El servicio postventa de Tesla no presume precisamente de ser amable: no pocos propietarios se han quejado de que la marca, como primera respuesta, señale que una reparación no está cubierta por la garantía cuando un daño o problema no tiene como causa un accidente o negligencia del dueño.
Es precisamente lo que le pasó al de un Tesla Model 3 nuevo, con apenas días: su parabrisas se agrietó sin que hubiera tenido impacto alguno y lo primero que le dijeron es que tenía que pagar 1.700 dólares por uno nuevo. Decidió reclamar, y tras insistir, la marca cedió y le cubrió el arreglo admitiendo que sí lo cubría la garantía. Pero tuvo que pelearlo bastante.
"Si no hubiera leído que había una diferencia entre las fracturas por impacto y por estrés, habría tenido que pagarlo"
Según detalla, su Tesla Model 3 tenía solo seis días y apenas había recorrido 320 km a sus mandos. Se fue a trabajar y, como siempre, lo dejó aparcado en un estacionamiento al aire libre. Al salir del trabajo, y estando el día soleado con amables temperaturas (15ºC), se encontró con una grieta de más de 40 cm en el parabrisas. Se extendía desde el borde hacia arriba, como se puede ver en la foto que publica.
Lo primero que hizo fue revisar lo registrado por las cámaras del modo centinela del Model 3: nada había ocurrido para que tuviera semejante grieta. Tampoco había notado ningún impacto de una china o similar durante el trayecto.
Viviendo cerca de un centro de servicio postventa de Tesla, consiguió rápidamente una cita. Desde la aplicación, lo que le trasladaron es que los parabrisas no estaban cubiertos por la garantía y que debía reclamarlo al seguro. El problema es que su póliza tampoco incluía las lunas, así que tendría que asumir la factura. Y era bastante elevada: 1.700 dólares por sustituirle toda la luna delantera fue el presupuesto que le adelantaron.
No estando dispuesto a asumir una reparación cuando la causa no había sido por daño (accidental o de terceros), reclamó. Lo primero que exigió es que le confirmaran qué había producido la grieta: si un impacto o era una rotura por estrés. Lo hizo gracias a otra publicación que leyó en Reddit y que señalaba esta posible causa, que sí estaba cubierta por la garantía.
Tras revisarlo en el taller, los operarios admitieron que era por lo segundo. "Después de revisar el coche nuevamente, dijeron que se debía a una fractura por estrés, y solo en ese momento la persona que estaba al teléfono dijo que el parabrisas se podía reparar bajo la garantía". Para que quedara constancia, también solicitó que se lo confirmaran por escrito a través del chat de la aplicación.
Al final el resultado fue que no tuvo que pagar la reparación de 1.700 dólares. Pero para no hacerlo tuvo que insistir, reclamar y, sobre todo, investigar por su cuenta el motivo. Por lo que parece, las fracturas por estrés de las lunas de los Tesla no son algo aislado.
Y es que otro usuario tuvo el mismo problema, según indica en un comentario del hilo: su luna delantera sufrió una fractura por estrés porque al soporte de la luna le faltaba una soldadura. En su caso la propia marca lo admitió sin tener que reclamarlo. Lo que significa, como es habitual, que todo depende de con qué operario o responsable se de en ese momento.
A Tesla le cuesta admitir arreglos en garantía. Que Tesla se haga la remolona para aplicar la garantía es algo bastante habitual. Lo que es especialmente flagrante teniendo en cuenta que solo permite reparaciones en centros oficiales. Uno de los casos más llamativos fue el de un dueño de un Tesla Model Y: había estrenado su SUV eléctrico hacía pocos días cuando se le descolgó el volante de la columna de la dirección en plena marcha en la autovía.
Tesla lo primero que hizo fue pasarle una factura de más de 100 dólares por el arreglo, no asumiendo responsabilidad alguna e indicando que no era un defecto de fabricación. Pero tras poner el grito en el cielo y publicar su caso en redes sociales, el fabricante reculó y admitió el arreglo con garantía. Un mes después, todos los Model Y vendidos hasta le fecha fueron llamados a revisión por este posible defecto: les faltaba el perno de retención que une el volante con la columna de dirección, lo que podía provocar que se desprendiese.
Con la Cybertruck también se han registrado varios casos. En una unidad, el motor eléctrico perdía aceite y le trasladaron al dueño que tendría que pagar 7.000 euros por uno nuevo. En su caso no se podía aplicar la garantía, ya que debió a un impacto de una pequeña piedra que rebotó en el cárter, pero se quejó de que un pequeño golpe pudiera ocasionar tal destrozo en la mecánica de un coche que no es precisamente barato. Quedó a expensas de que el seguro le cubriera la reparación.
Y otro dueño de la pick-up eléctrica se quedó tirado según lo sacó del concesionario: "En 60 km se convirtió en Cyberbasura", comentó en el foro de propietarios de la Cybertruck. La mecánica eléctrica había tenido una fuga del refrigerante.
Desde el servicio técnico lo primero que le señalaron fue que las fugas de refrigerante no estaban cubiertas por la garantía: pretendían cobrarle el arreglo e incluso el traslado en grúa. Tras ponerse serio, Tesla cedió, asumió el traslado al taller y la reparación. En definitiva, tuvo que montar en cólera para que Tesla asumiera el arreglo de una Cybertruck recién estrenada.
