Tesla tiene una larga batalla por delante en el mayor mercado automotriz del mundo. China ha sentenciado los motores de combustión: el viceministro de Industria, Xin Guobin, hablabla de "tiempos turbulentos" para los fabricantes, que se verán obligados a adaptarse a un nuevo escenario en el que los coches tradicionales no tendrán cabida. Y aquí es donde Tesla juega un importante papel.
Desde hace meses quiere desembarcar en el país asiático con una nueva Gigafactoría y también desde hace meses duran las negociaciones con Shanghái. Elon Musk quiere ser propietario de la fábrica por completo y el gobierno central insta a que sea una empresa conjunta con socios locales. Mientras tanto, un 25 % de impuestos encarece los modelos Tesla.
Un plan amenazado por fuertes impuestos
Sabemos que Tesla no solo fabrica coches diferentes; también los vende de forma diferente. A su manera, básicamente. Actualmente libra una dura batalla en varios estados de Estados Unidos para vender directamente sus vehículos eléctricos, sin pasar por distribuidores franquiciados. Y en China tampoco quiere socios.
Uno de los escollos que enfrenta la compañía norteamericana es la obligación que tienen en China los fabricantes de automóviles de asociarse con empresas locales para poder fabricar. Y Tesla quiere ser la única propietaria de la Gigafactoría en un país que necesita desesperadamente reducir sus niveles de contaminación.
Tal y como informa la agencia Bloomberg, las negociaciones, aunque fluidas, aún se alargarán en el tiempo. Mientras no pueda fabricar en China, Tesla, que cuenta con 31 tiendas en el país, seguirá vendiendo sus automóviles con un impuesto de importación de 25 %.
Tesla vendió en 2017 en el país asiático 14.883 vehículos, lo que representa el 3 % de las ventas de eléctricos, que totalizaron 449.431 unidades. La compañía de Palo Alto ocupa el décimo lugar detrás de BAIC (Beijing Electric Vehicle), que vendió 102.341 automóviles, según Bloomberg Intelligence. BYD por su parte vendió 33.020 unidades.
Por su parte, la administración del presidente Xi Jinping quiere reducir la dependencia del petróleo importado y limpiar el aire, y está repartiendo miles de millones de dólares en subsidios para alejar a los consumidores de los motores de combustión. Para 2025, un quinto de las ventas de automóviles serán de coches eléctricos y plug-in híbridos.
Tesla necesita cerrar ese trato con el gobierno central chino si quiere seguir siendo competitivo.