En el festival estadounidense South by Southwest (celebrado en Austin, Texas) tienen cabida el mundo empresarial, el musical, el tecnológico y el cinematográfico. Se trata de un programa tan heterogéneo que hasta los miedos y anhelos de Elon Musk han tenido su momento de gloria.
El CEO de Tesla, SpaceX y de The Boring Company, entre otros, reveló que los retrasos en la producción del Model 3 y los peligros que presenta la Inteligencia Artificial (IA) son dos de los factores que más le estresan. Musk también predijo que el Autopilot 2.0 de Tesla será "al menos de un 100 % a un 200 %" más seguro que los conductores humanos dentro de dos años.
Tercera Guerra Mundial, armas nucleares... Musk firma un discurso a caballo entre lo filosófico y lo apocalíptico
Antes de entrar en uno de los mayores temores de Musk (la IA), merece la pena que nos detengamos en las novedades acerca de la producción del Model 3. "Estamos haciendo un buen progreso, pero es una gran cantidad de trabajo", dijo Musk.
Tesla ha visto multiplicados los pedidos del Model 3, y ahora trata de gestionar cerca de 400.000 con un ritmo de producción insuficiente para cubrir una demanda desbocada. El fabricante de automóviles eléctricos dijo originalmente que fabricaría 20.000 Model 3 por mes para diciembre de 2017, pero la compañía entregó 1.550 en todo el cuarto trimestre de 2017.
Para el primer trimestre de 2018, también ha reducido a la mitad los objetivos de producción.
Preocupación número 2: la IA. El CEO afirmó que está muy cerca de estar a la vanguardia de la IA, hecho que parece asustarle bastante: "Es capaz de mucho más de lo que cualquiera se pueda imaginar". "Creo que el peligro de la IA es mucho mayor que el de las armas nucleares". Y lo repitió dos veces, mirando al público.
Musk citó el AlphaGo de Google, un software impulsado por IA que puede jugar al antiguo juego de tablero chino Go, como evidencia de la vertiginosa evolución de la máquina. A principios de 2017, AlphaGo consiguió una victoria decisiva sobre el jugador número uno del mundo en el juego de estrategia más exigente del mundo.
Durante su ponencia, Musk también predijo que los avances en IA permitirán que los vehículos dominen "todos los modos de conducción" para finales de 2019. De hecho, el Autopilot 2.0 de Tesla dejará, en 2020, a los conductores obsoletos.
"Realmente no soy un defensor de la regulación y la supervisión, pero este es un caso en el que se corre un grave peligro para el público. Es necesario que haya un organismo público que cuente con información y supervisión para confirmar que se está desarrollando la inteligencia artificial de forma segura", ha dicho.
Acerca de sus planes de hacer del ser humano una especie interplanetaria, Musk reveló que para la primera mitad de 2019 estarán preparados para hacer pequeños viajes a Marte. El Big Fucking Rocket costará menos que el Falcon 1 gracias a una reducción "dramática de costes", lo que contribuirá a la creación de una base permanente en la Luna y una ciudad en Marte.
De hecho, Musk se pregunta por qué no hemos conseguido aún abrir hoteles en la Luna. A partir de aquí, el discurso se vuelve aún más de ciencia ficción pero el público no se inmuta. Aguardan a que pronuncie la siguiente frase, a que Musk exprese sus preocupaciones sin pestañear.
La posibilidad de entrar en una era oscura, "particularmente si hay una Tercera Guerra Mundial", pone de manifiesto la necesidad de que la humanidad pueda resurgir a partir de su esencia, de una semilla que le permita sobrevivir.
Así, en una ponencia de media hora, dio tiempo a hablar sobre el renacer de la humanidad ante un previsible final provocado por la predominancia de las máquinas sobre el hombre, sobre la carrera interplanetaria del ser humano para terminar, micro en mano y sombrero texano en cabeza, cantando 'My little buttercup'. Fuera del escenario se practicó un culto a la personalidad. Una persona que puede hablar de la Tercera Guerra Mundial y de hoteles en la Luna sin mover un solo músculo de su cara y sin despertar una sola reacción del público más que la pura expectación.