Los propietarios de seis millones de coches Ford equipados con airbags Takata recibirán una indemnización

La pesadilla Takata ha resultado un desastroso tsunami para la industria automovilística que ni siquiera el hundimiento del fabricante japonés ha podido remediar. Los millones de llamadas a revisión provocados por la escasísima trazabilidad de los airbags defectuosos han costado mucho dinero a las firmas, que se han visto obligadas a realizar las reparaciones de forma gratuita a los afectados.

En el 'último' episodio de escándalo, Ford ha aceptado un acuerdo de pérdidas económicas por valor de 299 millones de dólares para cubrir los costos de las demandas interpuestas por los afectados por el escándalo Takata.

Gastos por haber tenido que llamar a la canguro o por perder horas de trabajo

Según ha informado Reuters, el acuerdo cubre varias formas de indemnizaciones, como las reclamaciones por haber comercializado modelos que no eran seguros, el sobrecoste que pagaron los clientes por estos modelos y así como el tiempo y el dinero que les supuso las llamadas a revisión.

Este acuerdo también cubre costes como el cuidado de los niños durante el tiempo de reparación o los días de trabajo perdidos.

El fondo cubrirá seis millones de vehículos equipados con una de las piezas que forman parte del activador del airbag. Cuando el vehículo choca en un siniestro vial de manera que el airbag entra en funcionamiento, la pieza defectuosa del activador del airbag se rompe de una forma no prevista por sus diseñadores, fragmentándose en pequeños trozos metálicos que, una vez que se impulsan con la fuerza del dispositivo pirotécnico, se convierten en una peligrosa metralla que causa graves daños.

Aún hay 30 millones de vehículos, solo en en Estados Unidos, que permanecen sin reparar.

Según Reuters, ya ha causado al menos 23 muertes en todo el mundo y más de 290 lesiones; 21 de esos fallecimientos se ha producido en vehículos Honda y dos en vehículos Ford, aunque las cifras exactas no llegan a estar del todo claras.

Como ya hemos comprobado, otros seis fabricantes -como Toyota, Honda, Nissan, Mazda, Subaru y BMW- han llegado a acuerdos similares para intentar dar carpetazo a una pesadilla que está lejos de terminar.

¿Por qué? Porque aún hay 30 millones de vehículos, solo en en Estados Unidos, que permanecen sin reparar. Y es que cuando hablamos de escasa trazabilidad nos referimos a que es casi imposible saber el número de vehículos que los incorporan y cuántos de ellos explotan de forma violenta; menos aún los coches restaurados que montan este dispositivo.

Honda ha afirmado que ha comprado 75.000 dispositivos en desguaces en los últimos dos años para sacarlos de circulación.

El 13 de enero de 2017, la arruinada Takata Corporation se declaró culpable de cargos criminales fraudulentos interpuestos por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos y acordó pagar un total de 1.000 millones de dólares por conducta fraudulenta en relación con ventas de airbags defectuosos a múltiples fabricantes de automóviles.

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