En el sótano de las bravuconadas de Elon Musk siempre hay espacio para un piso más abajo. Muchas se han escuchado en las juntas de accionistas de Tesla y la última no ha sido una excepción: Musk ha asegurado que en un futuro no muy lejano Tesla valdrá más de la cuarta parte que el PIB mundial actual.
La receta para conseguirlo no serán los coches eléctricos de la marca californiana, sino el nuevo enfoque de Tesla que lleva cacareando desde esta primavera: robots humanoides y robotaxis.
Miles de millones querrán el androide de Tesla en casa, palabra de Musk
En 2020, Musk señaló ante sus accionistas que Tesla iba a llegar a 2030 vendiendo 20 millones de coches al año. Mucho antes, aseguró que en 2017 sus coches conducirían solos. En ambos casos, la realidad le ha puesto en su sitio: en 2023 firmó su mejor año con 1,84 millones de coches entregados, estando a años luz de ese objetivo, y su Autopilot FSD dista mucho de ser completamente autónomo.
El propio robot Optimus, un androide que mostró hace ya tres años, es buen ejemplo: Musk aseguró que "con suerte" se lanzaría en 2023, pero seguimos esperando. Pese a ello, Musk no se sonroja al presumir ante sus inversores que será la nueva gallina de huevos de oro de Tesla.
En la junta celebrada la semana pasada, en la que para su enorme beneplácito se aprobó su compensación de nada menos que de 56.000 millones de dólares, dio su última campanada: Tesla podrá llegar a valer 32 billones de dólares. Por poner esta cifra en contexto, es un valor 10 veces superior al de Microsoft (3,29 billones de dólares) o Apple (3,26 billones de dólares).
Hasta 25 billones de dólares gracias a un androide que aún no se vende. El mayor culpable de semejante capitalización será Optimus, el androide en el que lleva años trabajando Tesla y que de momento ni ha sacado a producción ni lo comercializa. Pese a ello, Musk augura que miles de millones de consumidores querrán este futurista asistente.
Musk hace la cuenta sobre un precio de 20.000 dólares por cada robot, siendo los beneficios de 10.000 dólares por unidad, y vendiendo 100 millones anuales, podría ingresar un billón de dólares de beneficios al año. Y así sale la mágica cifra de entre 20 y 25 billones de dólares para el valor futuro de Tesla.
En la misma junta dio nueva fecha al Tesla Optimus: se lanzará a finales de 2025 en una producción limitada y no destinada al mercado. Y es que cerca de 1.000 robots comenzarán como operarios en las plantas de Tesla.
A su no Terminator se une el otro negocio estrella de la nueva estrategia de Tesla: los robotaxis. El sudafricano ha asegurado que generará 5 billones de dólares. En primavera, tras en teoría desechar su coche eléctrico barato por no poder hacer frente a la competencia China, Musk señaló que Tesla se centrará en su flota de vehículos autónomos, un negocio que será "como una combinación de Airbnb y Uber".
Será en agosto cuando presente su primer robotaxi, aunque de momento sólo ha presentado una app que va más enfocada a vehículos compartidos y no se menciona nada de que sean autónomos. Y es que hasta donde sabemos el sistema de Tesla no ha pasado de nivel SAE 2: una tecnología de conducción semiautónoma que sigue obligando a llevar las manos en el volante. Mercedes o Ford ya le han adelantado en este aspecto.
Si no te gusta la realidad, tengo otra. Semejante teorías se basan en un informe de Cathie Wood’s ARK Invest Management que augura tasas de crecimiento de hasta 3.100 dólares por acción en 2029.
De momento estas afirmaciones no han tenido un efecto positivo: las acciones de Tesla cayeron un 2 % tras la conferencia. En general desde diciembre han ido a la baja, con una reducción cercana al 30 %, y ahora se sitúan en cerca de 185 dólares. Actualmente, el valor global de Tesla se sitúa en unos 560.000 millones de dólares.
De hecho con la fluctuación del valor de las acciones también lo ha hecho su millonaria compensación, que depende de éstas: en un primer momento se habló de 56.000 millones, pero se ha quedado ahora en poco menos de 50.000 millones de dólares (unos 46.566 millones de euros al cambio actual).
Este 2024 no está siendo un buen año para Tesla y no apunta a mejorar tras años de firmar récords de ventas: la firma ha hecho tope debido a la menor demanda de coches eléctricos, especialmente en su mercado nacional, y a la irrupción de la competencia china. De momento sus entregas han bajado un 8,5 % en el primer trimestre y sus beneficios se han reducido un 55 %.
La situación ha llevado a Tesla a apretarse el cinturón, lo que ha materializado en el despido del 10 % de su plantilla global: unos 14.000 empleados. Musk llegó hasta a echar a todo el departamento de Supercargadores, uno de sus negocios más rentables, aunque poco después tuvo que recular.
Pese a esta tesitura, se ha permitido el lujo afirmar semejante objetivo tan irreal como surrealista. Aunque también es cierto que Musk ha conseguido hitos como demostrar la viabilidad del coche eléctrico, gracias a su tecnología y a su red de carga, además de convertirlo en un lucrativo negocio. Elon es "optimista por naturaleza": así se define a sí mismo.