Desde el pasado viernes, cuando el director general de Tráfico, Gregorio Serrano, explicó en rueda de prensa que los datos de mortalidad vial son preocupantes para este año 2016 que está a punto de acabar, las especulaciones sobre el futuro del permiso por puntos han ocupado titulares que, de forma más o menos directa, relacionan ambos conceptos.
¿Causa y efecto o correlación? Depende. Es cierto que la cifra de 1.138 fallecidos en carretera a estas alturas de 2016 tiene que ser dura de asumir para el recién llegado al cargo máximo de Tráfico de nuestro país, que asumió el mando en noviembre tras la despedida por la puerta falsa de María Seguí. En todo 2015 fueron 1.131 los siniestros mortales, sólo en carreteras interurbanas, y se registraron 1.689 fallecidos a 30 días en total, 1.248 de los cuales en carretera, según datos de la DGT. Sin embargo...
¿Hemos llegado a un punto de inflexión?
Por un lado está el hecho de que la evolución de la mortalidad vial corre el riesgo de experimentar un estancamiento. Ciertamente, desde 2003 hasta 2015 la cifra de fallecidos, computados en carretera y hasta 30 días después del siniestro vial, fue descendiendo de manera continuada, según las estadísticas de la DGT. Ahora, por primera vez, puede suceder que alcancemos un punto de inflexión y que los números vuelvan a niveles anteriores.
No es descabellado pensar que, efectivamente, alcancemos ese punto de inflexión y las cifras vuelvan a aumentar. No es un escenario deseable, pero puede ocurrir. En primer lugar, porque aun partiendo de la base de que un solo fallecido vial es demasiado, las matemáticas evidencian que cuanto menor es una cifra mayor es la incidencia que tiene cada unidad que vaya arriba o abajo. Es una cuestión de porcentaje puro y duro.
En aquella época en la que hablábamos de casi 6.000 fallecidos en un solo año en todas las vias, que en la campaña de Navidad chocara una furgoneta y fallecieran nueve personas era un drama. Si sucede hoy, con la sexta parte de fallecidos, no sólo hablaríamos del drama personal y económico derivado de esas muertes, sino que los números le descuadrarían automáticamente a los encargados de presentar cifras cada vez menos luctuosas.
Esas cifras tienen que seguir un objetivo de reducción que está marcado tanto en la Asamblea de las Naciones Unidas como en el seno de la Comisión Europea, como en la misma DGT. Por lo tanto, hay un motivo claro de preocupación, humana y política, si esas cifras vuelven a ser más elevadas, aunque la lógica matemática sugiera que cada vez es más complicado conseguir esa reducción.
De aquí, que el máximo cargo de la DGT se lamentara el pasado viernes por los datos que dio a conocer, incluso antes de terminar el año. Ahora bien, ¿cómo se casa esa preocupación con la necesidad de revisar el sistema del permiso por puntos en España? O incluso, ¿cómo se deduce que del posible repunte de la mortalidad vial deriva un nuevo permiso por puntos?
El permiso por puntos necesita mejorar... siempre
Es absolutamente normal que se revise el sistema del permiso por puntos. De hecho, ya se hizo cuando apenas se hablaba de él. La realidad es que el sistema iba a ser bastante más duro, apenas contemplaba las formas en las que el conductor recuperaba sus puntos perdidos, pero se suavizó por el camino.
También se hizo algo en el mismo sentido, cuando ya con el sistema en marcha se aumentaron los puntos que se conseguían con los cursos de recuperación (se pasaron de 4 a 6 puntos) y cuando se eliminaron de un plumazo un montón de infracciones que dejaron de conllevar aparejada la detracción de puntos. Como cualquier sistema, una vez que está en marcha el sistema del permiso por puntos que tenemos en España necesita evaluaciones, revisiones y mejoras.
Que el nuevo director general de Tráfico haya visto los números que se le vienen encima y haya explicado que habrá que mirar lo del permiso por puntos es creíble. Que el mismo sistema se viene revisando desde el primer momento no sólo es creíble, sino que es un hecho cierto. Cierto y deseable, por otra parte.
Además, cabe recordar que el permiso por puntos no es la panacea. Nunca lo ha sido, y si fue entendido como tal, mal entendido estuvo. De hecho, en el Resumen Ejecutivo de la Estrategia de Seguridad Vial 2011-2020, publicado por la DGT, no resulta nada difícil comprobar que el permiso por puntos es sólo una parte más de las actuaciones con las que la DGT persigue la mejora de la seguridad vial. Como es lógico, por otra parte. La pregunta es si además del permiso por puntos se está trabajando de forma suficiente en las otras líneas de acción.
También conviene poner el acento en las cuestiones del permiso por puntos que se pueden mejorar de forma más o menos inmediata. Sin ir más lejos, la Asociación de Automovilistas Europeos Asociados, por boca de su presidente Mario Arnaldo, ya ha solicitado que cuando un conductor pierde todos los puntos realmente tenga una privación de conducción efectiva, algo que sucede en países como Francia.
Por su parte, tanto el presidente de la Asociación Estatal de Víctimas de Accidentes, Francisco Canes, como la presidenta de Stop Accidentes, Ana Novella, han pedido una mayor presión con los infractores reincidentes. Canes pide abiertamente que se considere el embargo del vehículo con este tipo de conductores. Y es que, siguiendo la filosofía del permiso por puntos, no se trata de dejar sin carnet a cualquiera que se despiste, sino a los conductores especialmente conflictivos.
El permiso por puntos, en 10 años de cifras
Desde el 1 de julio de 2006, cuando entró en vigor el permiso por puntos:
- 214.150 personas han perdido el permiso por cometer infracciones.
- 8.750 personas han reincidido en la pérdida del permiso de conducir.
- 219 personas han perdido el permiso de conducir tres o más veces.
- 7,5 millones de conductores han perdido algún punto.
- Eso supone un 30 % del censo de conductores de España (25 millones).
- La mayoría de la pérdida de puntos viene por:
- Exceso de velocidad: 46%
- No utilizar el cinturón de seguridad: 11%
- Usar el móvil al volante: 11%
- Alcohol, drogas o no llevar casco: 2%
- Falta de respeto a los semáforos: 27%
- Falta de respeto a las señales de Stop: 1%
- Falta de respeto a las prioridades de paso: 1%
- Estacionamiento indebido: 2,99%