sido acusado ya varias veces de priorizar sus intereses personales sobre los de Tesla, incluso por ex empleados tan relevantes como el padre del Tesla Model S.
Además del CEO de ‘X’, Musk es el CEO de ‘SpaceX’, ‘Neuralink’, y ‘The Boring Company’. También lanzó la start-up de IA, ‘xAI’, que comparte infraestructura y recursos con ‘X’. La estrecha relación entre X y xAI ha suscitado preocupaciones sobre conflictos de interés, especialmente cuando Musk promocionó su ‘chatbot Grok’, un competidor de ChatGPT de OpenAI, utilizando capacidades de los centros de datos de X.
Las acciones y declaraciones de Musk han irritado a muchos inversores de Tesla. Algunos, como Leo Koguan y Ross Gerber, han calificado las demandas de Musk de “chantaje”. Así, expertos en Bolsa como Joel Fleming, avisan de que “Musk está poniendo en riesgo a Tesla al permitir que sus empresas privadas compitan por los mismos recursos críticos”.
Fleming sugiere que “en situaciones de conflicto de intereses, otros ejecutivos deberían tomar decisiones clave, mientras que Musk debería abstenerse”. Una vez más, la decisión de Elon Musk de desviar recursos críticos de Tesla a X plantea serias preguntas sobre su compromiso con Tesla y su capacidad para gestionar de manera efectiva múltiples empresas.
Los accionistas de Tesla tienen razones válidas para estar preocupados, especialmente cuando la compañía enfrenta una caída en las ventas y una creciente competencia en el mercado de vehículos eléctricos. A medida que Musk sigue dividiendo su tiempo y recursos entre sus diversas empresas, el futuro de Tesla parece cada vez más incierto.