Decir que las 24 horas de Le Mans es una carrera muy larga es una perogrullada. El Toyota #7 se las pintaba muy felices después de unas primeras horas fulgurantes en las que lograron descolgar a sus compañeros de equipos, pero la noche ha llegado a Le Sarthe y con ella los accidentes y los errores de pilotaje.
El Toyota #8 de Fernando Alonso no solo ha conseguido enjugar toda la distancia sino que incluso se ha llegado a poner en cabeza de la carrera. A mitad de la madrugada los dos coches japoneses pugnan por la primera posición separados por apenas unos pocos segundos, para desesperación del muro que les pide calma.
Los dos Toyota están echando un humo sospechoso
Pero es que el drama se agiganta, ya que ambos coches de Toyota están echando un humo muy sospechoso. En principio, se cree que podría ser un simple reflejo de las luces del Toyota en la oscuridad de Le Mans, pero Alonso ya ha insinuado que al menos su coche, el número 8, puede tener algún problema de potencia.
Habrá que ver como evoluciona la cosa ya que hay que recordar que los pilotos del Toyota #8 se están jugando el mundial y les vale ser séptimos para obtenerlo. Arriesgarse a quedar fuera de carrera sería demasiado peligroso, así que en algún momento podrían decidir no seguir el ritmo del Toyota #7, que no tiene nada que perder.
El coche de Fernando Alonso ha enjugado toda la diferencia, en parte, por un stint pésimo de Pechito López a los mandos del Toyota #7. El argentino ha sufrido dos salidas de pista que han permitido que sus compañeros se les echen encima. Además su ritmo tampoco ha sido especialmente rápido, hasta el punto de que Conway ha tenido que volver al coche.
Además, los coches de seguridad también han jugado su papel. Un accidente entre un Porsche y un Corvette ha provocado el primero de ellos, y después también se ha ido contra el muro el Rebelion #3. El resultados, los dos Toyota comprimidos, separados por muy pocos segundos y alternándose en la primera posición.
A mitad de la noche era Sébastien Buemi quien estaba a los mandos del Toyota #8 y parece que no se quiere bajar del coche de momento. Estaba previsto que Fernando Alonso, con mucha facilidad para poner sus gomas en temperatura, pilotase en la fría noche, pero Buemi, que está teniendo mucho ritmo, de momento quiere seguir con su stint.
En cuanto a Miguel Molina, malas noticias para él ya que su Ferrari ha sufrido problemas de motor y ha tenido que retirarse de la carrera. Por su parte Antonio García sigue rodando en tercera posición de la categoría GTE-Pro con el Corvette. El madrileño promete pelea hasta el final por conseguir la victoria.