Tras el parón de la pandemia, Skoda ha recuperado una de sus buenas costumbres: dejar que sus aprendices le den una nueva perspectiva a uno de sus modelos. En esta ocasión le ha tocado al Kamiq, su conocido SUV urbanita.
Y la transformación difícilmente podría haber sido más radical. Eso sí, radical pero igualmente fiel a las tradiciones esenciales de la marca checa. Porque gracias a estos estudiantes en prácticas el Kamiq se convierte en el 'Afriq', un cruce entre un todocamino y un prototipo digno del Dakar.
En el proyecto han participado 25 estudiantes de la escuela de formación profesional que Skoda posee en su sede de Mladá Boleslav. Su construcción comenzó en 2020 y, a causa de la pandemia, se alargó hasta enero de este año. En total, los aprendices han invertido 2.000 horas de trabajo.
Completamente listo para correr
Tradicionalmente la Skoda Academy propone estos proyectos como un trabajo de fin de curso, mediante el cual se busca que los alumnos den rienda suelta a su creatividad. Con el Afriq la actual promoción no se lo pensó dos veces, y echó mano del pedigrí que la marca ostenta con orgullo en los rallys.
Así las diferencias con el Kamiq empiezan por la misma carrocería, soldando las puertas posteriores y sobredimensionando las aletas al estilo del actual Fabia Rally2. La toma de aire del techo, el alerón, la parrilla de faros o las ventanillas de policarbonato completan el look de un prototipo listo para sembrar el pánico en los tramos.
La mecánica cambia por completo pasando a montar la planta motriz del Octavia Scout, incluyendo su motor 2.0 TSI de cuatro cilindros con 190 CV y su sistema de tracción integral. La transmisión también procede de este modelo, siendo la automática DSG de siete relaciones.
Para encajar todo esto en el chasis del Kamiq, los estudiantes se vieron obligados a ampliar algunas de sus cotas originales como la anchura (que aumenta hasta los 1,8 m) o la distancia entre ejes, que se queda en 2,6 m. Sin embargo, aun a pesar de este complicado puzzle, la marca asegura que el prototipo sigue siendo 100 kg más ligero que el modelo de serie.
Buena parte de ese aligerado se aprecia en el interior del Afriq, donde todo parece preparado para comenzar un rally en cualquier momento. La omnipresente jaula de seguridad, el salpicadero, el panel de instrumentos (procedentes también del Fabia Rally2 Evo), los backets e incluso un dispositivo GPS que aguarda al copiloto.
Tan sólo se echan en falta dos elementos, en concreto las palancas que tradicionalmente se colocan cerca del piloto para permitirle accionar el cambio secuencial y el freno de mano. Aquí hay que conformarse con el mando original de la DSG del Octavia, que es menos 'racing' pero permite que el prototipo sea funcional.
Como última curiosidad, el Skoda Afriq equipa en la parte posterior (junto a la rueda de recambio) un mecanismo que obtiene agua a partir de la condensación del aire que rodea al coche. Está fabricado por la compañía israelí Watergen y emplea un conjunto de filtros que mineralizan el agua antes de llevarla hasta el vaso colocado junto al asiento derecho.