Algunas localidades que promueven políticas medioambientales más limpias y apuestan por el coche eléctrico se han propuesto dar ejemplo a los ciudadanos y están comprando coches eléctricos.
Es el caso de varios municipios de California, en Estados Unidos, donde parte de la flota del departamento de policía se está electrificando con modelos de la marca local, Tesla, para disgusto de los agentes de policía.
"No parecen ser los coches patrulla del futuro”
Algunos lugares del mundo están tomando la decisión de hacer una transición a la electrificación más drástica poniendo una fecha límite a la venta de coches nuevos de combustión. Es el caso de Europa, que en 2035 solo permitirá vender automóviles nuevos que sean 100% eléctricos; o de California, que ha fijado la misma fecha para prohibir la venta de coches de combustión.
Estas decisiones están tomadas por los políticos que están al frente de las administracionnes, pero afectan directamente a los ciudadanos, como la puesta en marcha de las ZBE en España. El problema es que, a menudo, esas mismas administraciones no dan ejemplo de lo que exigen a la gente y utilizan enormes berlinas con unos cuantos años encima y motores poco eficientes como coches oficiales.
Sin embargo, otras administraciones sí se aplican su propio discurso y tratan de dar ejemplo. Como cuenta SFGATE, Los Ángeles, que es una de las principales ciudades de Estados Unidos, se comprometió a cambiar su flota de 10.000 vehículos oficiales para que sean todos eléctricos. Por su parte, la Agencia de Transporte Municipal de San Francisco ha comenzado a sustituir sus viejos autobuses de combustión por otros eléctricos.
También movimientos de este tipo en las fuerzas de seguridad. Sin ir más lejos, En España, la Guardia Civil acaba de estrenar 84 unidades Cupra Born y, de la misma forma que nuestra Guardia Civil apuesta por coches eléctricos españoles, algunos cuerpos de policía de Estados Unidos están haciendo lo mismo.
El Departamento de Policía de Pasadena comenzó hace dos años a transformar su flota para que sea 100% eléctrica y otras ciudades de California también han comprado modelos de Tesla para incorporarlos a su flota de vehículos. Puestos a escoger coches eléctricos, tiene sentido que elijan los de una marca local y los que tienen más facilidad para cargarse porque la red de Superchargers de Tesla es más amplia y efectiva.
La cuestión es que, igual que el coche eléctrico no es una buena alternativa para muchos particulares, tampoco lo es para ciertos servicios, como el policial, al menos en el caso particular de tres cuerpos de policía de California, como señalan sus jefes en el mismo medio SFGATE.
Uno de estos jefes es Cedric Crook, que está al frente de la policía de Ukiah. En 2022, el Ayuntamiento de esta localidad aprobó comprar dos Tesla Model 3 para el cuerpo de policía. Entre el precio de compra de los dos coches y la preparación para convertirlos en vehículos policiales, Ukiah se gastó 150.000 dólares.
Pues bien, dos años después, Crook dice que no está contento con la decisión. Para empezar, asegura que es complicado y caro modificar estos coches para convertirlos en vehículos policiales porque apenas hay empresas que se dediquen a hacerlo y no hay kits especializados para estos modelos, como los que se venden para modificar los coches de otras marcas, como Ford, Chevrolet y Dodge. Además, las modificaciones requieren demasiado tiempo para llevarse a cabo y los coches deben pasarse varios meses en el taller.
Crook también reporta dificultades a la hora de cargar los Tesla de su departamento de policía porque la comisaría no tiene cargadores y enchufarlos a los Superchargers de la red pública no es la mejor opción.
Otro de los problemas de los Tesla como vehículos policiales es que sus plazas traseras no son lo suficientemente amplias como para llevar a dos personas detenidas y que se les pueda separar para que no tengan ninguna interacción entre ellas.
También habla del inconveniente que supone hacer viajes largos con estos coches, sobre todo si se traslada a algún preso porque habría que detenerse a cargar la batería en algún cargador público y eso puede ser peligroso. La enésima pega que pone Crook es que el diseño de los asientos del Model 3 no es el más apropiado para que los policías viajen de forma cómoda con su cinturón reglamentario.
Por último, Crook tiene una preocupación y es que, según dice, en la academia de policía le enseñaron que, en caso de tiroteo, lo primero que tenía que hacer era esconderse detrás del bloque del motor, pero en un Tesla no hay, por lo que los agentes no tienen esta cobertura. Como son demasiados inconvenientes, Crook ja decidido relegar los dos Tesla Model 3 a un uso administrativo y utilizar otros modelos más prácticos como vehículos patrulla
Otro de los jefes de policía con los que ha hablado SFGATE es David Norris. Es el máximo responsable del Departamento de Policía de Menlo Park también en California, situada a menos de 10 kilómetros de Palo Alto, donde tiene su sede de ingeniería Tesla.
En este caso, la policía compró tres unidades de Tesla Model Y que se modificaron y se destinaron al servicio de patrulla en un proyecto piloto a modo de evaluación. Después de utilizarse durante un tiempo, el informe dijo que los oficiales de Menlo Park “apreciaron la aceleración, la dirección y la velocidad del vehículo en comparación con los híbridos y los demás vehículos de patrulla que solo funcionan con gasolina”.
Pero no todo fue positivo y la misma evaluación determinó que “el Tesla presentó desafíos debido al pequeño espacio interior, las características de ‘automóvil inteligente’ y la baja altura del vehículo que limita la maniobrabilidad en ciertas situaciones (por ejemplo, para pasar bordillos y en uso todoterreno)”.
El inconveniente del espacio interior tenía que ver con que no es lo suficientemente amplio después de instalar la mampara que separa las plazas traseras de las delanteras, de manera que los policías tienen poco espacio delante y sus cinturones de servicio y chalecos antibalas sobresalían hacia la parte trasera, “haciéndolo casi inutilizable” por cuestiones de seguridad.
En cuanto a las características de “automóvil inteligente”, el informe reporta “interferencias del piloto automático” en la conducción y paradas involuntarias. Los agentes tampoco se acostumbraron a manejar casi todas las funciones del coche desde la pantalla táctil central y que un proceso simple como atenuar las luces del vehículo pasaba a ser una tarea compleja.
Guiándose por los resultados del programa piloto de utilizar Tesla Model Y como vehículos patrulla, Norris concluyó su informe diciendo que “no parecen ser los coches patrulla del futuro”, si bien aclaró que el Departamento de Policía de Menlo Park seguirá comprometido con el objetivo de electrificar su flota, pero con otros modelos.
Quizá Norris debería tomar nota del testimonio de Neil Cervenka, jefe del Departamento de Policía de Fort Bragg, que cuenta con cinco vehículos eléctricos en una flota de nueve coches. Las cinco unidades son Ford F-150 Lightning y Cervenka dice que confió en este modelo porque han utilizado durante años su versión de combustión.
Fort Bragg Police Dept.
Además, su diseño es propicio para el trabajo policial porque tiene una gran distancia libre al suelo, tracción a las cuatro ruedas, es cómodo, polivalente y tiene mucho espacio para llevar el equipo policial y las pertenencias personales de los agentes en compartimentos dentro de la caja trasera. Incluso tiene sitio de sobra para transportar vehículos, como bicicletas y patinetes, cuando es necesario.
Cervenka está contento con su decisión y garantiza que muy pronto serán 100% eléctricos los nueve vehículos de la flota de su departamento de policía. También anima a otros departamentos a electrificarse: "Tesla no es la respuesta adecuada en el mercado de las fuerzas del orden en lo que respecta a la adopción de vehículos eléctricos, pero podría haber mejores opciones".
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