Hyundai Mobis (la filial de repuestos de la firma coreana) ha firmado un acuerdo con Yandex, el Google ruso, para desarrollar conjuntamente sistemas de control para coches autónomos.
Las dos compañías planean presentar un prototipo de vehículo autónomo basado en un modelo de producción de Hyundai o Kia antes de fin de año.
En el futuro, la cooperación tiene como objetivo fabricar un nuevo sistema de control de conducción autónoma para fabricantes de automóviles, servicios de coches compartidos y flotas de taxis.
No obstante, Yandex ha asegurado que pueden expandirse a otras áreas de cooperación, como el desarrollo de productos conjuntos que integren las tecnologías de habla, navegación y mapeo.
Según Bloomberg el gigante tecnológico ruso está en conversaciones con varios fabricantes de automóviles y componentes, entre ellos Renault, para explorar la incorporación de sistemas de conducción autónoma a los vehículos de la marca francesa.
Las unidades del grupo coreano, que incluyen Hyundai y Kia, dijeron que planean comenzar a vender vehículos autónomos en varias ciudades desde 2021, con el objetivo de lanzar vehículos completamente autónomos para 2030.
Por su parte, Yandex, una empresa rusa de motores de búsqueda, que también administra un servicio de taxis en más de 100 ciudades, comenzó a trabajar en la tecnología autónoma a principios de 2017, combinando su experiencia en aprendizaje automático, navegación, herramientas de mapeo y tecnologías en la nube.
La ventaja de Rusia a la hora de poner a prueba los coches sin conductor
Desde agosto de 2018 -si vives en Rusia- puedes pedir a través de una app un taxi Yandex sin conductor de forma gratuita, de momento en las ciudades de Skolkovo e Innopolis con vistas a expandirse a Kazan y Moscú.
Actualmente, hay 15 vehículos en la flota de Yandex. Este año, la compañía pretende aumentar ese número a más de 100 y exportar su oferta de servicios comerciales a Tel Aviv, Israel.
Y es que aquí Yandex cuenta con una clara ventaja frente a sus competidores estadounidenses: ellos 'gozan' de un clima y de unas infraestructuras que suponen un reto para el desarrollo de la tecnología autónoma.