El Ayuntamiento de Barcelona ha declarado la guerra a los vehículos más contaminantes, calcando la propuesta de Madrid de impedirles el acceso de cara al año 2020. Esta medida forma parte de un paquete de 58 acciones que prevé la Ciudad Condal para reducir sus niveles de contaminación atmosférica.
Todavía está por ver qué se entiende por "vehículos más contaminantes". Será a lo largo de 2017 que el Ayuntamiento estudiará cuáles serán los vehículos afectados. Lo más llamativo de esta acción es la manera en la que el gobierno municipal de Ada Colau quiere estimular la renovación del parque vehicular barcelonés: con abonos de transporte público.
No será esta la única medida con la que el Ayuntamiento de Barcelona trabajará para que se dejen atrás los coches más contaminantes. También se creará un incentivo municipal para dar de baja esos vehículos, iniciativas de fiscalidad ambiental y medidas para maximizar la eficiencia del servicio de taxi y del reparto de mercancías, según han explicado fuentes municipales.
Otro punto que cabe tener en cuenta es que el calendario de actuaciones contempla el invierno de 2017 como punto de partida para la restricción de vehículos en los días de mayores niveles de contaminación. Esto es algo que se estrenó en Madrid desde hace un año, y que en Barcelona seguirá un camino que culminará en 2020, cuando se crearán las diferentes zonas protegidas dentro de la ciudad y cuando se prohibirá de forma permanente la circulación de los vehículos más contaminantes.
Mucho antes que eso, ya desde el año que viene, el área que delimitan las rondas de Barcelona se convertirá en Zonas de Bajas Emisiones. Y es que el gobierno de Colau entiende que, además de realizar acciones puntuales cuando existan episodios de altos niveles de contaminación, también es necesaria una acción conjunta de medidas de carácter estructural.
¿Cómo cambiará Barcelona para mejorar su aire?
Entre las medidas estructurales se contempla la creación de zonas de intervención ambiental especial donde se podrá restringir el paso a los vehículos más contaminantes. La medida estrella de este pliego consiste en convertir, según fuentes municipales, "todo el ámbito de la ciudad de Barcelona que quede comprendido dentro del perímetro de las Rondas" en Zona de Bajas Emisiones.
Es decir, la práctica totalidad de la ciudad de Barcelona, excluyendo parte de los distritos de Pedralbes, Sarrià-Sant Gervasi, Horta-Guinardó y Nou Barris, aunque este perímetro también afecta, al menos parcialmente, a otros municipios. L'Hospitalet de Llobregat, Cornellà de Llobregat, Esplugues de Llobregat, Santa Coloma de Gramanet y Sant Adrià de Besòs forman parte de esa área que ha definido el ayuntamiento de la capital catalana.
También se contemplará la creación de zonas de protección adicional del aire allí donde existan niveles más altos de contaminación o donde haya colectivos más vulnerables, y se impulsará tanto el desarrollo del transporte público (con el despliegue de la L10 sur de metro, la conexión de la red de tranvía y el despliegue de la nueva red de autobuses) como los planes de las supermanzanas y otras actuaciones similares.
Finalmente, se prevé implantar lo que el Ayuntamiento de Barcelona denomina "Estrategia de la Bicicleta" con el objetivo de triplicar el actual número de kilómetros de carriles bici. También en este marco, se quiere incidir sobre la movilidad aumentando la presión sobre las zonas de aparcamiento regulado en toda la ciudad.
¿Cómo funcionará el protocolo anticontaminación en Barcelona cuando haya episodios de alta polución?
El protocolo para episodios de contaminación de Barcelona podrá entrar en acción desde el 1 de enero de 2017. Las medidas en casos de episodio ambiental serán de implementación progresiva a lo largo de los próximos años, y será la Generalitat de Catalunya la encargada de activar y desactivar los protocolos en función de tres escenarios posibles: seguimiento atento, aviso preventivo y episodio. Las acciones previstas serán las siguientes:
En caso de aviso preventivo por NO₂ (160 µg/m³ horario):
- Comunicación a la población: paneles de información variable, redes sociales y webs municipales.
- Activación de las campañas de sensibilización: implantación de dos puntos de control de humos en la ciudad.
- Priorización del transporte público hacia el privado en los accesos de la ciudad: implantación extraordinaria de carriles Bus-VAO en vías de acceso a la ciudad (medida para aplicar a partir del invierno 2017-2018).
- Refuerzo de la oferta de transporte público: refuerzo del transporte público movilizando vehículos adicionales y aumentando la frecuencia del transporte público en general.
En caso de aviso preventivo para PM10 (50 µg/m³ diario):
- Comunicación a la población: paneles de información variable, redes sociales y webs municipales.
- Activación de las campañas de sensibilización: implantación de dos puntos de control de humos en la ciudad.
- Riego con agua freática de parques y plazas no asfaltados e incremento de riego de las calles.
- Prohibición del uso de sopladores de hojas en las tareas de limpieza y jardinería municipal.
- Comunicación a las actividades pulverulentas en las obras.
- Intensificación del control del cumplimiento del plan de ambientalización de las obras.
En caso de episodio por NO₂, (200 µg/m³ horario), además:
- Encarecimiento y posterior prohibición del aparcamiento regulado en la calzada.
- Impulso de los abonos de transporte público a precios reducidos.
- Restricción de la circulación a los vehículos más contaminantes (medida que se aplicará a partir del invierno 2017-2018).
En caso de episodio para PM10, (80 µg/m³ diario o más de 3 días seguidos 50 µg/m³ diario):
- Prohibición de las actividades pulverulentas en obras.
¿Qué vehículos no podrán circular por Barcelona a partir del año 2020?
Todavía no están establecidos los criterios por los cuales la Ciudad Condal vetará los coches más contaminantes. Esa es una tarea a la que se dedicará el Ayuntamiento de Barcelona durante 2017. Estudiarán cuál es la composición del parque circulante para poder establecer unas reglas.
En cierto modo, sería extraño que no emplearan las herramientas creadas por la DGT: los distintivos medioambientales que, si bien no son de seguimiento obligatorio, han sido diseñados para facilitar la gestión de los parques vehiculares en las grandes ciudades.
De todas formas, cabe recordar que estas etiquetas tienen en cuenta fundamentalmente el año de matriculación del vehículo y no su año de homologación, por ejemplo, o la cantidad de NO₂ que emiten. Este criterio es el mismo que se emplea actualmente en París, donde los coches matriculados antes de 1997 no pueden acceder a la capital francesa, al menos entre semana.
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