Las emisiones de CO₂ de los coches nuevos siguen repuntando en Europa. Así lo confirman los datos provisionales publicados por la Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA por sus siglas en inglés): en 2018, la media de emisiones de automóviles de nueva comercialización se ha fijado en 120,4 g/km de CO₂, siendo el segundo año consecutivo de subida, que se cifra en casi dos puntos.
En Europa, esta tendencia comenzó en 2016, cuando las emisiones medias de CO₂ apenas bajaron en comparación al año precedente: en 2016 se registraron 117,8 g/km respecto a los 119 g/km registrados en 2015. El Dieselgate fue el detonante. Pero si bien en 2016 aún seguían a la baja, 2017 fue el primer año en el que la media de este gas contaminante en coches nuevos comenzó a subir, llegando a los 118,5 g/km (+0,4) según las cifras recogidas por esta agencia europea.
Se trata de un evidente retroceso tras más de un lustro de descenso continuado, ya que entre 2010 y el mencionado 2016, la media de emisiones de CO₂ cayó en casi 22 g/km. Y esta propensión no se da sólo a nivel europeo, también se está experimentando en el caso particular de España: llevamos dos años de subida consecutiva, ya que en 2017 se registró una media de 116 g/km de CO₂ (+ 1 g/km) y en 2018 de 116,75 g/km de CO₂ (+0,75).
Más coches de gasolina, más CO₂
La principal causa de este repunte es la bajada de ventas de los coches diésel en favor de los gasolina. Tras años de bonanza y desde el escándalo de las emisiones de Volkswagen, han perdido popularidad en el mercado al ser señalados por gobiernos y administraciones como enemigos de la salud pública por emitir más NOx que los gasolina. Y pese a que algunos gasolina nuevos también emiten notables cifras de óxidos de nitrógeno, existe un evidente temor en los consumidores de comprar modelos de gasóleo.
Pero no hay que olvidar que las emisiones CO₂ son las principales causantes del llamado efecto invernadero y, por tanto, del calentamiento global. De hecho por ello empezaron a venderse más los diésel de nueva generación, señalados en aquellas como menos contaminantes. Lo que contribuyó a la tendencia a la baja entre 2010 y 2016.
Sin embargo, las ventas de los diésel han caído en picado, tanto en España (que en 2018 se situaron después de mucho años por detrás de los gasolina), como a nivel europeo. Y así lo confirman los datos aportados por EEA en su informe: el
60 % de los coches comercializados eran gasolina, mientras que sólo el 36 % de las matriculaciones correspondieron a modelos de gasóleo.
Y aunque bien es cierto que los coches eléctricos y alternativos siguen creciendo cada año, su portecentaje de ventas sigue siendo muy reducido en comparación al de los motores térmicos, que copan casi el 90 % del mercado. Y el caballo ganador es ahora la gasolina.
Tampoco ayuda la moda todocamino...
No obstante, la subida de las emisiones medias de CO₂ en coches de nueva comercialización encuentra otras causas, según el análisis de EEA. También es determinante la moda SUV. Y estos vehículos por sus características (mayor peso, propulsores más potentes), tienden a contaminar más que un urbano o un compacto.
Y a ello hay que sumarle que, según esta agencia de medio ambiente, la mayoría de todocaminos comercializados durante 2018 eran gasolina, registrando una media de 133 g/km de CO₂ en este segmento.
De igual manera, la EEA postula que uno de cada tres automóviles comercializados en los países de la UE e Islandia el año pasado eran deportivos de alta gama. Un segmento que también es más propenso a mayores emisiones al equipar mecánicas potentes de elevada cilindrada. Su número ascendió en 2018 a 4,5 millones de unidades vendidas.
Veremos qué ocurre este 2019, pero todo apunta a que los gasolina van a seguir ganando a los diésel en el mercado y, por tanto, el CO₂ seguirá subiendo: en lo que llevamos de 2019 según datos de la patronal de fabricantes Anfac, el 61,3 % de los coches nuevos vendidos han sido gasolina y sólo el 28,2 % de las matriculaciones fueron diésel. Y los SUV seguirán copando las listas de los más vendidos...