Este coche volador y eléctrico quiere hacer realidad lo que nos prometió 'Blade Runner'

Ni en 2015 ni en 2019: ese futuro en el que los coches ya iban a estar surcando los cielos de las ciudades prometido por películas como 'Regreso al Futuro II' o 'Blade Runner' no se ha cumplido.

Es justo lo que ambiciona remediar con su Alef Model A la start up Alef Aeronautics, afincada en Silicon Valley: quizá el coche volador más cercano en concepto a lo que siempre hemos entendido como tal gracias al cine precisamente.

Y de paso, hacer reales las autopistas urbanas áreas por las que discurrían estos automóviles en la gran pantalla.

La antesala de un coche volador de 35.000 dólares

Tras siete años de desarrollo, este Model A de Alef Aeronautics se acaba de presentar. Y esta firma californiana hasta ha abierto las pre-reservas para que posibles interesados se hagan con sus servicios.

Obviamente tendrá que contar con la inversión necesaria para hacerse realidad y no solo por las reservas cosechadas: cada una a razón de 150 dólares, o de 1.500 dólares para entrega prioritaria. No en vano, proyectos similares, aún con reservas abiertas, están a la espera de ver la luz.

De momento, ya ha despertado el interés de varios inversores, entre ellos una potente firma: la valenciana Draper B1, que ya hizo lo propio con Tesla en sus albores convirtiéndose en uno de los primeros capitalistas de riesgo de la de Palo Alto.

"Aporte una mayor inversión cuando vi que habían creado un pequeño prototipo que hacía exactamente lo que me decían que haría. El diseño es extraordinario. Los lados del automóvil se convierten en alas cuando el avión despega", ha apuntado el CEO de Draper B1, Tim Draper, según recoge Reuters.

Alef Aeronautics pretende que este Model A comience a producirse y entregarse en el último trimestre de 2025. Pero sobre todo tiene fijada otra meta aún más ambiciosa: dar salida en 2035 a otro coche volador eléctrico para las masas, el Alef Model Z, que aspira tenga un precio de 35.000 dólares.

Aunque todo dependerá de su el Model A vea la luz y se comercialice propiamente. Y este primer retoño no es precisamente barato: su precio arranca en los 300.000 dólares.

El Alef Model A presume de ser revolucionario en concepto, ya que se trata de un automóvil capaz de surcar los cielos que despega y aterriza verticalmente y que, a su vez, puede circular por carretera.

La mayoría de propuestas de automóviles voladores se enfocan a servicios de taxi y son más bien una suerte de drones o helicópteros, muchos de ellos autónomos. Marcas como Honda, Hyundai o Toyota ya han coqueteado en este campo.

Y luego están los que son un híbrido entre coche y avión, como el pionero de Terrafugia o el AirCar de Klein Vision. No obstante, si bien ambos asimismo son aptos para volar y circular por el firme, necesitan de una pista para despegar y aterrizar.

Por el contrario el Alef Model A aúna ambos dos conceptos. Se trata de una estructura ligera de fibra de carbono, que soporta una cápsula a modo de habitáculo y se mueve gracias a un sistema de propulsión eléctrica distribuida a base de hélices que se esconden bajo la carrocería.

Apenas se han dado más detalles de este más que embrionario coche volador, más allá de que contará con tecnología aeronáutica de última generación, tanto a nivel de software como de hardware. De momento se ha probado en simuladores, más allá del prototipo a escala concebido.

Su potencia no ha sido anunciada, como tampoco la capacidad de las baterías, pero sí su autonomía estimada: 322 km en carretera y cerca de 180 km de vuelo.

¿Autopistas aéreas urbanas?

Este Alef Model A quiere ser el campo de pruebas que de paso al verdadero proyecto estrella de esta compañía, el ya mencionado Model Z que busca comercializarse a gran escala por su precio más ajustado.

Y es que Jim Dukhovny, fundador de Alef Aeronautics, ha señalado a sus coches voladores como "la verdadera solución de movilidad del siglo XXI", pues serán capaces de sortear un problema endémico y lejano a desaparecer: los atascos. "El coche es símbolo de libertad, pero las carreteras son opuestas a la libertad".

En demostraciones virtuales ha dejado claras estas intenciones, mostrando a este Model A elevándose al cielo al toparse con un atasco o una carretera cortada tras un accidente, para después volver al firme ya sea en una zona más despejada o bien estacionando en su destino.

En definitiva, Dukhovny no solo pretende dar salida a su coche volador, sino hacer reales las autopistas aéreas, al estilo de 'El Quinto elemento' o las del planeta capitalino Coruscant de 'Star Wars': sobre el propio firme y entre los edificios, puentes etc.

Es decir, que este proyecto suena más a ciencia ficción que otra cosa, pues tiene por delante un camino más que complicado en términos de regulación y seguridad ya sea en EE.UU, Europa o donde se comercialice. A la postre hablamos de cambiar por completo el concepto de infraestructura de movilidad de las ciudades.

Además, el campo de Dukhovny no es precisamente el de la automoción, ni siquiera el de la aeronáutica: es científico informático y diseñador de software. Y muy aficionado la ciencia ficción, por cierto.

Si bien tampoco era el de Elon Musk, el proyecto de Alef es mucho más ambicioso. A riesgo de equivocarnos, todo apunta a que este Model A, y ese futuro Model Z, se queden en el anhelo de un hombre que soñaba con coches eléctricos y voladores.

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