Nissan avanza en su ofensiva SUV y dibuja una conducción autónoma en la que... sí, seguiremos conduciendo

Desde hace ya cinco ediciones, Nissan convoca a los medios para explicarles cómo está el panorama de los crossovers, lo que a la práctica supone hablar de su propio panorama como marca. Nissan aprovecha este evento, que denomina Nissan Crossover Domination, para mostrar lo último de la casa y también para ofrecer unas pinceladas sobre el futuro.

Y en ambos aspectos este año el Nissan Crossover Domination ha arrojado algunos datos que sirven para vislumbrar por dónde puede moverse el mercado automovilístico en los próximos tiempos, incluyendo la evolución del segmento SUV y una visión sobre la conducción autónoma según la cual las personas no dejaremos de conducir si realmente nos apetece hacerlo.

Nissan y la capitalización del segmento

Nissan Qashqai, un superventas que llegó en el momento indicado.

Desde que los SUV (para Nissan, crossovers) salvaron a Nissan de una muerte casi segura con el pelotazo comercial del Qashqai en 2007, la imagen de marca de la firma japonesa está vinculada a este segmento que emergió de un modo algo experimental y que hoy se debate entre ser parte de una moda larga pero pasajera o acabar dominando el mercado por completo.

Según datos de New Car Buyers, Nissan es la marca que más se asocia al concepto de crossover, seguida de Toyota, Renault y Kia. Esto supone una cierta tranquilidad comercial para la marca japonesa, que en la actualidad vive casi como un éxito propio el momento dulce del segmento que más ha revolucionado la oferta automovilística en las últimas décadas.

Que Nissan se identifique casi por completo con la etiqueta "crossover" es un reconocimiento a cómo el Qashqai salvó la marca de una muerte casi segura.

¿SUV o crossover? Dejando de lado la diferencia de concepto entre los mercados americano y europeo, la discusión sobre denominaciones tiene ya tantos años casi como ambas denominaciones hace que irrumpieron en nuestras vidas. En la actualidad, ni son vehículos deportivos utilitarios, ni cualquier otra traducción que le queramos dar a las siglas, pero es que tampoco son ya un cruce de nada.

Hace años ya que los SUV y crossovers adquirieron categoría propia, y quizá ahí radica parte de su éxito comercial innegable. A la gente le gusta esta propuesta y además le sirve, y por tanto se lo compra. A la vista están los datos de ventas de los últimos años y la muerte del monovolumen para dejar paso a los que ya ni se venden como falsos todoterrenos, porque casi ni les hace falta apoyarse en otras categorías. La prueba es que la mayoría de crossovers que se venden se sirven con tracción delantera.

Evolución del segmento SUV y crossover en España, sin contar con vehículos industriales tales como pickups. Datos: ANFAC. Gráfico: NISSAN.

Si el automóvil siempre ha vendido sueños de libertad, los SUV y crossover prometen más libertad que nunca, más experiencias vitales que nunca, más versatilidad que nunca. Son un caramelo en manos de un publicista, el sueño de todo vendedor que sabe que los clientes le quitarán el producto de las manos.

Si nos ceñimos a los números, resulta que en el acumulado de enero a octubre de 2017 el mercado de turismos ha experimentado un crecimiento del 7,26 %, mientras que el segmento de los SUV y crossovers ha crecido un 26,6 %.

Por subsegmentos donde la marca tiene colocado un modelo, este aumento se ha vivido así:

¿Quién se compra un SUV? El crecimiento de ventas de SUV y crossover más llamativo se encuentra en el canal de flotas de empresa (+36,22%), y en el Rent-a-car (+36,4%), mientras que el canal de particulares el incremento de ventas ha sido de un 20,8 %, lo que supone casi tres veces por encima de la media de crecimiento del mercado, según datos de Nissan.

¿Qué marca evitaría subirse a este carro? Ninguna, y en parte por eso la eclosión del segmento SUV es un hecho que, de momento, abarca las dimensiones de los segmentos E, D, C, B... y con el tiempo quizá acabemos viendo SUV-A, que serían casi más altos y anchos que largos. Como un segway con carrocería, vamos. No le busques demasiada lógica, porque no la tiene. Pero ¿desde cuándo la lógica tiene la exclusiva en el proceso de la decisión de compra de un coche?

En un movimiento más que previsible, Nissan refuerza su ofensiva crossover aprovechando el momento

Nissan ya apunta al X-Trail como próximo apoyo comercial de la marca.

Mientras no ocurre lo de los SUV-A, lo que sí está sucediendo es que Nissan vende crossovers como rosquillas. Se cumplen 10 años de Qashqai, y la efeméride le viene como anillo al dedo a Nissan para sacar pecho y números de ventas en el segmento SUV y crossover: "Con más de 40.000 unidades vendidas en lo que va de año, Nissan alcanza la cifra de 330.000 crossover entregados en España".

Esas 300.000 unidades, contadas desde 2007, dan alas a Nissan para empujar al X-Trail en su camino de consolidar el subsegmento de los SUV compactos, descontando los crossovers compactos. De momento, en lo que va de año ha batido en ventas a sus inmediatos competidores: el Mercedes-Benz GLC y el Mazda CX-5, y experimenta un crecimiento del 14 % respecto al año anterior.

Ese incremento de ventas no queda demasiado lejos de la cifra cosechada por el Qashqai, que con un 17 % flaquea un poco respecto a crecimientos históricos en el modelo, pero a costa de atesorar un 13 % de la cuota del subsegmento de los crossovers C. Dicho de otra manera, Nissan tiene ya en el X-Trail un refuerzo de gama para el Qashqai.

Versatilidad frente a especificidad

Nissan apela al sentido pargmático de sus crossovers. Se trata de unos vehículos que no pueden ofrecer el mismo nivel de comodidad de marcha que tiene una berlina, no pueden aspirar a las cotas de deportividad de un deportivo, no llegan al nivel de practicidad de un todoterreno... pero combinan cada uno de esos factores con una versatilidad que las alternativas más puristas no poseen.

En el transcurso del evento nos ponemos a los mandos de los Nissan Qashqai y Nissan X-Trail, en un recorrido que sirve para tomar un primer contacto con ambos modelos pero no para extraer demasiadas conclusiones, debido en parte a la agenda, en parte a la acumulación de tráfico en la zona. En consecuencia, ofrecemos unas simples pinceladas sobre lo observado, a la espera de poder probar estos modelos a fondo.

El nuevo Nissan Qashqai ha perdido algo de rotundidad y ha ganado en cualidad de coche para la familia. En el exterior se asemeja cada vez más a un compacto, y cada vez menos a un SUV. En el interior es más monovolumen que antes, e incorpora ya el abanico de tecnologías de seguridad activa que cada vez más las marcas están explotando en el camino hacia la conducción autónoma.

En cuanto al Nissan X-Trail, su aspecto es también más civilizado ahora. En desempeño, tanto dentro como fuera del asfalto es notable. Se trata de uno de esos SUV que se les puede sacar a pasear, y así lo hacemos por el Parque Nacional de Sintra-Cascais (Portugal), aprovechando algún viejo trazado utilizado en rallyes realizados en la zona.

Allí comprobamos la buena estabilidad del SUV en curvas y nos salimos de la senda en varios puntos del recorrido para jugar un poco con sus capacidades off-road en circuitos muy básicos. No es un Patrol ni un Terrano, desde luego, pero como todocamino parece que cumple de forma holgada.

¿Qué podemos esperar de Nissan de cara al futuro inmediato? Más y más universo crossover, en vista de los buenos resultados que ha cosechado hasta ahora el fabricante de Yokohama. Sin embargo, la visión de futuro de Nissan resulta más interesante cuando habla sobre la conducción autónoma.

Del coche equipado hasta arriba de seguridad al coche autónomo que sigue teniendo conductor humano

En el pasado Salón de Tokio se dio a conocer el Nissan IMx concept y todos nos quedamos a la expectativa. En Nissan no, porque allí ya hace tiempo que prueban coches autónomos en circulación controlada y tienen claro que los sistemas que posibilitan prescindir del conductor estarán listos para 2022. Es decir, ya.

No es de extrañar, siguiendo esta lógica, que Nissan busque anticipar la comercialización de las diferentes tecnologías conexas y, mientras mantiene reuniones que deben llevar a la legalización definitiva de la conducción autónoma, y mientras termina de pulir las cuestiones relativas a la conectividad entre vehículos y con las infraestructuras, vende Nissan Safety Shield.

De hecho, Nissan mete la cuña en cuanto puede y explica que su escudo se ofrece del Micra al X-Trail, con sistema anticolisión frontal que incluye reconocimiento de peatones, detección de objetos en movimiento, alerta en salida marcha atrás y alerta de cambio de carril involuntario. Es lógica esta democratización de sistemas de asistencia avanzada a la conducción (ADAS), ya que son el preludio de la conducción autónoma, que se estructura por niveles.

En el terreno de los incentivos que ofrece Nissan, están el Plan Movilidad Inteligente, que consiste en un descuento de hasta 5.000 euros al comprar un Nissan equipado con tecnología Nissan Safety Shield, para quienes aporten su coche con independencia de cuál sea su marca y en qué estado se encuentre, al financiar la compra con la financiera de la casa.

También la colaboración de Nissan con Mutua Madrileña es destacable en este sentido, ya que la aseguradora ofrecerá un 10 % de ahorro en la póliza para los vehículos equipados con Nissan Safety Shield. Más del 80 % de los vehículos que Nissan vende en la actualidad llevan incorporados ya este sistema de seguridad.

Y este es un paso más hacia un futuro en el que los coches podrán conducirse por sí solos. Ojo, porque podrán conducirse... si el conductor no quiere soltar los mandos. Es un matiz interesante el que plantea Nissan, ya que su visión choca con la idea generalizada de que el coche autónomo acabará con los conductores.

Tal y como explicaba Nissan al presentar su concept-car futurista, el conductor podrá recurrir a los sistemas autónomos en determinadas ocasiones. Por ejemplo, para realizar tareas rutinarias o para dedicarse a otras actividades. Parece un planteamiento que busca la complicidad de los conductores menos proclives a dejarse llevar por un automóvil. Sin embargo, eso arroja una seria duda sobre la seguridad de un escenario vial en el que humanos y máquinas estarán condenados a entenderse. Será cuestión de ir viendo qué nos depara el futuro.

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