Por qué no creo que Tesla vaya a cambiar el mundo del motor

El anuncio y presentación del Tesla Model 3 ha sido toda una revolución en el mundo automovilístico. Parece que es el golpe sobre la mesa que necesitaba el sector de los coches eléctricos para entrar a funcionar a pleno pulmón, pero no veo tan fácil que el sueño de Elon Musk sea tan sencillo.

Que este nuevo eléctrico popular llegue a buen puerto y sea un punto de inflexión en el mercado es una larga y empinada escalera. Cada escalón es algo más que un rival existente en el mercado, son barreras de entrada al sólido proyecto de Tesla que vienen desde todos los flancos. Musk ya está entrenando pierna en el gimnasio, pero aunque en EEUU está arrasando, ¿va a estar suficientemente fuerte?

Tesla no gusta a todo el mundo

Uno de los mayores retos de Tesla está en cambiar el modelo energético por uno más sostenible

El primero de los peldaños es un tema que hemos hablado largo y tendido ya, tanto en público como en privado, y es que lo que el petróleo es lo que manda. Aunque escasee, sigue siendo la energía que mueve el mundo y hay muchos intereses detrás que quieren que eso siga siendo así mientras haya petróleo que succionar de las entrañas de la tierra.

Los vehículos propulsados con energías limpias o alternativas son el futuro, eso nadie lo discute, por la sencilla razón de que el petróleo es un recurso limitado. Los intentos de lanzar automóviles que se propulsen gracias a electricidad, hidrógeno o aire comprimido están ahí, pero son bastante tibios.

Las grandes marcas están empezando a confiar ahora en incluir en sus catálogos algunos modelos eléctricos más allá de los híbridos, que son el recurso fácil. Los híbridos son un punto intermedio entre el petróleo y la electricidad, y aunque son necesarios siguen teniendo fecha de caducidad.

Los movimientos hacia productos 100% eléctricos son tímidos y sólo buscan complementar sus gamas para satisfacer el hambre ecologista de una parte del público. Las marcas no confían en que su clientela pueda entender productos eléctricos y los clientes no confían en los eléctricos porque no ven implicación de las marcas o por puro desconocimiento.

Los beneficios están en los motores de combustión interna: para los fabricantes de coches, para las petroleras, para los gobiernos que se llevan una buena tajada de impuestos...

Elon Musk puede que sea un visionario, el multimillonario con un sueño de hacer un mundo mejor ofreciendo el eléctrico del pueblo que cambie el panorama. Pero tiene que convencer no sólo a los clientes (que parecen estar por la labor) sino también a los gobiernos, a los cientos de miles de implicados en el negocio del petróleo, a los accionistas de estas empresas y, de paso, a los fabricantes que no ofrecen prácticamente nada comparable a lo que es hoy Tesla.

Abastecimiento

Otro escalón que hay que salvar serán los puntos de recarga. Ahora es fácil, sólo tienes que llegar con tu coche a una de las miles de gasolineras y enchufar el grifo, pero si tienes un eléctrico la cosa cambia. Tesla vuelve a hacer el Juan Palomo, está echando un cable con su proyecto de supercargadores que en España lleva tres instalados (Girona, Tarragona y Valencia, Paterna).

El proyecto de supercargadores de Tesla pretendía en 2016 tener cubierta toda Europa con sus puntos de recarga propios, pero en España de momento sólo hay tres. Por acotar a nuestro entorno, sólo tenemos en territorio peninsular 1.449 puntos de recarga públicos. Pueden parecer muchos, pero dependiendo de dónde vivas puedes tener el más cercano a decenas de kilómetros.

Con unos vehículos eléctricos que hoy por hoy tienen una autonomía bastante limitada, la versión básica del Model 3 cuenta con unos teóricos casi 350 kilómetros de autonomía. Es un rango razonable, pero si necesitas cargar fuera de casa y no te queda a mano ningún punto de recarga condicionas tus desplazamientos a poder repostar las baterías.

Las gasolineras tendrán que adaptarse a los coches eléctricos, no pueden quedarse inertes viendo cómo cambia el negocio

Es sólo cuestión de tiempo que los enchufes para coches inunden casi todos los rincones, hasta se terminarán instalando puntos de recarga en las estaciones de servicio (en Japón ya hay más puntos de recarga que gasolineras). Las recargas en gasolinera puede que tengan un precio superior. Sus instalaciones eléctricas deberán ser más rápidas para poder repostar de una manera similar a la actual, o al menos no dejando demasiado tiempo el vehículo allí parado. Estos servicios tienen su coste y se podría reflejar en el precio, pero sin duda serán otro de los sectores que tendrá que adaptarse al futuro de la automoción eléctrica.

Del mismo modo que los coches eléctricos son el futuro, también lo son las energías renovables. Si el panorama de la producción de electricidad no cambia y los vehículos cambian sus depósitos por baterías de forma generalizada el resultado será que las emisiones que nos ahorremos de los coches se emitan produciendo la electricidad en origen.

Los gobiernos son una parte implicada en la electrificacicón de los vehículos y la industria de las compañías eléctricas también. Dos partes que hasta ahora han sido muy amigas y a las que hay que presentar un cambio de modelo energético muy bien pensado para que en un futuro el precio de la electricidad no se dispare.

La capacidad de producción de Tesla y la reserva reembolsable

El proyecto Tesla tenía previsiones de alcanzar las 500.000 unidades para el año 2020, pero esas cifras se han tenido que recortar porque la inversión necesaria para alcanzar el medio millón de coches al año es ingente. Los alucinantes números del lanzamiento del Model 3 no ha sido más que una captación de capital.

Propongo un coche que siga dentro de mi línea de negocio, accesible para el público general, con una gran autonomía y un precio "barato". Sólo pido una reserva de unos 1.000 dólares que más o menos tiene todo el mundo y me hago con una inyección instantánea de billetes.

Han sido 276.000 reservas en dos días desde la presentación del Model 3, o lo que es lo mismo, 276.000.000 de dólares. Ese dinero se tiene que destinar ahora a que su última creación sea una realidad. Tienen que ser capaces de aumentar su capacidad de producción mediante la inversión del dinero de las reservas, y hacer su Model 3 tan atractivo que la gente no se eche atrás mientras salen de fábrica las primeras unidades.

Si has puesto 1.000 euros de reserva par aun Model 3, resulta que puedes recuperarlos íntegros si cambias de opinión

Aunque 276.000 personas han reservado su futuro Tesla Model 3 sin ni siquiera haberlo visto en persona (la mayoría) más allá de lo que han podido escudriñar por internet, lo cierto es que hay miles de personas que se están comprando un coche a ciegas. Es como comprarse ropa sin probártela. No sabes si te gusta o si te queda bien. Pero bueno, eso es lo de menos en cierto modo, lo que me preocupa más es lo siguiente.

En contra de lo que cualquiera podría pensar en un principio, el proceso de reserva y compra del Tesla Model 3 guarda una peculiaridad. Lo lógico es pensar que cuando reservas tu eléctrico fardón y aflojas los 1.000 dólares que cuesta la reserva ya estás pillado. O sigues adelante y pagas el resto de los 35.000 euros (aproximadamente) del coche o te echas atrás y pierdes la reserva.

¡Pues no! Según el documento de reserva del Model 3, si te echas atrás antes de que se pongan en contacto contigo para formalizar el proceso de compra te devuelven íntegramente tu señal.

¿Y qué supone que te devuelvan la señal si al final no quieres el coche que has reservado sin ver en persona? Pues que el flamante número de 276.000 reservas que se han hecho del Tesla Model 3 en sólo 48 horas se puede quedar en un bonito castillo construido en el aire. Este puede ser el paso que haga tambalearse al modelo de Tesla.

Total, si me sobran 1.000 dólares voy a reservar este coche que ha levantado tanta expectación, si luego puedo verlo en persona, o no me gusta, o no me convencen sus datos, o cualquier cosa, pido que me los devuelvan y listo. Podría tener hasta 2020 para decidirme.

De momento creo que el movimiento de Tesla es aventurado, está ofreciendo un producto intangible que puede irse materializando, o no, en cuestión de unos tres años. Elon Musk confía en que en ese plazo el mundo del automóvil dé un giro gracias al puñetazo sobre la mesa que es el anuncio de su Model 3, pero si las cosas no se ponen de cara y tienen que empezar a devolver señales puede el proyecto tenga un traspiés y se convierta en un gran bluf que ruede escaleras abajo.

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