Hace tiempo que Europa declaró la guerra a los coches de combustión. Los planes pasan por prohibir la venta de modelos diésel y gasolina a partir del año 2035 y parece que la Unión Europea no está sola porque otras administraciones apuestan por la misma estrategia, como la canadiense.
Pero hay un lugar que está siendo mucho más crítico con los vehículos que utilizan motores térmicos alimentados por combustibles fósiles: California. En esta región de Estados Unidos, los gobernantes están siendo todavía más duros con esta cuestión, aunque el objetivo es el mismo: reducir drásticamente las emisiones.
California solo quiere vehículos eléctricos
Las políticas anticontaminación están siendo cada vez más duras en nuestro continente, al menos las que afectan al sector del automóvil. Independientemente de si son más o menos acertadas y de que los fabricantes vendan coches diésel y gasolina más limpios que nunca, las normativas se endurecen año tras año.
La entrada en vigor el pasado 1 de enero de las ZBE en las ciudades de más de 50.000 habitantes es el mejor ejemplo de ello. Pero no estamos solos; el 1 de enero de 2023 también entró en vigor una de las exigencias de la normativa que existe en California para reducir las emisiones de los vehículos.
En el año 2008, la Junta de Recursos del Aire de California (CARB) aprobó una legislación para reducir progresivamente las emisiones de camiones y autobuses dentro del estado. En ese momento, las fechas propuestas por la normativa quedaban muy lejos, pero ahora son una realidad.
El texto legal que se aprobó hace más de una década, cuando los vehículos eléctricos eran prácticamente una utopía, establece unos plazos para la prohibición de la circulación de los camiones y autobuses diésel que pesen más de 14.000 libras, es decir, más de 6,3 toneladas. También hay plazos más restrictivos para los vehículos que superen un peso en vacío de 26.000 libras, el equivalente a 11,8 toneladas.
Esos plazos se han ido cumpliendo y progresivamente han afectado a los vehículos anteriores al año 2000, más tarde a los que se fabricaron antes del 2007 y, a partir del 1 de enero de 2023, a los que fueron fabricados antes del 2010, hace tan solo 13 años.
Según las estimaciones recogidas por el medio Jalopnik, la medida afecta a unos 200.000 autobuses y más de 70.000 camiones, pero dentro de relativamente poco serán muchos más porque el objetivo es la prohibición total de la venta de vehículos pesados con motores diésel en un año que nos suena mucho en Europa: 2035.
Eso sí, hasta entonces, la misma normativa que ya está en vigor propone alternativas para no mandar directamente al desguace esos 200.000 autobuses y más de 70.000 camiones, al menos hasta el año 2035.
Y es que existe la posibilidad de alargar la vida de los camiones y autobuses fabricados antes de 2010 si se cambia su motor original por uno fabricado después de esta fecha.
Asimismo, quedan exentos de cumplir esta normativa los vehículos que recorren menos de 1.000 millas al año, es decir, menos de 1.600 km. Más allá de esas dos opciones, solo queda vender el camión fuera de California o mandarlo al desguace.
La propia Junta de Recursos del Aire de California estima que ya hay más de 1,5 millones de vehículos que han actualizado su motor por uno más nuevo y eficiente. Antes de afectar a los camionesy autobuses fabricados antes de 2010, la misma normativa se aplicó a los fabricados antes de 2007, 2005 y 2000.
La Junta de Recursos del aire también claro que aquellos que no estén dispuestos a cumplir con la normativa lo van a tener complicado porque está previsto hacer auditorias anuales a las flotas de camiones para verificar que se cumple la ley. No hacerlo implicará multas.
A pesar de todo, hay que tener en cuenta que la normativa vigente es mucho más laxa que la que propuso la misma Junta de Recursos del Aire de California el pasado verano. Su objetivo es que los camiones que se vayan a comprar para acceder a las zonas logísticas más concurridas, como los puertos marítimos, sean 100% eléctricos a partir de 2024.
La misma propuesta establece el año 2035 como la fecha límite para que circulen los vehículos pesados diésel por estas zonas y el año 2045 para prohibir la circulación de estos modelos por cualquier carretera de California.
Eso sí, Estados Unidos es tan grande que hay sitio para todas las posturas. Mientras que los motores de combustión parecen tener los días contados en California, en el estado de Wyoming acaban de proponer una ley para prohibir los coches eléctricos, simplemente con el objetivo de “fastidiar a California”.