Tras la aprobación del Consejo de Administración, Luca de Meo, director general del Grupo Renault (que incluye además las marcas Dacia, Lada, Alpine y Samsung Motors), ha presentado el esperado plan estratégico para sacar del hoyo a la firma del rombo.
Bautizado como "Renaulution" está estructurado en tres fases. La primera y más importante será la fase "resurrección", que se extenderá hasta 2023 y se concentrará en recuperar el margen y generar liquidez después de tres años de pérdidas y de una bajada sostenida de las ventas.
Dos años para 'revivir'
Este plan estratégico está estructurado en 3 fases lanzadas en paralelo:
- La fase "Resurrección". Se extenderá hasta 2023 y se concentrará en recuperar el margen y generar liquidez.
- La fase "Renovación". Continuará hasta 2025 y dará lugar a la renovación y el enriquecimiento de las gamas, centrándose en la rentabilidad de las marcas.
- La fase "Revolución". Comenzará en 2025 y hará bascular el modelo económico del Grupo hacia la tecnología, la energía y la movilidad. En este punto el grupo quiere convertirse en pionero en la cadena de valor de las nuevas movilidades.
En cuanto a ejes vertebradores de todo el plan, encontramos tres:
Fortalecer la eficiencia, velocidad y desempeño de la ingeniería y producción, acelerada por la Alianza. Esto implica fabricar muchos menos coches que en la actualidad, entre otras cosas:
- Racionalización de las plataformas de seis a tres (con el 80 % de los volúmenes del Grupo en tres plataformas de la Alianza) y de los grupos motopropulsores (de ocho a cuatro familias).
- Todos los modelos que se lanzarán en las plataformas existentes se lanzarán al mercado en menos de tres años.
- Redimensionamiento de la capacidad industrial de 4 millones de unidades en 2019 a 3,1 millones de unidades en 2025.
Orientar la presencia internacional del Grupo hacia mercados de alto margen, como Latinoamérica, India y Corea, Marruecos, Rumanía, Turquía y creando más sinergias con Rusia.
Establecer una estricta disciplina en términos de costes. El objetivo es un recorte de 3.000 millones de euros en costes para 2025 y una mejora de 600 euros por vehículo en costes variables.
De momento se desconoce el impacto que tendrá en las plantas francesas y en las cuatro fábricas que tiene Renault en España, donde se fabrica más del 10% de la producción anual de vehículos del Grupo, más del 33 % de las cajas de cambios y casi el 40 % de los motores.
La Alianza debe permanecer unida
El objetivo de este plan, según ha explicado Renault, es reorientar la estrategia del fabricante, pasando de la carrera por el volumen hacia la creación de valor.
Pero se hará con recortes. Ya lo advirtió De Meo. Es primordial para la firma gala reducir los costes fijos y mejorar los costes variables en todo el mundo y la rentabilidad.
Este empujón, que incluirá la aceleración de los servicios de movilidad, espera que se consiga con la ayuda de la Alianza. En este sentido De Meo ha expresado en varias ocasiones su intención de dejar atrás el conflicto entre Renault-Nissan-Mitsubishi, y empezar a trabajar como iguales sin alteraciones en la estructura empresarial.
En este sentido, De Meo ha asegurado que cada marca tendrá sus propios territorios "claros y diferenciados", y el objetivo irá orientado al valor, más que al volumen, según el CEO:
"El plan Renaulution consiste en orientar a toda la empresa del volumen al valor. Más que un cambio radical, se trata de una profunda transformación de nuestro modelo de negocio. Hemos establecido una base sólida y saludable para nuestro desempeño. Hemos simplificado nuestras operaciones, comenzando con la ingeniería, ajustando nuestro tamaño cuando era necesario, reasignando nuestros recursos a productos y tecnologías de alto potencial".
Lanzamientos. Para 2025 hay programados 24 lanzamientos, de los cuales la mitad serán en los segmentos C y D y al menos 10 vehículos serán eléctricos.
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