Observar el tipo de conducción de los individuos no es una novedad, algunas aseguradoras ya lo hacen para ofrecer mejores precios si el conductor se ciñe a una serie de comportamientos. La NHTSA estadounidense, que en ocasiones roza la paranoia con la excusa de la seguridad vial de los conductores estadounidenses, acaba de plantear su nueva idea relacionada con este tema.
Esa idea es la de que todos los coches salgan de fábrica con una caja negra, al menos para el mercado de Estados Unidos. Lo mejor de todo es que los conductores se han cabreado al saber que quieren vigilar sus movimientos, pero lo que no saben es que el 90% de los coches que se venden en Estados Unidos ya equipa una especie de caja negra que registra los datos del coche y cuando sufre un accidente guarda los últimos segundos anteriores al impacto.
Se supone que estos registros son para el uso de los fabricantes, para así aplicarlos en mejorar la seguridad de sus coches. La realidad es que estos datos se están usando en juicios y que por tanto se está vulnerando la privacidad de las personas. Si finalmente se establecen esas cajas negras como dice la NHTSA, la privacidad de los conductores quedará seriamente expuesta.
Lo peor es que seguramente salpique a Europa y el Gran Hermano también nos observará a nosotros…