Más de una cuarta parte de las puntos de recarga de coches eléctricos informan erróneamente de su estado, lo que lleva a los conductores a obtener información inexacta cuando intentan averiguar dónde pueden cargar sus coches en carretera.
En un estudio realizado por ChargerHelp, una empresa que se ocupa del mantenimiento de los cargadores públicos de coches eléctricos, casi el 11% de las estaciones parecían desconectadas pero en realidad estaban en línea, el 1,9% parecían en línea pero estaban desconectadas, el 3,6% indicaban erróneamente que estaban ocupadas o disponibles, y el 10% tenían indicios tanto físicos como de software que indicaban que la estación estaba en línea pero no realizaba correctamente la carga.
Puntos de carga para coches eléctricos: mal repartidos y muchos fuera de servicio
"En el sector, la gente se limita a decir: 'Todo está roto, nada funciona', pero sin entrar en los detalles de que se trata de un problema de software, datos e interoperabilidad", afirma Kameale Terry, CEO de ChargerHelp. Son datos de EEUU, pero no es que la situación sea mucho mejor en nuestro continente, y más aún en España.
Cargar un coche eléctrico en casa es la opción más barata y sencilla. Sin embargo, no siempre se puede y, aunque de momento sean una minoría, no todos los usuarios de coche eléctrico tienen acceso a un punto de carga doméstico. Es una tendencia que con el paso del tiempo irá a más, especialmente en Europa, donde los coches acostumbran a dormir en la calle. De ahí, la importancia de una red de recarga pública lo más densa posible.
Una red densa es también imprescindible para poder hacer desplazamientos largos y que el coche eléctrico no sea sólo un vehículo urbano. El problema en Europa y España no es tanto que los puntos de carga informen correctamente de su situación sino que existan.
De 2022 a 2023, el número de cargadores de CC (corriente continua, es decir, cargadores rápidos) en Europa aumentó un 96 %, mientras que el número de cargadores de CA (corriente alterna, de menos de 22 kW) aumentó sólo un 57 % según datos de Grid X.
Para alcanzar el objetivo de la Comisión Europea de 1,3 kW de capacidad de carga coche eléctrico en 2030, y suponiendo que lleguemos a los 40 millones de eléctricos, en las carreteras europeas, la capacidad de carga tendría que multiplicarse por 46, es decir, habría que añadir 270 MW cada semana hasta el final de la década. En 2023, los cargadores de CA aumentaron, de media, un 57 %, mientras que los de CC casi se duplicaron (un aumento del 96 %).
En España, la situación no es tan brillante. Si bien contamos con más de 25.000 puntos de recarga (datos de ANFAC), no están bien repartidos. La mayoría los encontramos allí dónde más coches eléctricos se venden, en ciudades como Madrid, Barcelona y Valencia. En cambio, los puntos de recarga en carretera son escasos, especialmente los de gran potencia (de al menos 100 kW) que permiten recargar rápidamente.
En los 7.300 kilómetros que representan las principales carreteras españolas, no hay acceso a un punto de carga de 250 kW en un rango de 100 kilómetros en más de 3.400 kilómetros. Es decir, en el 47% de los ejes principales de España no hay cargadores de superrápidos de 250 kW.
A esto se le suma que, denuncia ANFAC, hay 6.475 puntos que se encuentran fuera de servicio, debido a que no se han podido conectar a la red de distribución eléctrica (se puede tardar hasta tres años para instalar un punto de recarga por culpa de la burocracia) o por encontrarse en mal estado o averiados.