"El futuro de la industria automotriz es eléctrico. No hay vuelta atrás". Así ha resumido el presidente de los EEUU, Joe Biden, el objetivo de la orden ministerial que ha firmado hace unas horas en relación a la penetración del coche eléctrico en el país.
Así, EEUU pretende impulsar la compra de vehículos eléctricos hasta el 50 % de las ventas de vehículos nuevos para 2030, un camino que General Motors, Ford y Stellantis ya han emprendido al comprometerse a ello de forma conjunta.
Coches eléctricos 'made in the USA'
En un comunicado de los 'Big Three' de Detroit (aunque Stellantis no es precisamente de Detroit) publicado por la Casa Blanca, se ha dejado clara la intención de revertir las políticas medioambientales de Trump y volver a la era Obama.
Ford, General Motors y Stellantis quieren lograr de forma conjunta ventas del 40-50 % de los volúmenes anuales de vehículos eléctricos y electrificados en los EEUU. Un objetivo, por decirlo suavemente, muy optimista.
Por ponernos en contexto, actualmente más de la mitad de los vehículos nuevos vendidos en Noruega son eléctricos, mientras que los coches eléctricos representaron menos del 4 % de la cuota de mercado en los EEUU en 2020.
Pero, ¿cómo piensan hacerlo? Se hará con la implementación de un conjunto de políticas de electrificación y recogidas en el plan 'Build Back Better', que incluye:
- Incentivos de compra.
- Una red de carga integral "de densidad suficiente para apoyar los millones de vehículos que representan estos objetivos".
- Inversiones en I + D, e incentivos para expandir la fabricación de vehículos eléctricos y las cadenas de suministro en los Estados Unidos.
Como podemos ver, Biden quiere alejarse de la política laxa de Trump respecto al cambio climático, pero mantiene ese toque proteccionista al incidir en que esos coches eléctricos deben fabricarse en Norteamérica.
En este sentido, la industria automotriz estadounidense se ha comprometido a invertir más de 330.000 millones para llevar al mercado nuevos vehículos eléctricos, incluidos híbridos enchufables, vehículos eléctricos de batería y de pila de combustible.
Todo esto se ha formalizado en un evento al que, curiosamente, Tesla no fue invitado.
Y entre firma y firma, Biden se ha estado paseando por la Casa Blanca en un Jeep Wrangler Rubicon. Todo en orden.
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