Ahora mismo el Servei Català de Trànsit (ejerce las competencias de la DGT en Cataluña) está probando dos radares desde hace mes y medio en L’Arboç y Biosca, aunque no multan todavía. Lo harán dentro de dos meses. ¿Qué tienen de especial? Que funcionan con energías renovables, eólica y solar.
Esto permite dos cosas, ahorrar en la factura eléctrica (cuestan prácticamente lo mismo que uno normal) y poder ubicarlos donde técnicamente no era posible. Aunque están a merced de los caprichos de la naturaleza, disponen de baterías para aguantar cuando no hay ni viento ni luz.
El SCT tiene pensado instalar cinco radares de este tipo en 2011, y próximamente hasta 30. ¿Dónde los colocarán? “Donde sea más funcional, necesario y útil”, eso dicen. El director de este organismo añadió que se colocarán en puntos negros donde no se podían colocar radares convencionales, para ser más útiles a la seguridad vial.
La DGT de momento no está interesada en este tipo de radares, aunque eso no implica que renuncien a utilizarlos más adelante.
Vía | Autopista.es