En Nueva York se cumplen tres años del funcionamiento de radares situados en los alrededores de los colegios y un informe del Departamento de Transporte del Estado de Nueva York ha sacado los resultados a relucir: un 55 % menos de fallecidos y un descenso de hasta el 80 % en el número de coches multados.
Los radares no sirven 'para nada'
El informe, que cubre el periodo de 2014 a 2017 desvela que el 84 % de los accidentes mortales y con heridos graves se producen fuera de las horas escolares en la Gran Manzana. A partir de los datos, se apoyaron medidas que introdujeran radares de velocidad en puntos peligrosos cerca de los colegios.
El Departamento de Transporte ha instalado alrededor de 4.500 de estos dispositivos, y se ha probado su eficacia a lo largo de tres años. Estos son los porcentajes hasta el 31 de diciembre de 2016 y en comparación con el periodo previo a su implantación:
- Fallecidos: -55 %.
- Accidentes: -15 %.
- Accidentes con heridos: -14 %.
- Heridos: -17 %.
- Heridos graves: -17 %.
En cuanto a las multas, el estudio refleja que de los propietarios que recibieron un aviso de responsabildad (los conductores podían acudir a una audiencia para defenderse o pagar la multa directamente) por superar los 40 km/h establecidos en ciudad, solo un 19 % reincidieron. Además se produjo un descenso de los coches multados de entre el 60 y el 80 %.
Si hablamos de los costes de mantenimiento de esta red de cámaras de velocidad, fue de casi 100 millones de dólares en el periodo de 2014 a 2017; es decir, unos 33 millones dólares anuales. Lo interesante es que lo han amortizado con multas, pues se han embolsado más de 183 millones de dólares, que irán a parar al proyecto Vision Zero para continuar reduciendo la siniestralidad.
Nueva York se está sumando a las medidas restrictivas contra los vehículos en las ciudades, y el pasado 26 de junio fue el último día que un coche pudo recorrer Central Park, ya que han blindado el famoso parque al tráfico.