El paraíso europeo de los ciclistas, Países Bajos, acaba de anunciar que este mismo mes instalará un nuevo carril bici con paneles solares integrados en la provincia de Brabante Septentrional (limítrofe con Bélgica). Este tendrá una longitud de 500 m y servirá de prueba para proyectos posteriores.
Así, además de seguir fomentando el uso de la bici en el país, el gobierno neerlandés quiere demostrar que este tipo de soluciones son óptimas para descarbonizar la región con un aprovechamiento máximo del espacio, al mismo tiempo que se genera energía renovable. Pero este tipo de soluciones todavía tienen sus limitaciones.
Pioneros también en el uso de carriles bicis solares
A diferencia del carril bici solar que se acaba de anunciar en Alemania, y que lleva las placas solares instaladas en un techo que va por encima de la vía ciclista, el carril solar de Brabante llevará unas 600 placas solares integradas en el pavimento. Tendrá una longitud de unos 500 m, se situará en una carretera provincial (N-285) y estará a prueba cinco años.
En este periodo de prueba, los expertos del gobierno provincial evaluarán aspectos como la resistencia de los nuevos módulos solares al estrés mecánico aplicado por peatones y ciclistas, los costes de su mantenimiento y el rendimiento energético del sistema fotovoltaico.
Así, también se pretende lidiar con uno de los principales escollos de esta tecnología: su elevado coste. “Este proyecto tiene como principal objetivo adquirir más experiencia en el despliegue de células solares en carriles bici”, declaró el gobierno provincial, que enmarca este nuevo carril bici solar en el proyecto Zon op Infra.
Este, enfocado a cumplir los objetivos climáticos del país, promueve el uso de sistemas de energía solar integrados en infraestructuras ferroviarias, autopistas, vías fluviales o ciclovías.
Pese a que en Brabante se usarán paneles fotovoltaicos de última generación, los carriles bici solares en los Países Bajos no son un concepto desconocido: todo lo contrario. Hace ya casi ocho años que se inauguró en el país el primer carril bici solar del mundo que generaba electricidad al pedalear por él, desarrollado por Solaroad.
Aunque el proyecto pionero fue un éxito (en apenas un año, la vía ciclista generó electricidad suficiente para alimentar una casa) la infraestructura se vio tremendamente afectada por el uso intensivo y las inclemencias del tiempo y en 2020 tuvieron que retirarse los paneles solares. La inversión total ascendió a unos tres millones de euros para una vía de apenas 70 m.
Tras este proyecto llegaron otros similares como el que se estrenó en 2020 en la provincia de Utrecht, o el situado cerca de Grave. Además, también se está llevando a cabo la construcción de un tramo de carril bici solar en la provincia de Holanda Septentrional, cerca de Vijfhuizen.
Que las provincias de Holanda Meridional y Septentrional unan fuerzas y liciten por una mayor cantidad de metros cuadrados de esta tecnología al mismo tiempo, hará más sencillo que se favorezca la inversión que necesita esta tecnología para seguir avanzando.
En la actualidad, las autoridades holandesas tienen dificultades para encontrar superficies en las que instalar plantas fotovoltaicas a gran escala debido a la escasez de terrenos. Así, en los últimos años tanto entes públicos como empresas privadas están intentando demostrar la viabilidad de todo tipo de proyectos enfocados en la energía solar no solo en tejados o vías ciclistas, sino también en diques y otras superficies acuáticas.