El término “sleeper” se utiliza para definir un coche de aspecto tan discreto que, aparentemente, da la sensación de no tener nada especial y de no correr, pero realmente es rapidísimo. Dicho de otra forma, un “sleeper” es un lobo con piel de cordero.
A Skoda le gusta el concepto y ha decidido hacer su propio “sleeper” para celebrar el final de la producción de la tercera generación del Škoda Superb. El resultado es el Škoda Superb Combi Sleeper Edition, un coche único para disfrutar de Nürburgring con toda la familia.
El “sleeper” definitivo: discreto por fuera y por dentro, pero no es lo que parece
Entre los aficionados al motor, el concepto de “sleeper” está cada vez más de moda. Son coches que parecen “de señor mayor” porque tienen un diseño lo más sobrio posible, pero que esconden un verdadero deportivo bajo esa apariencia inofensiva. Se podría decir que un “sleeper” es lo contrario a las típicas unidades de Audi, BMW y Mercedes-Benz que llevan el paquete estético deportivo, pero tienen el motor menos potente de la gama.
Un coche con carrocería familiar siempre es una buena base para hacer un “sleeper”. Por ejemplo, el Škoda Superb Combi, y si es con el elegante acabado Laurin&Klement, todavía mejor. Si ves un Audi RS 6 Avant, sabes que corre mucho porque aparenta ser un coche muy gordo, en cambio, un Škoda Superb Combi no da esa sensación, pero, ¿qué pasa cuando se modifica?
Es lo que ha hecho Škoda UK (la división británica de la marca checa) para celebrar el final de la producción de la tercera generación del Škoda Superb. Algún responsable de la firma pensó que podía estar bien hacer el “sleeper” definitivo, aprovechando que el Superb es tan buena pase para un proyecto de este tipo. De esa forma ha nacido el Škoda Superb Combi Sleeper Edition.
Se trata de un one-off, es decir, un coche del que solo existirá una unidad, aunque seguro que se habría vendido como churros si se hubiera convertido en una edición especial de producción.
A la vista de cualquiera es un Škoda Superb Combi más, pero, en realidad, este familiar tiene un chasis modificado para mejorar su comportamiento dinámico y un motor de cuatro cilindros que desarrolla 477 CV y un par máximo de 661 Nm.
La base de este proyecto es un Škoda Superb Combi Laurin&Klement con motor 2.0 TSI de 280 CV, cambio DSG y tracción total. De serie ya puede considerarse todo un sleeper, pero ahora es capaz de plantar cara a verdaderos deportivos.
Škoda ha confiado en RE Performance, el mismo especialista que hizo el Skoda Octavia que alcanzó los 325 km/h en Bonneville en el año 2011. Para potenciar el motor han utilizado un turbo más grande, un sistema de inyección mejorado, han revisado la admisión de aire y han instalado un nuevo intercooler.
En lo que respecta al chasis, han rebajado la altura del coche en 50 mm a través de una nueva suspensión de competición y han cambiado los frenos de serie por unos de alto rendimiento firmados por AP Racing que incluyen discos más grandes y pinzas más potentes. Los neumáticos de serie también se han cambiado por unos Yokohama Advan A052. La altura más baja del coche y estos frenos son las únicas pistas de que este Superb es especial.
El color exterior es el Royal Green que estrenó Škoda UK en 2023 para celebrar la coronación del rey Carlos III. Por dentro, lleva cuero de color coñac, asientos con función masaje, sistema de sonido CANTON, volante calefactado, Wi-Fi y el clásico paraguas de Škoda en la puerta del conductor. Todo es de serie y, por supuesto, el enorme maletero del Superb familiar se mantiene intacto, por lo que sigue ofreciendo 660 litros de capacidad.