Las desventuras de Elon Musk en Twitter están pasando factura tanto a Twitter como a Tesla. Hasta el punto que, entre un valor de las acciones de Tesla que ha caído un 55% este año, y el circo mediático que se está montando con sus actuaciones en Twitter, algunos accionistas importantes de Tesla están pidiendo su destitución como CEO de Tesla.
Esta semana Elon Musk vendió más de 19 millones de acciones de Tesla por valor de casi 3.600 millones de dólares. La última venta de acciones de Tesla por parte de Elon Musk eleva a más de 22.900 millones de acciones por valor de 20.000 millones de dólares sus ventas totales en acciones del fabricante de automóviles que dirige desde que compró Twitter, en abril pasado, por la módica cifra de 44.000 millones de dólares.
La compra de Twitter por parte de Elon Musk cada día se parece más a la de un niño que quiere moldear un juguete a su antojo, sin los resultados esperados y prometidos.
El interés de Musk hacia Twitter, una red social en la que siempre fue muy activo y que lleva años usando como su departamento de prensa, era, según él, para proteger el derecho a expresión y que fuese una plaza pública de debate libre de censura.
Mermando la libertad de expresión y asustando al accionista de Tesla
Tras despedir a la mitad de la plantilla de Twitter por email, devolver la cuenta a Donald Trump, suspender la famosa cuenta @ElonJet que sigue los movimientos de su jet privado (una información pública), este jueves suspendió las cuentas de varios periodistas de CNN, de Mashable, del New York Times y del Washington Post, todos críticos con sus actuaciones.
Musk se defiende de haberlo hecho por desvelar en tiempo real su localización y la de su familia. En todo caso, queda claro que lo de defender la libertad de expresión se lo deja para otros.
Todo ese ajetreo en Twitter ha llevado a numerosas empresas, como General Motors, a suspender sus anuncios publicitarios en la plataforma. De hecho, Twitter no está alcanzando sus objetivos publicitarios (en Estados Unidos, los ingresos por publicidad están un 80% por debajo del objetivo). Y la venta de publicidad, recordemos, es el modelo de negocio de Twitter.
Además, está perdiendo usuarios, lo que lleva a pensar a los analistas que la difícil situación económica de Twitter podría seguir así durante al menos dos años.
La historia entre Elon Musk y Twitter ya era un dolor de cabeza para Tesla antes de que Musk comprase la red social. Ahora, la situación va a peor.
Así, algunos analistas y accionistas empiezan a preocuparse por la salud bursátil de Tesla. Consideran que Elon Musk está usando la venta de sus acciones para financiar el pozo económico que representa Twitter.
Por ejemplo, KoGuan Leo, el tercer mayor accionista de Tesla, considera que "Elon abandonó Tesla y Tesla no tiene un CEO que trabaje. Tesla necesita y merece tener un CEO que trabaje a tiempo completo".
En todo caso, de momento, el problema más grave que puede ver un accionista como KoGuan Leo es que la capitalización bursátil de Tesla ha bajado de 1,2 billones de dólares en 2021 a 495.000 millones de dólares estos días.
De momento, Elon Musk sigue siendo el principal accionista de Tesla y su imagen va estrechamente ligada a la de Tesla, como lo era la de Steve Jobs con Apple. Pero al igual que la desaparición de Steve Jobs no supuso el fin de Apple, que Musk deje la dirección de Tesla tampoco sería un drama para la marca de coches eléctricos.