El nuevo juguete de Elon Musk son los robotaxis autónomos y toca venderlos promesas y bondades mediante. El magnate maneja a la perfección ese juego y el nuevo rumbo de Tesla no iba a ser excepción: acaba de afirmar que, cuando estén a pleno rendimiento, acabarán con el transporte público porque su servicio será tan barato como coger el autobús.
Para ello necesita que su sistema de conducción autónoma sea realmente autónomo, algo que promete año a año desde 2017 pero que aún no se ha hecho realidad. Y cuando lo haga, es como poco cuestionable que un viaje en sus robotaxis cueste lo mismo que coger el metro o el autobús.
"Llevarán a las personas de un punto a otro por un coste similar al de un billete de autobús"
El futuro de Tesla son los robotaxis y los robots autónomos: Elon Musk lo aseguró en abril, durante la presentación de resultados del primer trimestre ante sus inversores. Había que animarlos ante la bajada de ventas, en un año que pinta en bastos para Tesla con las ventas de eléctricos congeladas y con Musk no precisamente ayudando a la imagen de la marca.
En la noche del viernes, para ensalzar su hipotética nueva gallina de los huevos de oro, Musk aprovechó un tuit que mencionaba que Noruega está instalando generadores diésel en sus autobuses eléctricos de servicio público para calentarlos tras el caos sufrido el año pasado. En opinión de Musk esto se debe a sus baterías demasiado pequeñas para mover un vehículo de su tamaño, algo que no les pasará a los robotaxis de Tesla que podrán "funcionar bien incluso en el Círculo Polar Ártico".
Sobrada que se queda corta tras la siguiente: "Además, no serán necesarios los autobuses cuando Tesla lance la conducción autónoma total sin supervisión, ya que llevarán a las personas de un punto a otro por un coste similar al de un billete de autobús". Casi nada.
Sin robotaxis ni conducción autónoma total. Son varias las razones por las que esta grandilocuente y nueva ocurrencia merece ponerse en duda. La primera, que sus robotaxis ni siquiera se han presentado: lo iban a hacer en agosto, pero su puesta de largo se ha retrasado (en principio) a octubre. Y que se presenten no significa que vayan a ser rápidamente realidad: hola, nuevo y eternamente retrasado Tesla Roadster.
Esta demora podría deberse a que ha hecho lo propio la puesta en marcha del centro de datos de la Gigafactoría de Texas, que será esencial para controlar la flota de los taxis autónomos de Tesla.
Pero también a que su sistema de conducción autónoma se le sigue resistiendo: hoy por hoy el Autopilot FSD sigue siendo de automatización SAE 2, que obliga a llevar las manos en el volante. Musk llega tarde un poco tarde según su propio calendario de promesas: la última vez que mencionó el tema, señaló que la conducción sin supervisión en un Tesla podría ser posible entre finales de 2024 y 2025.
Aunque ya está en ello: a principios de este mes Tesla aseguró que se centrará en mejorar el Autopilot FSD en EE.UU que se implementará en sus coches a principios de 2025. También espera poder hacerlo funcionar en Europa y China, aunque para ello necesitará primero homologarlo.
De los robotaxis de Tesla igualmente sabemos de momento poco. Lo único que ha señalado Musk es que serán un híbrido entre Airbnb y Uber: además de la propia flota de Tesla, los dueños de un Tesla podrán ceder su coches eléctrico para ganar dinero. Hasta dio una cifra: entre el 25 y el 30 % serán los beneficios por "alquilar" su coche como servicio de transporte. También que estos viajes se contratarán por app, como ocurre con Uber.
Además, Musk ha mostrado una demo de esta app para transporte compartido. Aunque por ahora nada indica que permitirá contratar vehículos que conducen completamente solos como ya hacen los de Cruise y los de Waymo en algunas ciudades de EE.UU. Estos robotaxis, por cierto, están siendo investigados por accidentes varios con fallecidos en la ecuación y provocar no pocos incidentes. Por ello dejaron de operar los de Cruise.
¿Taxis que conducen solos sustituyendo el transporte público? Por otro lado, tenemos el precio de este futuro servicio. Hablando de taxis autónomos lo lógico es que fueran competencia de los servicios VTC de Uber y firmas similares, pero no del transporte público.
El coste de estos trayectos en un Uber, por ejemplo en Nueva York, oscilan entre 1 y 2 dólares por milla recorrida, en una tarifa regular (en la dinámica es mucho más caro). En España la tarifa ahora es siempre variable en función de la demanda y trayecto, aunque cerrada en el momento de contratarla, pero antes se cobraba 1,20 euros por cada kilómetro recorrido y 0,10 euros por cada minuto de servicio.
El precio en Nueva York de un Uber supera con creces el de transporte público: la Metrocard de esta urbe (que permite usar autobús y metro) cuesta 132 dólares al mes, lo que en recorridos diarios se traduce en unos 0,34 dólares por milla, según estimaciones.
En cuanto a las tarifas que tendrán los robotaxis de Tesla, un estudio de las universidades de Virginia y Texas en Austin estimó de cuál sería su precio basándose en sus posibles costes operativos con un Model 3 como ejemplo. Y su conclusión es que tendría un precio de 0,663 dólares por milla recorrida. Es decir, el doble de lo que ahora suponen los trayectos en autobús o metro en Nueva York.
Y si nos vamos a los precios de los robotaxis que ya operan en EE.UU, unos 15 minutos de trayecto rondan los 7,60 euros. Un precio más cercano al de un Uber que al de coger el autobús o el metro.
Musk no ha explicado cuál será la fórmula mágica que permitirá que tengan el mismo precio que un billete de autobús, pero hoy por hoy, ni el taxi, ni Uber, ni mucho menos los robotaxis, han dejado obsoleto el transporte público. Precisamente porque el precio de estos servicios es mucho más elevado al ser un servicio de chófer, ya esté al volante un conductor o no: llevarnos de un punto A a un punto B cómodamente sentados en el asiento trasero de un coche.