El manual decía que se tardaban 3 horas en cambiar el motor de un Ford Escort. Cinco marines lo hicieron en 42 segundos, y el récord sigue vivo desde 1985

Igual que en cualquier profesión, en la mecánica hay muchos chapuzas, pero también hay muchos artistas, como demuestran habitualmente los mecánicos de competición, sobre todo, cuando les toca reconstruir un coche en tiempo récord después de un accidente.

Pero no hace falta irse a la mecánica de competición para encontrar magos de la mecánica. En el ejército también hay gente muy competente, y no es algo nuevo. Hace casi 40 años, un grupo de Marines de Reino Unido lo demostró cambiando el motor de un Ford Escort en un tiempo récord de 42 segundos. Nadie les ha superado todavía.

Un viejo vídeo de menos de un minuto que es puro espectáculo

El mundo de los récords es curioso porque la mayoría son absurdos, pero eso no les resta espectacularidad cuando la tienen. Es el caso de un récord de 1985 que todavía sigue vigente: el cambio de motor más rápido del mundo. Lo lograron unos Marines británicos y, para conseguirlo, utilizaron un Ford Escort.

No se me ocurre ningún contexto en el que sea útil o necesario cambiar un motor en menos de un minuto, al menos en un coche de calle, pero, las cosas como son, ver cómo trabajan en vídeo es hipnótico. El medio MotorBiscuit ha rescatado ese documento gráfico del YouTube más primigenio (el vídeo se subió hace 15 años) y merece la pena ver cada segundo. Es un espectáculo.

El récord formó parte de un programa de televisión británico y los Marines tuvieron que seguir unas reglas para conseguirlo. Debían llegar montados en el coche y conduciéndolo, parar en un punto concreto, apagar el motor y volverlo a encender para demostrar que la mecánica funcionaba.

Al apagar el motor por segunda vez se ponía en marcha el cronómetro. En ese momento, los Marines empezaban un “baile” perfectamente sincronizado, sacaban el bloque, lo volvían a meter y debían arrancar el coche para desplazarse 10 metros hasta la línea de meta; cuando las ruedas traseras cruzaban la línea de meta, el cronómetro se detenía.

Solo necesitaron 42 segundos y unos cuantos gritos para hacer todo eso. El manual de taller de Ford indicaba que hacían falta 3,1 horas para llevar a cabo esa operación, por supuesto, en un taller y con más medios de los que tenían los Marines, como un puente-grúa para sujetar el motor, en lugar de cargárselo a los hombros.

Bien es verdad que cuando el Escort arranca y se desplaza hacia la línea de meta no suena muy bien y da la impresión de que tampoco se mueve todo lo bien que debería, al fin y al cabo, es imposible apretar todos los tornillos con el par de apriete correspondiente en menos de un minuto.

Tampoco sacan líquidos y ponen otros nuevos, pero es más un espectáculo que otra cosa y casi cuatro décadas después nadie les puede quitar el mérito de su trabajo y lo bien coordinados que estaban. Es probable que el récord siga en sus manos mucho tiempo.

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