El Gran Premio de Italia de 1978, en el circuito de Monza, trae al recuerdo una de las historias más trágicas de la F1. Una de tantas, pero quizá por el carisma del piloto sueco Ronnie Peterson, una de las más recordadas por la tristeza del accidente que allí ocurrió, y sobre todo por cómo se desarrollaron los acontecimientos posteriormente.
Para ponernos en situación, la temporada 1978 estaba dominada por los Lotus 79 pilotados por Mario Andretti y Ronnie Peterson. Éstos llevaban una racha de victorias y dobletes poco común en la F1, en gran parte gracias a la novedosa tecnología conocida como efecto suelo, novedad y genialidad del gran Colin Chapman.
La salida fatídica del Gran Premio de Monza de 1978
En 1977, el comisario encargado de dar la salida al GP de Italia había sido duramente criticado por tardar demasiado en dar la señal, lo que había perjudicado a algunos motores. En 1978, sin embargo, se fue al extremo opuesto y tan solo con los dos primeros clasificados correctamente colocados en sus puestos de salida, ejecutó la señal.
Aunque en la parte delantera de la parrilla no suponía mucho problema este hecho, más que la lógica sorpresa de verse inmediatamente arrancando sin espera, la situación al fondo de la parrilla fue inusual: prácticamente era una salida lanzada. Esto como es lógico llevó a que los coches se agrupasen demasiado, y en la parte central de la formación se creó un pelotón de pilotos que luchaban por llegar los primeros al estrechamiento de la pista, metros después de la meta.
Ronnie Peterson se encontró en esta curiosa melé, y el coche de James Hunt impactó contra su Lotus 78 en parte por el intento del bravo piloto inglés de evitar un impacto con el joven Ricardo Patrese. Lo que siguió a este incidente es trágico. El coche de Peterson chocó contra las protecciones aplastando el frontal de su monoplaza.
Ronnie Peterson corría con el viejo Lotus 78 y no con la versión 79 por la cantidad de problemas mecánicos que sufrió aquél fin de semana. Eso pudo ser parte de la causa de que se viese inmerso en el caos posterior.
Por detrás, Vittorio Brambilla venía lanzado y no pudo evitar el coche de Peterson, impactando duramente contra él y provocando un estallido del combustible y un furioso incendio. Tras el golpe, James Hunt fue capaz de sacar del coche el cuerpo de Ronnie Peterson, vivo pero con múltiples traumatismos en las piernas y quemaduras de diversa consideración.
La carrera se detuvo, mientras las asistencias no podían acercarse al piloto sueco por el cordón policial, que trataba de evitar que el público se amontonase alrededor de Peterson. El cirujano jefe de la F1 estaba entre esas personas que no pudieron acercarse al herido. Casi 20 minutos después, la ambulancia se llevó a Ronnie Peterson al hospital, donde le intervinieron durante horas por las 27 fracturas en sus extremidades inferiores, llegando a amputarle el pie izquierdo. Terminó la noche con Peterson estabilizado en la habitación del hospital.
Al día siguiente Peterson falleció. La causa de la muerte fue una embolia producida por las fracturas. Esto no hubiese sucedido de habérsele podido atender in situ, pero es algo que se aprendió a partir del desgraciado incidente.
A raíz del Gran Premio de Italia de 1978 se aprendieron valiosas lecciones en cuanto a la organización de un GP y la accesibilidad de las asistencias médicas a la pista. Lamentablemente, la realidad es que esos graves errores (la salida anticipada, la torpeza de las fuerzas de seguridad, la tardía asistencia médica) acabaron con la carrera y la vida de un piloto brillante, en su mejor momento deportivo y personal, y añadieron otro crespón negro a la larga lista de fallecidos que posee la F1.
Más información | El año automóvil 1978/79 (edición impresa), Retrorace En Motorpasión F1 | "Ronnie Peterson, el sueco volador, se fue ya hace 30 años":http://www.motorpasionf1.com/pilotos/ronnie-peterson-el-sueco-volador-se-fue-hace-ya-30-anos