Las seis carreteras a las que vuelve Iván Solera siempre que puede
Ya conocéis las carreteras a las que vuelven Javier Álvarez y Josep Camós y hoy me toca desvelar mis tramos favoritos. En esta selección hay curvas, curvas y más curvas. Sí, hay algunas carreteras que discurren por escenarios espectaculares (o eso es lo que me han dicho), por eso vuelvo siempre que puedo, para ver si soy capaz de concentrarme en el paisaje aunque sólo sea por una vez.
Las tres primeras carreteras de esta selección no son sólo curvas para mí, hay muy buenos recuerdos, cada una por diferentes motivos que os explicaré en su momento y por eso me gusta volver a ellas cada cierto tiempo. Gracias a este artículo, acabo de recordar que tengo que hacer una visita a la Sierra de Gredos para disfrutar de una de estas carreteras y de alguna más de la zona.
San Martín de la Vega del Alberche-Navacepeda de Tormes (Ávila)
Por esta carretera nunca os llevará un navegador en su sano juicio, no porque sea especialmente retorcida (que lo es), sino porque hay una muy cercana mucho más cómoda y rápida. El entorno no tiene una belleza especial porque es una zona muy curtida por los cambios extremos de temperatura, pero en primavera y otoño tiene su encanto a pesar de que sólo vamos a encontrar jaras y arbustos.
Muchas curvas en menos de 20 kilómetros, una carretera estrecha con grava suelta en los bordes de la calzada y nada de líneas de delimitación de carril (al menos así la recuerdo, hace tiempo que no paso por allí). Tienes curvas para disfrutar, muchas con buena visibilidad y apenas hay tráfico porque la gente racional se va por la AV-510.
En ese grupo ya imaginarás que yo no entro y al parecer mi padre tampoco, porque durante muchos años hemos pasado por ella con diferentes coches y no precisamente deportivos, pero se disfrutaba con lo que había. También fue la primera carretera donde me puse al volante cuando (iluso de mí) creía que sabía conducir. Pero no debí hacerlo tan mal porque me dejaron repetir muchas veces.
Cardenal Herrera Oria-El Pardo-Fuencarral-Cardenal Herrera Oria
Este circuito nos permite hacer unas cuantas curvas sin salir de Madrid, pero ya no es lo que era. La parte superior (llegando a Fuencarral) ha desaparecido con la construcción de una urbanización y circulamos por una vía parque con una limitación de 60 km/h. Antiguamente no era así y fue Territorio Comanche para un par de amigos con sendos botijos muy viejos con no más de 45 CV pero con muchas ganas de conducir.
Desfiladero de La Hermida (Asturias/Cantabria)
Un tramo para hacer una y mil veces, Panes-Potes, Potes-Panes y así toda la mañana. Escenario espectacular con una carretera retorcidísima que es mejor usar en horas con poco tráfico. El asfalto agarra de fábula y allí estrené el primer coche me compré con mi propio dinero ganado con algo de sangre, mucho sudor pero sin lágrimas.
El coche en realidad era de segunda mano y contaba 11 años, pero estaba cuidadísimo y para mí era como si fuese nuevo. Era muy juguetón y discreto, pero del coche ya hablaré otro día. En una semana por Asturias y Cantabria me cepillé los neumáticos delanteros, pero creo que no hubo un solo día que no encontrase una excusa para pasar por el Desfiladero de La Hermida.
Torrelaguna-El Vellón (Madrid)
Se acabaron los sentimentalismos, nos metemos de lleno en un tramo de rally y no es un decir. Este tramo formaba parte del Rally de Madrid y se hacía de bajada, pero yo como soy un bastante cobarde lo disfruto mucho más subiendo. Es mi tramo, me da igual ir en coche o en moto y sé que no es para nada perfecto, pero tiene algo que me encanta y creo que es su brevedad e intensidad.
En realidad el tramo chulo empieza pasado un rectón donde lo único que puedes encontrarte son problemas si te da por ir deprisa y acaba mucho antes del pueblo de El Vellón. En esta carretera te lo pasas bien a velocidad legal y si vas con un coche antiguo es una auténtica pasada.
Torrelaguna-Patones-Presa del Atazar-Torrelaguna
Otro tramo de carreras y muy de moto que en coche se disfruta por las vistas y las curvas. Yo prefiero hacerlo en sentido antihorario, saliendo de Torrelaguna dirección Patones, el Pontón de la Oliva y... Empieza el festival de curvas. Antes podías parar en un aparcamiento que hay en la presa del embalse, pero ahora puedes bajar para hacer cinco curvas más pero está prohibido parar.
Cuando dejas atrás el embalse y llegas a lo más alto de la ruta, comienza una bajada de las que enamoran. Llegas al cruce con la carretera que va de Torrelaguna a El Berrueco y giras a la izquierda para dibujar, entre otras, un par de paellas de derechas de las que rezarías todas las noches de tu vida porque te dejaran hacerlas con un 911 con el tramo cerrado al tráfico.
Ayllón-Cantalojas (Segovia-Guadalajara)
Un tramito para hacer con un coche que no tenga una suspensión muy dura y neumáticos con buen perfil. No hay agujeros pero sí algunos baches y sobre todo zonas rizadas. Además, con un coche normalito puedes pasártelo muy bien a velocidad legal. Uno de los atractivos de la ruta es detenerse en el parque eólico de Cantalojas a sentir el viento en tus carnes y admirar los molinos (impresionan).
Puerto de La Lancha... Ah no, que ya llevo seis. Vaya, pues qué pena. Bueno, éste ya le conocéis porque Javier os lo presentó el otro día (Navalperal de Pinares). Y mira, casi mejor haber llegado ya al cupo, así me puedo seguir guardando uno de los tramitos que utilizo para las pruebas de coches.
Una cosa, si vais a conocer alguna de estas rutas, por favor, prudencia y respeto por la ley y por los demás, que en algunas de estas zonas hay curvas ciegas en las que circulando legalmente en realidad se va muy deprisa.